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Dos berrinches épicos de Carlos III con apenas siete días de reinado

Desplantes que tienen que soportar su esposa y colaboradores
Carlos III saludando al pueblo de Inglaterra desde su automóvil/ Foto Getty Images
Carlos III saludando al pueblo de Inglaterra desde su automóvil/ Foto Getty Images

Brisa Granados/ Coordinadora digital

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La realidad ha superado la ficción: un secreto a voces es que tanto la reina Isabel II, como su esposo, Felipe, el Duque de Edimburgo, expresaron tu temor del momento en que llegara la coronación de su hijo mayor, ahora Rey.

 Como cualquier otro padre Isabel II y Felipe de Edimburgo conocían a sus hijos, y estaban conscientes de que su primogénito es un poco débil, lo cual se ha proyectado en los siete días que ha tenido los reflectores como Rey encima de él.

 La manera de expresar esa debilidad que tanto preocupaba a sus papás se ha proyectado en dos berrinches, que, sin importar que los ojos del mundo estén sobre él, ha hecho, más los que no hemos sabido.

 

 Durante la ceremonia de proclamación que se llevó el sábado pasado Carlos hizo un gesto de molestia hacía uno de sus colaboradores porque no le ayudó a quitar el tintero que tenía frente a él y que le impedía desenvolverse con facilidad para firmar su proclamación.

 Finalmente, el tintero fue retirado y el nuevo Rey pudo continuar firmando sin problema, pero la mueca de enojo fue evidente y quedó registrada en la memoria colectiva seguramente por mucho tiempo más.

 

 

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El enojo es cada vez más grande

 

Fue el día de ayer cuando viajó a Irlanda del Norte, como parte de su gira de presentación como Rey que hizo otro desplante en público: Carlos III estaba firmando un libro de visitantes en el Castillo de Hillsborough, cuando la tinta de la pluma se derramó, su enojo se acrecentó cuando se dio cuenta que había puesto mal la fecha.

 Visiblemente molesto Carlos III le entregó la pluma chorreada a su esposa, la reina consorte Camilla Parker y mencionó:

 “Oh Dios, odio esto, no soporto esta maldita cosa, apesta”.

 En lo que parecía una rabieta de niño chiquito el Rey de Inglaterra se retiró del lugar mientras su esposa firmaba el libro mencionado.

 La reciente muerte de su madre, Isabel II, la presión mediática y su nuevo puesto como representante principal de la Corona británica han evidenciado las frustraciones de Carlos III, que esperemos sean menos notorias en un futuro.

 

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