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¿Cómo afectó a la Princesa Diana el abandono de su madre?

Tres fotos de Diana de Gales de niña, la primera de bebé con pelo corto redondo, vestido blando y calcetas con zapatos negros, segunda Diana de siete años con vestido rojo y suéter azul y tercera Diana de 11 años con críquet en mano, blusa blanca y pantalón negro
Getty Images

Brisa Granados

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El abandono de una madre o un padre marcan la personalidad de cualquier ser humano, y aunque ahora es común tomar terapia para cuidar nuestra salud mental, en la época de la Princesa Diana era complicado. No era común asistir al psicólogo, y, debido a su papel de Princesa debía vivir en apariencias, cuidándose del qué decir y cómo actuar en todo momento.

Cada vez que la Lady Di era cuestionada sobre su infancia mencionaba que no del todo feliz. Aunque sí tenía grandes recuerdos del lugar donde creció, la finca Althorp, propiedad de los Spencer por siglos, y en donde fue enterrada también.

Diana vivió allí desde 1969, después del divorcio de sus padres, y hasta 1981, cuando se casó con Carlos de Gales.

Diana nació en una familia aristócrata, de las más respetadas de Inglaterra, tuvo tres hermanas mayores Sarah y Jane, y un hermano menor: Charles.

Althorp fue construida por la familia de Diana en 1508, en sus 50 kilómetros cuadrados existe una casa, granjas y enormes jardines, Diana regresaba, ya estando casada con Carlos, para refugiarse de sus engaños con Camilla Knowles.

El abandono materno

Hace dos años Charles Spencer, hermano menor de Diana, dio una entrevista a “The Times”, entonces platicó del abandono de su madre, Frances Spencer.

Sucedió cuando la abuela materna del príncipe Harry tenía cuatro hijos y poco más de 30 años de edad: decidió abandonar el hogar en donde había habitado con John Spencer desde los 18 años que se casaron, pero no sólo dejaba atrás a la finca Althorp, también a sus cuatro niños, incluidos Diana.

Frances se había enamorado del australiano Peter Shand Kydd, quien, al igual que ella, estaba casado, pero decidieron abandonar a sus respectivas familias para vivir su idilio, un año después se casaron y se mudaron a Escocia.

 

“Nuestro padre era una fuente tranquila y constante de amor, pero nuestra madre no estaba hecha para la maternidad. No era su culpa, simplemente no estaba capacitada para hacerlo”, asegura Charles Spencer.

“Mi madre estaba enamorada de otra persona, encaprichada, más bien. Mientras recogía sus cosas para irse, le prometió a Diana que volvería para verla. Diana solía esperarla en la puerta de entrada de casa, pero ella nunca volvió”.

 

En la etapa adulta de Diana su madre tampoco estuvo presente: era alcoholica, padecía Parkinson y tenía cáncer cerebral, dejaron de comunicarse cuatro mesese antes de su muerte, después de famoso “accidente” automovilístico en las calles de París en 1997.

En un audio que se filtró poco después de la muerte de la Príncesa Diana, ella confiesa que vivió una infancia traumática y que, poco antes del divorcio de sus padres, vió a su papá abofetear a su madre y que esa escena la había marcado profundamente.

 

Consecuencias en la vida de Lady Di

Los psicólogos aseguran que las personas marcadas por la ausencia de algunos de sus padres son inseguros, creen no merecer amor, viven a la defensiva, son muy sensibles, tienen autoestima baja y desconfían de todos.

Diana, además, debió enfrentar las presiones que implican ser parte de la realeza, cuidar sus modales, no dar de qué hablar, parecer inmaculada y no chistar, aunque su marido le echara continuamente en cara que no la amaba y que estaba enamorado de otra mujer, Camilla Knowles.

Es entonces fácil de comprender porque Diana no solía confiar en practicamente nadie, porque tuvo problemas alimentarios y porque tenía una evidente depresión.

A pesar de todo fue una madre amorosa, ícono de estilo y moda, y tal vez el miembro de la realeza inglesa más cercana al pueblo.