Perfiles

Wedding Time: Santi Palacio

Amante de la cocina y de momentos especiales, este chef crea los recuerdos más dulces de una boda

Publicado el:

 

Su pasión por la cocina empezó desde muy joven cuando visitaba a su abuela Carmen, quien tenía la mejor sazón. Trabajó durante varios veranos en hoteles y cocinas para darse una idea de la industria. Realizó estudios en la Panamericana de hotelería y al mismo tiempo entró a trabajar en el Addetto, pero su pasión por la gastronomía lo llamaba a las cocinas, por lo que dejo los salones de estudios y se enfocó a las sartenes

 

¿Por qué decidiste hacer banquetes?

Las bodas son lo que más me gusta, porque vas a pasar hora y media o más cenando, comiendo y gozando, por lo tanto ese momento debe ser algo que transmita y cree alguna emoción. Desde que conozco a los novios hasta el día de la boda interactuamos mucho y te vuelves parte de esa nueva familia. Son al menos seis meses a un año de proceso antes de la boda y el reto es que durante todo ese tiempo la lleves bien y los conquistes con el producto. Mi fuerte es que siempre doy una atención personalizada.

 

Foto / Fernando Canseco

 

Cuando unos novios se acercan a ti, ¿cuál es el proceso?

Casi siempre los novios tienen una idea en mente y en muchos casos buscan nuevas propuestas, algo fresco. Lo más importante es siempre brindar excelente calidad y una atención personalizada. Nos sentamos con los novios, platicamos qué les gustaría para aterrizar una idea. Me gusta estar involucrado y ver qué idea tienen y qué concepto para saber qué les puedo ofrecer. A veces le tenemos que hacer desde wedding planner hasta terapeuta, un poco de todo.

 

¿Cómo creas los menús?

Depende totalmente de los novios, vamos armando los platillos juntos en función de sus gustos y antojos. Manejamos insumos del mejor nivel, por ejemplo, solo trabajamos con un tipo de carne, es importada y es la mejor. El platillo consentido de los invitados y que nos damos cuenta que siempre todo mundo se lo come es el raviol de foie gras, ¡les fascina! En cuanto a los postres, el favorito es el pastel tibio de dulce de leche.

Cortesía 

 

Para ti, ¿cuál es el mayor reto al momento de servir una boda?

Todas son un mundo y por lo mismo un reto. Es una responsabilidad enorme, es un evento que no se vuelve a repetir, tienes una sola oportunidad para entregar lo mejor de ti. Al mismo tiempo, da mucho nervio y emoción saber que esas personas confían en ti, en mi trabajo y en toda esa logística que se lleva para crear un día inolvidable.

 

¿Qué es lo más importante y que no debe faltar en una boda?

Ver a los novios felices ese día, despreocupados, disfrutando y saboreando el momento, y ver que los invitados estén contentos con la comida. En algunos casos hemos visto que los novios apenas les da tiempo para comer, sin embargo, intentamos que ese tiempo se les respete. El menú va totalmente a su gusto, ya lo probaron antes y por eso sabemos que les va a gustar. Lo más complicado para mí es que me encariño con ellos y en ese momento siento más presión.

Cortesía 

 

¿Qué banquete te ha gustado más?

Servimos uno muy grande en San Miguel de Allende con gente muy importante. Dos días antes de la boda, estaba más nervioso que la novia, quien me tranquilizó. El menú fue de cinco tiempos y fuera de México, había muchos detalles que revisar y logística, pero todo salió perfecto. En una ocasión una amiga eligió el día de su boda en función a mi calendario y disponibilidad, eso me impresionó muchísimo y es una enorme satisfacción que tengan esa confianza en ti.

Foto / Fernando Canseco

 

Es una industria peleada ¿qué es lo que hace que tus servicio sea único?

Hay mucha competencia de la cual aprendes constantemente, pero queremos aportar algo diferente en el mercado. Lo que la gente quiere es buena comida por lo tanto le damos ese tiempo y gusto a esa parte. La cocina siente y por lo mismo hay que estar muy involucrado y escuchar a tu cliente. Durante las bodas siempre estoy presente en el evento para poder resolver y atender lo que sea. Me gusta salir a felicitar a los novios en algún punto, ver que todo esté bien, que hayan disfrutado la comida y estén contentos.