Perfiles

Talento sin fronteras: Enrique Olvera

Desde la preparatoria ya tenía bastante claro que quería ser chef

Ana Carballido y Uriel Trejo

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Siempre quiso ser cocinero. De niño, como todos, mencionaba que cuando creciera sería bombero o policía. Pero desde la preparatoria ya tenía bastante claro que quería ser chef, “mi mamá dice que desde muy pequeño me gustó pasar tiempo en la cocina, pero no fue sino hasta la preparatoria que efectivamente me puse a cocinar para los demás. Siempre sentí un especial placer por hacer feliz a la gente a través de la comida.”

 

A Enrique le gusta la arquitectura, desde siempre, disfruta las cosas bien hechas. Se confiesa arquitecto frustrado, pero no tanto como para que en algún momento pensara estudiar esta carrera, ser cocinero siempre fue su primera opción, “cuando tomé la decisión, mi abuelo -que tenía una pastelería- fue el único en mi familia que efectivamente apoyó la idea.” Hace veintitantos años, estudiar una carrera no tradicional y sobrevivir en el intento era muy difícil y Enrique tuvo la suerte de poder hacerlo en una de las mejores escuelas, es egresado del Culinary Institute of America, “Afortunadamente me fue muy bien durante mis años de alumno, pero al volver a México y abrir mi restaurante me di cuenta que estudiar no significaba ni la mitad del camino para llegar a convertirme en cocinero, es un rubro complejo y no te das cuenta hasta que sales de la burbuja de la escuela, dominar técnicas y aprender recetas no es suficiente.”

 

Ya con el éxito de Pujol, se aventuró a un nuevo concepto, pero esta vez en Nueva York, y fue como hace dos años surgió Cosme, “nace con la intención de salir de mi zona de confort, llevaba mucho tiempo inmerso en Pujol, lugar que después de unos años logramos que funcionara como un reloj y eso me llevó a un letargo, era momento de re enfocar mis intenciones y sobre todo imponerme nuevos desafíos.”

 

Ubicado en Flatiron District es como llegar a México, pero a un México moderno, urbano y muy cool, la gente joven se toma un buen coctel en la barra, mientras parejas o grupos de amigos pasan un viernes casual disfrutando de una buena cena mexicana nada tradicional, “queremos un público que se vuelva frecuente, buscamos ser un restaurante al que la gente vaya a matar antojos o echarse un drink y no únicamente para ocasiones especiales.”

 

En tan sólo dos años Cosme ha logrado interpretar el paladar norteamericano y adaptarse al producto local, sin perder su identidad, “el ejercicio de entender que los ingredientes no tienen nacionalidad nos ha servido para armar una propuesta con acentos mexicanos pero a la vez muy global.”

 

Disfrutar, pasársela bien y comer rico es lo que la gente se lleva al visitar este lugar, “por lógico que suene, Cosme fue hecho para gustarle a la gente, los mexicanos somos esencialmente hospitalarios, disfrutamos de jugar el papel de anfitriones y siempre procuraremos que nuestras visitas pasen un buen momento, esto se expresa en lo que estamos ofreciendo; no sólo comida, sino espacios para que nuestros comensales se sientan cómodos, disfruten y se la pasen bien.”

 

El seguir trabajando para mejorar y crecer son las premisas de Enrique Olvera, quien confiesa que lo más gratificante de servir comida mexicana en el extranjero es tener la posibilidad de romper con los estereotipos, “yo soy muy mexicano aunque no lleve traje de charro; lo mismo pasa con la comida.”

 

Dirección: 35 E 21st St. Nueva York

Teléfono: 212-913-9659

Fotos: Sergio Bejarano y Rodrigo Terreros