Perfiles

Síguele la pista: Daniela Liebman

Desde los seis años comenzó a ofrecer conciertos, ganando tal fama que fue invitada por la Orquesta Sinfónica Nacional
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¿Cómo reaccionaste con la invitación?

Súper contenta, nunca había tenido la oportunidad de tocar con la Orquesta Sinfónica Nacional, una de las mejores del país. Acepté con mucha emoción, especialmente por ser el Concierto Nº 1 de Mendelssohn que jamás había interpretado en México.

¿Qué significa en tu carrera?

Me siento muy afortunada de presentarme en un escenario como Bellas Artes. Empecé con el piano desde una edad muy temprana y lo toqué por primera vez con orquesta a los ocho o nueve años, eso fue lo que al principio me consiguió tanta atención de la gente y me permitió llegar a más salas, con más orquestas, desde entonces he tomado vuelo, supongo.

¿Qué representa para ti un concierto?

Es una oportunidad para hacer lo que más me gusta, es mi pasión en la vida, estoy más feliz cuando toco el piano y poder compartirlo con otra gente es algo que nunca he podido hacer con cualquier otra actividad. Me siento muy afortunada de tener la oportunidad de hacer lo que más me gusta y aparte transmitir emociones de tantas maneras.

¿Estar sobre el escenario fue lo que siempre quisiste?

Sí, de eso nunca hubo duda. Hay muchos músicos que no disfrutan hacerlo, incluso hubo momentos en que dudé de mí como pianista, principalmente por los retos que presenta la música, pero estar frente a la gente siempre fue algo muy natural para mí. Es algo que empezó antes de que yo tuviera la oportunidad de elegir, pero me da gusto porque es un paso que a muchas personas les da miedo, permitir que el público te juzgue y estar en un lugar en donde todos te pueden ver. Pero he disfrutado tanto crecer en este ambiente, en el que he compartido música con tanta gente, porque es algo muy satisfactorio. Usar la energía que sientes en ese momento al salir al escenario y regresarla es algo mágico. Empezar a una edad muy temprana me ayudó mucho a encontrar experiencia.

Y cuando se trata de tocar en Bellas Artes...

Es un escenario que impone, pero realmente te inspira todo, desde el diseño y la arquitectura hasta la gente. Cuando estás al frente, es enorme y tan bello que sí te ayuda a ejecutar.

Ahora que eres una artista internacional, ¿qué significa volver a México?

Es mi gente, mi país y no hay como el hogar. Cuando regreso puedo sentir la calidez y el apoyo de todos, verdaderamente es algo que no siento en otro lugar. Es muy especial regresar a dar un concierto.

¿Qué es lo que más te gusta del piano?

Me encanta descubrir, porque las piezas son tan profundas. Los compositores eran genios que nunca dejas de encontrar nuevos detalles en la partitura, por ejemplo, hay piezas que he interpretado por cuatro o cinco años y cada vez veo algo nuevo

¿Qué es lo que disfrutas de tocar, tanto en privado como en público?

Creo que en el cuarto de práctica es algo muy personal. Me encanta porque estás ahí 90 por ciento del tiempo y es un proceso constante de crecer como músico junto con las piezas y tratar de encontrar su esencia, que va cambiando conforme tú evolucionas. Eso me parece muy padre, desarrollar ideas que tienes de la melodía hasta tratar de llegar a la perfección y luego sales al escenario donde te diviertes, eres espontáneo y un intérprete. Frente al público me encanta, porque la adrenalina y los nervios te llevan a hacer cosas que no harías en la práctica, también compartir eso con la gente y ver cómo lo reciben, lo disfruto mucho

 

Fotos: Sergio Bejarano 

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