Origen Natural con María José Romero

¿Siempre supiste que querías ser pintora?

Sí, desde chiquita es algo que he tenido muy claro, recuerdo que mi mamá tomaba clases de pintura con sus amigas, pintaban bodegones en la sala. Las veía y pensaba que hacían magia, porque de pronto la fruta aparecía exactamente igual en un pedazo de papel. En la noche iba por los dibujos de mi mamá y con mis colores los copiaba e intentaba una y otra vez, copiar la manzana o lo que fuera y claro que no me salia. A partir de ahí, siempre me quedé con la idea de que pintar era mi máximo, entonces me fui a estudiar a Boston y también estuve en la escuela del Museo de Bellas Artes.

¿Qué estas presentando?

La exposición se llama Germinal, llevo dos años trabajando en ella, estuvo en Madrid hace cuatro meses, con el mismo tema, pero no son las mismas obras. Las que expuse allá eran de formato pequeño y quise hablar de germinal, pero desde un lugar muy íntimo por el proceso de germinar, me refiero a ese momento en el que va a nacer una flor. La Galería Seminario de Cultura Mexicana, es un espacio grande lo que me permite mostrar obras de gran formato y en diferentes soportes, tengo bastidores, lino, 25 dibujos y madera. Esta exposición es mucho más completa y divertida. Además, invité a un curador a colaborar conmigo, él es Víctor Palacios trabaja en Casa del Lago y él es quien le dio esta lectura a la obra.

¿De dónde nace?

Siento que últimamente el mundo está de cabeza, constantemente hay situaciones negativas que pasan en el mundo y estamos expuestos a mucha violencia lo que genera incertidumbre y vulnerabilidad. Creo que en el mundo hay dos fuerzas cósmicas que se están expresando constantemente, Eros y Thanatos, uno es la vida y el otro la muerte o la creación y destrucción, son ciclos y etapas en la vida de las personas como las del mundo que van y vienen, ambas nos enriquecen y nos enseñan diferentes cosas.

Fotos: Rodrigo Terreros

¿De dónde viene la inspiración de Germinal?

Desde chiquita he coleccionado semillas, me gustan mucho, me acuerdo que una vez oí que en una semilla había un bosque y me fascino esa idea. Me encantaba ver el proceso de germinación y, aunque la ves chiquitas y quietas, tienen una gran fuerza interior. En todos mis viajes siempre recolecto algunas semillas, son mi gran pasión y me inspiran. En mis pinturas, dentro de los trazos pueden encontrar estas semillas en explosión, movimiento y germinando para crear algo.

¿Tienes alguna obra que sea importante para ti?

Todas tienen un significado, pero hay una pieza que tiene mucho valor para mí, sigue siendo una naturaleza, como las demás se llama Germinamos y es un dibujo. Tengo la fortuna de haberme encontrado a una pareja que me encanta, me inspira, tiene una energía impresionante y que todo el tiempo los dos nos estamos empujando a crear y mejorar. Ésa fue mi inspiración y la hice pensando en el hombre y la mujer en esta energía que desplegamos.

¿Cuál es tu proceso creativo?

Nunca sé que voy a pintar, cuando empiezo me sigo y me sorprendo. Estar frente a un lienzo en blanco es el momento más difícil de un artista, te paras en frente y dices: “¿y ahora qué?”. Le doy mil vueltas, me hago un café, regreso, hago ejercicios de respiración, pongo música, la quito, subo, bajo, regreso, hasta que ya sucede. No trabajo desde proyectos planeados, mi manera de abordar la pintura es desde el inconsciente, es esa emoción que traigo en ese momento y todo lo que me cuestiono y que no me doy cuenta hasta que ya está plasmado. Para mí el crear es como una composición musical el mismo trazo me lleva al otro, como los acordes.

¿Qué sigue?

También hice una pieza en el jardín, que se basa en alguno de los dibujos, intervine un muro negro con pintura blanca. Este proyecto lo quiero llevar al espacio público, me gustaría dejar semillitas en diferentes paredes y lugares del mundo. Me gusta la idea de sacar el arte de las galerías, que sea más accesible a la gente y que se contagien de Germinal. El dejar una semilla en diferentes lugares, se me hace muy lindo y hasta poético.