Perfiles

Lecciones invaluables de feminismo que nos dejó María Félix

María Félix
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Brisa Granados/ Coordinadora digital

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La actriz María Félix, mejor conocida como “La Doña”, murió hace dos décadas, el mismo día de su nacimiento (el 8 de abril), pero sigue viva en el imaginario colectivo, pues fue una mujer adelantada a su época, entrona, contestona, que no se dejaba, que imponía respeto, y que fuera de su arrogancia, también era muy inteligente y culta. Ah, y cómo defendía los derechos de las mujeres.

 

María Félix se distinguió por decir lo que pensaba y de todas aquellas entrevistas tan entrañables, en donde los mimo hablaba de arte, que de política y de su vida entre México y París, compartió frases célebres que dignifican a la mujer y que van en contra del machismo.

 

Acá te contamos cuáles fueron las mejores enseñanzas de feminismo de la actriz, estandarte de más de una en nuestra lucha diaria, en el día a día, en los mejores y peores momentos de ser mujer.

 

En 1996, mientras que María Félix era entrevistada por Verónica Castro para el programa “La tocada”, la actriz fue honesta acerca de su desacuerdo con las injusticias en las que, hasta la fecha, viven las mujeres mexicanas, condenó la violencia y aseguró que el machismo “era el peor de los males”. ¿Era?

 

Aprovechó uno de los espacios más importantes de la televisión mexicana para pedir a las mujeres que “no se dejen de nadie”, a ser autónomas y prepararse.

 

 

Lección 1: Apoyémonos en otras mujeres y cultivémonos

 

No hay arma más poderosa que el conocimiento, así que mientras más estudiemos y nos informemos acerca de todos los temas, y en todo momento, más herramientas tendremos para alcanzar nuestras metas.

 

Algo que ha cambiado con el tiempo es la absurda idea de que las mujeres debemos competir siempre, pero hemos comprobado que trabajar en equipo, por el mismo fin, siempre nos dará mejores resultados, eso también lo recomendaba “La Doña”:

 

“Ya viene la revancha de las mujeres, cuando seamos mayoría vamos a mandar y para mandar hay que estar informadas, aprender y estar preparadas. Por eso es necesario que la mujer se eduque. Así que mujeres ¡abusadas! A aprender, a estudiar y a informarse de todo”.

 

 

 

Lección 2: No te dejes golpear

 

Esto puede generar mucha controversia y debemos ser respetuosos al comprender que no todas las mujeres son tan privilegiadas como fue “La Doña”. Hay millones de mujeres que no pueden evitar ser golpeadas, engañadas, vendidas y ultrajadas por sus agresores, y su condición no les permite salir de esa situación por más que luchen y lo deseen. Pero hablando de aquellas que somos más afortunadas, y podemos hacernos respetar, el consejo no suena tan descabellado.

 

“A mí lo que me sorprende aún en esta época es que las mujeres se dejen golpear, ¡tarugas! Hay que ver la mano de un hombre sobre el rostro de una mujer, es muy fuerte. Yo fui muy golpeada, maltratada, tirada por las escaleras, pellizcada, pero en las películas: Pedro Armendáriz en ‘Enamorada’ me dio una cachetada que me rompió una oreja, Yves Montand en ‘Los héroes están fatigados’ me dio dos cachetadas enormes y me dejó con fiebre de un mes, por eso sé lo que es”, decía María Félix.

 

María Félix también le platicó a Verónica Castro qué pasó cuando el padre de su único hijo, Enrique Álvarez Félix intentó golpearla:

 

“Tenía un mes y medio casada con Enrique Álvarez, el papá de mi hijo Quique, me atreví a decirle ‘baboso´, me levantó la mano y le dije. ‘ándele, atrévase, pero le voy a quebrar con el tacón esos dos que trae entre las piernas”.

 

 

Lección 3: Qué no te importe lo que dicen de ti

En repetidas ocasiones se especuló acerca de las preferencias sexuales de María Félix, pues siempre tuvo una apariencia altiva, ruda, fuerte.

Así se definía ella: “soy una mujer con corazón de hombre”.

Lo cual causaba mucha controversia, pues su fama se dio entre los años 50 y continúo hasta los 90, en una sociedad mexicana cerrada, misógina y machista, a la cual una mujer como Félix, masculinizada y valiente, les hacía suponer que le gustaban las mujeres.

 

¿Y eso le importó? Obviamente no, se burlaba de los rumores, le encantaba mostrarse fuerte y altiva.

Alguna vez se le acercó un periodista en Argentina y le preguntó si era lesbiana, a lo que ella contestó:

“Si todos los hombres fueran como usted, inmediatamente, seguro que sí”.

 

Avivemos nuestra cabeza, como lo hizo María Félix, para dar respuestas tan contundentes en cualquier situación, que la capacidad mental de la persona que nos quiera ofender no dé para poder responder.