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La reina hizo una gran promesa ante Dios y por eso nunca abdicará al trono de Inglaterra

La reina Isabel II lleva casi 70 años en el trono británico y ésta es la razón por la que nunca lo va a dejar.
Reina Isabel abdica.
Reuters / Royal Family

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A sus 95 años, la reina Isabel II sigue viéndose fuerte y capaza para ser la monarca de Reino Unido, sin embargo los rumores sobre una posible abdicación tras la muerte del príncipe Felipe se hicieron más fuertes. Pero esto es algo que probablemente nunca pase.

La reina Isabel II solía encontrar en el duque de Edimburgo un gran apoyo en cuanto a temas de su reinado se refiere. “Hay un número limitado de personas con las que puede realmente abrir su corazón, hablar con franqueza y decir cosas que otras personas consideraría delicadas y el príncipe Felipe era de esas”, dijo el ex Primer Ministro Sir John Major a la BBC en una entrevista.

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¿Por qué la reina Isabel II nunca va a abdicar?

Además de que no es una tradición o algo común en la realeza británica, hay una razón mucho  más emotiva y profunda al por qué la reina nunca va a dejar de ser la monarca. Y todo se resume a que cuando recibió la corona británica hizo una promesa ante Dios y recibió los santos óleos.

“Una de las principales razones por las que la reina nunca va a abdicar, es que a diferencia de otros monarcas europeos, ella es una reina ungida y si eres una reina ungida, no abdicas”, dijo el historiador de la realeza Hugo Vickers al diario The Guardian.

En pocas palabras, la reina Isabel se ha tomado muy enserio el juramento y compromiso que hizo el día que asumió la corona británica el 2 de junio de 1953 en la Abadía de Westminster y sigue siendo monarca por el simple hecho de que hizo una promesa ante Dios.

¿Qué pasa si ya no puede seguir siendo reina?

Si bien la abdicación del rey Edward dejó un antecedente de abdicación a la corona británica, en su momento significó una crisis constitucional.

Lo que podría pasar en caso de que la reina enfermara a tal grado que ya no puede ejercer su reinado sería nombrar un regente y en este caso sería el sucesor al trono, el príncipe Carlos. Lo interesante, es que el regente no lo puede designar la reina Isabel, sino que debe ser el Parlamento quien debe hacerlo.

Por si fuera poco, no sería lo más recomendable pues la reina Isabel II es la única de la familia real que sigue teniendo gran aprobación entre los habitantes del Reino Unido; a diferencia de Carlos quien está por debajo de William en cuanto a índices de popularidad. 

Esto significaría que al dejar el trono británico, la reina Isabel II podría ocasionar una crisis en la monarquía en su punto más débil. 

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