La "Fiesta de botox" que terminó siendo un DESASTRE

El bótox es tan popular, que incluso se realizan “fiestas” en las que varias mujeres se reúnen para ponerse las inyecciones en grupo.

Pero para Rachael Knappier, lo que debió haber sido una reunión feliz con sus amigas, terminó con un labio hinchado dos veces su tamaño.

Knappier, de 29 años, solo tenía la intención de ponerse la inyección de eliminación de arrugas en su frente, pero después de unas copas de vino, decidió que le agrandaran los labios un poco.

Sin embargo, la esteticista inyectó erróneamente el relleno en una arteria, lo que causó que su boca se hinchara en cuestión de horas, y que el suministro de sangre a sus labios se viera comprometido.

Cuando se produjo la reacción, la joven entró en pánico y llamó a la esteticista, quien le dijo que acudiera al hospital.

Mientras estaba allí, los médicos le informaron que no tenía una reacción alérgica y que un esteticista debería disolver el relleno.

Después de ir a emergencias y regresar a casa, la joven contactó a un experto en cirugía estética, quien le advirtió que podría perder su labio superior si el tejido comenzaba a morir.

Tres días después, a Rachael la dejaron gritando de dolor mientras los médicos le inyectaban en los labios un agente de disolución.

Y fue hasta tres meses después que su boca está casi de vuelta a su tamaño normal.

Cuando Rachael llegó a la fiesta, ella asumió que la esteticista era una enfermera, pero cuando no le solicitó firmar “ningún formulario de consentimiento, las alarmas deberían haber sonado”, admite ahora.

También confiesa que estar en una fiesta con amigos le “quitó toda la seriedad de tener un relleno inyectado en mi cara”.

Ahora, Rachael no quiere volver a asistir a una fiesta de bótox ni mucho menos volverá a asumir que las personas que inyectan rellenos han ido a la escuela de medicina.

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