En corto: Rodrigo Berrondo y Pablo Igartúa

El hotel DownTown y los restaurantes Kiga y D’Amico son testigos fieles del trabajo de Rodrigo Berrondo y Pablo Igartúa, quienes diseñan muebles exaltando las cualidades de los materiales.

¿Qué materiales definen a Paul Roco?

R: Nuestra filosofía en el diseño es el uso de materiales, no importa cuál sea, aunque nos especializamos en madera. Nos gusta encontrar la estética de éstos en su forma más natural, tratando de evitar colores, porque sentimos que cada uno tiene sus características y hay que saber explotarlas.

¿Cómo logran mantener la naturaleza de éstos?

R: El reto es que la gente perciba y aprecie esto. Vamos saliendo de esa fea etapa de la madera chocolate, todo el mundo lo trataba de imitar con tintas.

Lo interesante es mostrar materiales como el pino y que las personas se acostumbren a verlo y quizá lo entienda como algo cool o contemporáneo. Actualmente estamos en pruebas para obtener un color negro en la madera, no se encuentra tan fácil.

Nos dimos cuenta que una forma natural de obtenerlo era quemándola, hicimos varios experimentos y logramos justo un tono increíble.

¿En qué consiste la colección que están preparando?

R: Se trata justo de la recopilación de todo lo que hemos trabajado en los últimos cuatro años, en los que hemos diseñado para restaurantes y hoteles; de entre 300 o 400 productos escogimos 10 que les vimos potencial, los estamos llevando a una estética parecida. Queremos concentrar el tema de la madera quemada y el color natural de las cosas en una línea para casa.

Entonces, ¿empezaron creando espacios comerciales?

P: No. Comenzamos con una línea de muebles doméstica de ocho piezas, que se comercializó poco a poco. Una de esas sillas le gustó al propietario y arquitecto del restaurante El Charro, y se usó para ahí. Entonces nos empezamos a clavar un poco en el tema del diseño comercial y a hacer piezas por encargo.

De los proyectos que han realizado, ¿cuál es el que más satisfacción les ha dejado?

R: Nos encanta el DownTown, porque tuvimos mucha libertad y es el que más exposición a nivel internacional ha tenido.

P: Y el proceso creativo estuvo muy padre también. Mucha libertad y el cliente nos orientó muy bien, son gente que tiene muy claro lo que quiere y experiencia haciendo hoteles.

R: El Charro estuvo muy padre por la convivencia, ya que reunieron a jóvenes talentos mexicanos: un chef, un arquitecto, una diseñadora de modas, un artista plástico y nosotros, diseñadores de muebles. Todos en un mismo lugar, lástima que ya cerró, pero el resultado fue muy bueno.

¿Cómo empiezan a trabajar juntos?

P: Por desgracia (risas). Los dos éramos estudiantes y teníamos nuestro trabajo de medio tiempo. Yo estaba en un despacho de arquitectos y Rodrigo en una empresa que diseñaba taxis híbridos, y decidimos desarrollar este tercer proyecto que consistía en crear piezas. Era algo en donde queríamos tener un poco más de libertad de diseño. Empezamos haciendo muebles a la familia, y así fuimos generando la empresa.

¿De dónde viene el nombre?

R: Decidimos hacer una tercera persona, a Pablo no le dicen Paul y a mí no me dicen Roco, la idea era generar un tercer individuo que tuviera los conocimientos de estas dos escuelas.

¿Dónde podemos comprar sus piezas?

R: Por encargo y seguimos trabajando en proyectos comerciales, nos encanta que nos hablen para hacer un diseño: restaurante, hotel o centro comercial.

P: Y desarrollar el concepto, estamos explorando la idea de llevar todo el proyecto. Hicimos un local de brochetas de camarón, donde la arquitectura, diseño de mobiliario y obra fue nuestra. También queremos montar un showroom, que sería para el próximo año y tener una tienda online. Mientras estamos en paulroco.com.

¿Cómo ven el diseño mexicano de muebles?

R: Está creciendo mucho. Han salido más diseñadores, hace tres o cuatro años había tres importantes o conocidos y hoy en día ya hay cientos que están haciendo carrera y dándose a notar. Tanto, que hay mucho interés en el extranjero por ver qué está pasando en México.