Must

Stories By Sofía: Nunca Jamás quiero decir tal vez

La sorpresa más grande que nos llevamos al enamorarnos es con nosotras mismas
Publicado el:

La sorpresa más grande que nos llevamos al enamorarnos es con nosotras mismas. ¿Cuántas cosas has hecho o soportado en nombre del amor aún habiendo jurado previamente nunca hacerlo? Así es el amor, convierte hasta a la persona más sincera en una mentirosa incoherente. Me he tragado mis palabras antes, pero en esta ocasión me estoy atragantando enormes bocadillos y con cuchara sopera.

He dicho en distintas ocasiones que jamás volvería a salir con alguien que sea de otra religión, pues ya lo hice y es complicado. Jamás saldría con alguien que es divorciado, ¿qué necesidad tengo de hacerlo? Apenas tengo 25 años, no es como que los separados son lo único que me quedan.

Jamás saldría con alguien que tiene hijos, sencillamente no me veo de madrastra y si hubiera querido ser madre joven, ya lo sería. Como dice mi papá (medio de broma, medio en serio): “Los hijos propios o disecados.” Todo eso lo he dicho, un sin fin de jamases… y hoy me trago mis palabras y reconozco como cierto lo que siempre sospeché: que nunca jamás quiere decir tal vez. Aquí estoy, una mujer de 25 años yéndose de hocico por un hombre de 37 años que es judío, divorciado y papá. GULP. ¿A alguien le ha pasado? Fue de esas cosas en la vida tan inexplicables como existir.

Después de años de buscarme y el mismo tiempo de decirle que ¨no¨, Dios lo puso en mi camino de una manera que ya no pude ignorar. Según el libro Outliers, de Malcolm Gladwell (muy recomendado, por cierto), toma 10 mil horas realizar una actividad para poder dominarla y considerarse un profesional.

Tomando en cuenta que tengo seis exnovios, relaciones eternas, relaciones largas y una que otra relación breve en mi currículum (la mas corta fue de seis meses, la más larga de tres años), pues supongo que ya he tenido práctica en todos los temas relevantes al amor, desamor y los mal de amores.

De ninguna manera creo haberlo vivido todo, por supuesto, pero si comparas a uno de mis ex con otro, lo único que tienen en común es que anduvieron conmigo. Salí con pilotos, cantantes, financieros, empresarios, atletas, emprendedores, DJ’s, artistas, y tras ir recopilando nueva información sobre lo que me gustó y lo que no me ha gustado de mis relaciones previas, le hice mi petición a Dios y al universo.

Fue una especie de carta a Santa, como si estuviera comprando por catálogo al hombre de mis sueños. Ya saben: ambicioso, exitoso, que me cuide, que luche por un espacio en mi vida, que me impulse a crecer, que yo lo admire, que sea valiente, que sea hombre (o sea, con las virtudes que se le atribuyen a la hombría), etc. Evidentemente se me olvidó ser un poco más específica sobre algunos puntos (aprendan de mis errores, jaja) pero así llegó este hombre a mi vida

Mientras intentaba evadirlo aunque apareciera hasta en mis sueños, y cuando ya no pude llamar coincidencias a sus apariciones, reapareció entre mis manos, en esta misma revista que ahora tú estas leyendo, su foto, su sonrisa, su nombre y lo pensé. Ya fue mucho coincidir, esto ya es una señal.

Entonces le tomé esa invitación a comer que llevaba dos años esperando una respuesta mía y como sucede con lo que es para ti, lejos de expirar, esa invitación siguió renovándose. No es lo que me hubiera imaginado, posiblemente no sea el hombre de mi vida tampoco, pero el universo me está diciendo, “hey, ya viviste estas otras experiencias, ahora necesitas vivir esto”. Igual y me gusta, igual y ahí me quedo, o igual y lo agregaremos eventualmente a la lista de arriba entre los otros ex, pero pase lo que pase, seguro que será un nuevo aprendizaje sobre mí.

Y lo más importante, seguramente me dará mucho material para @SbyS porque las malas decisiones se convierten en buenas historias. Y con tal de tener algo que nos haga sentir, a veces uno sabe que se va a estrellar y acelera. Mientras el siguiente capítulo se escribe, sólo me gustaría saber si alguien que me lee ha estado en este lugar.

Por favor escríbanme y cuéntenme sus historias de éxito y/o aprendizaje, que me urge escucharlos y en esta ocasión quiero ser yo quien los lee. Espero sus historias con ansias, oídos abiertos y un corazón que palpita a mil por hora gracias a esta oportunidad de estar más cerca de ustedes. ¡Hasta el próximo viernes chiquibabies! 

"Las malas decisiones se convierten en buenas historias."

 

Fotos: Cortesía

También podría interesarte:

Stories by Sofía: La regla dominguera

Stories by Sofía: Te quiero con condiciones o para nada

Stories by Sofía: Hombres sin hombría