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Stories by Sofía: Ni tú eras para tanto, ni yo soy para ti

Habibi, ésta es la última entrada que escribo sobre ti
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Habibi, ésta es la segunda y  ú l t i m a  e n t r a d a que escribo sobre ti. Una entrada por cada s e m a n a que estuviste en mi vida, me parece prudente. También me parece prudente asegurarte que hasta ahí llegó tu influencia. Siempre que uno vive experiencias tan fugaces, apasionadas y confusas, nos preguntamos: ¿por qué?, ¿Cuál fue el motivo de que entraras en mi vida y qué aprendí de este lío?

Cuando me enteré que empezaría mi columna semanal, te confesé que llevaba años sin escribir y que estaba bloqueada completamente, no podía hacerlo. Me sentaba frente a mi computadora y nada; recurría al lápiz y papel, y nada.

Unas palabras resuenan hoy en mi cabeza, “o sea, aprovecha que tu galán es autor y pídeme ayuda para orientarte”. Me dijiste eso por teléfono y me tuve que despegar el aparato de la oreja por otro repugnante autoelogio que nuevamente te habías regalado.

Ahora veo porqué entraste en mi vida. Necesitaba un suceso tan irónico sobre el cual escribir, gracias por tu llegada y doblemente gracias por tu rápida partida.

Adele escribió un álbum gracias a niñitos como tú, Taylor Swift ha hecho toda una carrera de ello y ahora yo tengo este bebito, S by S, Stories by Sofia. ¿Cuántas se podrán identificar? Tantas que ya comencé a recibir mensajes en la cuenta oficial de Insta @s__by__s de bellas mujeres que me comparten sus propias historias de amor y desamor.

Propias historias de amor y desamor. Pero no hay que desviarnos del tema, te decía que hoy me toca rendirle un último homenaje a ese ego detrás del que tan bien escondes a la personita rota y pequeña que eres, tú -YoMismo- que es un alter ego idealizado. La realidad es que no eres el hombre que yo pensé que eras. Tampoco eres el hombre que tú crees ser. Eres el peor tipo de ciego, aquel que no quiere ver.

Ahora entiendo porqué te aferras tanto a ese libro no publicado que escribiste, el hombre que quieres ser sólo existe dentro de él

Pero la mayor satisfacción siempre la disfruta quien sabe esperar. Quien se aguanta las ganas de mandar un último mensaje, quien se muerda la lengua y se trague sus palabras, quien se muestra indiferente.

Yo gané. Y ni siquiera es que haya ganado, es que tú solito perdiste cuando a menos de 6 días mandaste el primer mensaje. Qué rico fue tomar mi celular y ver el patético whatsapp ese viernes a las 8a.m. en punto en el que me reclamabas que te di unfollow y que no entendías porqué si (en tu cabeza) éramos amigos. 

Eramos amigos. Pero no éramos amigos. Jamás lo fuimos y como ya tampoco éramos nada más, pues ¿ya para qué estar viendo tus selfies con quotes inspiracionales? Mi contestación fue clara y concisa. Te dije que no me parecías una persona por la que valiera la pena luchar, pero que te deseaba lo mejor y me daría gusto toparnos por la vida. 

Eso te lo mande a las 5p.m. tumbada en un camastro en Acapulco con una cerveza en mano. Tú que tardabas 3 horas en contestar cualquier mensaje me contestaste en 3 minutos… y yo solté la carcajada. Ése es el problema de ser todo ego, te vuelve predecible y te hace un blanco fácil, pues tu contrincante sabe dónde darte. 

Juré que desde aquella lejana terraza bajo el sol escuché caer al piso los fragmentos de tu orgullo, siempre frágil, ahora roto. Nunca sabré qué me contestaste, porqué borré la conversación sin leer tu respuesta. Si queriéndote me parecías poco sincero, ahora que me das lo mismo me pareces poco interesante. Ojalá todas las lecciones duras nos las enseñara la vida así, en dos semanas.

¿Pero sabes qué me encantó? Que me acordé lo que es sentir, lo que es querer y lo que es ilusionarte con alguien… ¡eso estuvo súper padre! Al final del día no eres malo, eres tú, pero no me toca quererte. Hay personas que llegan a tu vida 15 minutos y dejan mayor huella que otros que estuvieron años ahí.

Siempre hay algo positivo que sacarle a cualquier situación y es importante enfocarnos en eso. La pasamos bien, pero ni tú eras para tanto, ni yo soy para ti. ¿Y ahora quién llegara?

 

... no eres el hombre que yo pensé que eras. Tampoco eres el hombre que tú crees ser. Eres el peor tipo de ciego, aquel que no quiere ver.” 

 

 

Fotos: Tomada de instagram @sofiariveratorres