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Claudio Lutti y su trayectoria como diseñador

 


¿Cómo nace Kartell?

 

El iniciador fue mi suegro, Guiluio Castelli, en 1949 en Italia durante la posguerra. Comenzó básicamente produciendo productos de plástico como accesorios para el auto, para la casa y artículos de laboratorio. Era ingeniero químico.

 

¿Qué tiene que ver un químico con el diseño de muebles?

 

Mucho. Cada mueble que se produce toma alrededor dos años de desarrollo y es el resultado de un trabajo de laboratorio en donde se ponen a prueba los últimos adelantos en el desarrollo de plásticos. Cada diseño pasa por un proceso de prueba y error en donde se van calibrando los compuestos químicos, temperatura y tiempo de fundición para lograr un producto bello y resistente.

 

¿Estudiaste moda o diseño?

 

No (risas), de hecho economía, ahora si que la vida te va llevando por caminos distintos. Pero ha sido indispensable para la dirección de mi empresa.

 

 

¿Cómo es que salta a la fama la tienda?

 

Años más tarde, en 1988, gracias a la oportunidad que me dio de tomar el mando del negocio, asumí el papel como presidente y dueño de Kartell. El éxito se debe a los grandes diseñadores que forman parte de este proyecto y a las producciones, combinando plásticos, tecnología, diseño y la creatividad que envuelven cada pieza.

 

 

Claudio Lutti
Claudio Lutti
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¿Cómo nace Kartell?

 

El iniciador fue mi suegro, Guiluio Castelli, en 1949 en Italia durante la posguerra. Comenzó básicamente produciendo productos de plástico como accesorios para el auto, para la casa y artículos de laboratorio. Era ingeniero químico.

 

¿Qué tiene que ver un químico con el diseño de muebles?

 

Mucho. Cada mueble que se produce toma alrededor dos años de desarrollo y es el resultado de un trabajo de laboratorio en donde se ponen a prueba los últimos adelantos en el desarrollo de plásticos. Cada diseño pasa por un proceso de prueba y error en donde se van calibrando los compuestos químicos, temperatura y tiempo de fundición para lograr un producto bello y resistente.

 

¿Estudiaste moda o diseño?

 

No (risas), de hecho economía, ahora si que la vida te va llevando por caminos distintos. Pero ha sido indispensable para la dirección de mi empresa.

 

 

¿Cómo es que salta a la fama la tienda?

 

Años más tarde, en 1988, gracias a la oportunidad que me dio de tomar el mando del negocio, asumí el papel como presidente y dueño de Kartell. El éxito se debe a los grandes diseñadores que forman parte de este proyecto y a las producciones, combinando plásticos, tecnología, diseño y la creatividad que envuelven cada pieza.

 

 

 

¿Cuál es el producto estrella?

 

Las lámparas, las sillas, los sillones. Absolutamente todo tiene su encanto, ya que al estar involucrados tantos diseñadores, cada pieza es única.

 

¿Cómo relacionas tu experiencia en el mundo de la moda ahora con el diseño de muebles?

 

Fui director de Versace por mas de diez años y mi experiencia en el mercado de la moda me ha ayudado a tener una visión global. Para mí es muy importante que los diseños que se ofrezcan tengan aceptación tanto en el mercado japonés, alemán, mexicano y en cualquier parte del mundo. Es indispensable estar haciendo diseños originales, como en la moda, hay que estar en constante innovación.

 

¿Consideras que México se encuentra ante los ojos del mundo respecto a la moda del diseño?

 

Definitivamente sí y más después de ver los resultados obtenidos en el proyecto Kartell Loves México. Me quedé muy satisfecho de ver plasmado el talento mexicano en los muebles de Kartell.

 

 

Menciona algunos de los diseñadores que han formado parte de Kartell y estos más de 50 años:

 

Philippe Starck, Ferruccio Laviani, Anna Castelli Ferrieri, Antonio Citterio y Ron Arad, entre otros.

 

 

 

Dime alguna plataforma en la que hayan estado expuestos tus diseños:  

En el museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York; el Centro Pompidou, en París; la Kunsthalle, de Bonn, y claro, el museo Kartell, que nació en 1999 para celebrar el 50 aniversario, en donde estuvieron expuestos más de mil objetos en las instalaciones de Noviglio, Milán.

¿Cuál ha sido el reconocimiento más significativo que has recibido?

En el año 2000, cuando ganamos el premio como mejor museo de empresa por parte del Museo Guggenheim, y años anteriores fui premiado con visionaries por el Museo de Arte y Diseño de Nueva York por mi carrera.

¿Qué admiras de México?

Las playas, que son únicas en el mundo, y todo lo de la civilización maya ruinas y pirámides se me hace muy interesante.