La historia detrás del corsé

La palabra corsé proviene del antiguo francés "cors", que era un diminuto de "cuerpo". Los orígenes del corsé se pierden en la antiguedad. 

Las mujeres de civilizaciones antiguas, tales como Creta, Grecia, Roma, Egipto y Siria, usaban una especie de corsé para levantar el busto y afinar la cintura. En ocasiones, también lo usaba para practicar ciertos deportes que requerían trajes de soporte o constrictores. 

Hacia los siglos XVI y XVII, el uso del mismo se difundió como una prenda usada por todas las mujeres, independientemente de su posición social.

Los primeros corsés, eran particularmente rígidos e incómodos, aunque su fin siempre fue mantener una postura erguida, levantando o aplastando el busto y afinando la cintura. 

En el siglo XVII, la prenda ya era usada por los hombres, niños y niñas a partir de los siete u ocho años, principalmente en las clases sociales más altas. Era tan molesto e incómodo que muchas veces dejaba sin respiración a las mujeres, provocándoles casi el desmayo, pero era un sacrificio que tenían que hacer por belleza. 

Napoleón llamaba a esta prenda "El asesino de la raza humana", pues él consideraba que tenía efectos negativos sobre la natalidad, y sus intenciones militares necesitaban de nacimientos masivos para los futuros soldados de la patria. 

Con el paso del tiempo, se dejó de usar cada vez menos, y poco a poco se fue adaptando a otras necesidades. Hoy en día, se acostumbra usar para fines médicos, pero no como un código de vestimenta necesario. Afortunadamente, en la actualidad existen diferentes métodos para corregir la postura o "marcar tu cintura" sin que tenga que ser un proceso doloroso.

Sin duda alguna, era un método bastante incómodo para "moldear" la figura y corregir la postura. 

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Fotos: Cortesía 

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