Moda

Entre hilos e historias con José Alfredo Silva

El diseñador celebra los 10 años de Trista con una exposición en la Galería Terreno Baldío
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Trazos sutiles que marcan el patronaje perfecto sobre fina tela trabajada a mano para luego ser convertida en una pieza con clase, calidad y sofisticación, eso es Trista, firma mexicana que se enorgullece de sus orígenes y sigue avanzando luego de 10 años de arduo trabajo.

Desde su concepción en 2007, José Alfredo Silva y Giovanni Estrada, dos emprendedores egresados de IES Moda Casa de Francia, decidieron hacer un proyecto en el que el respeto por la moda y el buen gusto era el eje de su trabajo, mismo que se observó en colecciones como Las Primeras Voces, Sueño Primero, Escúchame con los Ojos, Líneas Invisibles, El Perro de Pavlov y Querida Fina.

Actualmente José Alfredo es el director creativo, quien busca darle seguimiento a la firma que ha conquistado países como Colombia, Brasil, Francia y Japón con su línea prêt-a-porter, tanto para mujer como hombre.

Para festejar los primeros 10 años de su empresa decidió montar la exposición Trista, una década contando historias, en la galería Terreno Baldío (abierta hasta el 14 de febrero), en la que se reconocen aquellas piezas que fueron creando el estilo de la casa de moda y que la han llevado hasta donde se encuentra.

 

La curadora de la muestra, que abarca los tres pisos del recinto cultural, fue Ana Elena Mallet, quien con su experiencia en el mundo del diseño hizo el montaje que proyecta la esencia principal de Trista: un trabajo hecho de forma artesanal por manos mexicanas.

Tal es la importancia de enaltecer el diseño mexicano en esta exposición que, en torno a la misma, habrá mesas redondas encabezadas por José Aldredo y Ana Elena, y un recorrido guiado.

 

¿Siempre quisiste diseñar ropa?

No siempre. Creo que lo que influyó fue que tenía mucha pasión por los cómics, los dibujaba y creaba personajes. Siempre me pregunté “¿Por qué no se dan cuenta que Superman y Clark Kent son el mismo? Sólo se quita los lentes y se pone un calzón rojo”, ahí entendí que la ropa es la que genera la personalidad, siempre tuve mucha curiosidad de eso.

 

¿Qué pensaron tus papás de tu idea de dedicarte a la moda?

No me dejaron porque en ese entonces no era licenciatura, por eso estudié durante cuatro años ingeniería industrial en el ITAM, pero cuando me salí cursé un diplomado de arte contemporáneo y después me metí a moda. Al final vieron que me encantaba lo que hacía, terminé la escuela en tres años, gané algunos concursos, trabajé un rato en Londres, hice una maestría en Francia y heme aquí.

 

Das clases, ¿por qué crees que es importante?

Desde que regresé de mis estudios en Francia decidí dar clases. Me parece muy importante transmitir lo poco o mucho que haya que aportar a los jóvenes, así como recibir lo mucho que ellos tienen que ofrecer a la visión de uno. Es fundamental que más gente de la industria pueda compartir conocimientos con las nuevas generaciones.

 

¿Cúal es la diferencia entre las piezas de antes y las actuales?

Hemos pasado por muchas etapas, definitivamente hay piezas donde el patronaje es lo más importante, sin embargo, hay otras en las que las líneas son más simples pero las texturas retoman el protagonismo. Creo que el Trista de ahora es un mix entre ambos extremos.

 

¿En qué te inspiras?

Hay muchos temas, por ejemplo, hay una colección que hicimos entre 2008 y 2009 en la que trabajamos con sombras, el tema era la muerte. Otro de los posibles sellos de la marca son las flores que, desde el inicio, las hemos usado en aplicaciones de serigrafía, bordados y algunas más tridimensionales, como en la actualidad, lo que nos lleva también al paraíso de las texturas. Nos gusta mucho cuidar los detalles, entonces, cada trazo de cada una de las flores que queremos es un trabajo muy largo.

 

¿Cuándo inicia tu aventura con la ropa de hombre?

Empezamos hace dos años, cuando se relanzó la marca. Quizá no muchos sepan que Trista paró durante un tiempo y todos los cambios que hemos hecho son con la idea de seguir mejorando y creando, por eso esta incursión.

Fotos: Fernando Canseco

 

¿Cuál género es más difícil de complacer?

Creo que es más difícil vestir a hombres, porque no se arriesgan a nuevas siluetas donde se puede subir o bajar la cintura, o en la que se amplían los hombros y se utiliza algún encaje o charmeuse de seda, aunque he de confesar que mucha mujer compra ropa de hombre.

Cuéntame ¿Por qué eliges una exposición como festejo?

Hay muchas razones, quizá la primera y más obvia es porque es un formato mucho más vivencial e incluyente, ya que no todos tienen oportunidad de ir a un desfile y queremos que nuestras piezas las vean la mayor cantidad de personas posible. Por otro lado, este tipo de exhibiciones ayudan a validar proyectos en torno a la moda que quizá a veces están mal vistos y el hecho que una galería abra sus puertas para estas presentaciones ayuda a entender las piezas como tal y fuera del contexto de ser un producto comercial. Por último, son diez años, entonces teníamos ganas de hacer algo como esto.

¿Habrá más celebraciones, tienes planeado algo en el extranjero?

Realmente no tenemos pensado celebrar fuera. No obstante, queremos continuar con experiencias muy personalizadas a lo largo del todo el año que permitan a la gente acercarse a nosotros y celebrar juntos.

¿Qué otros proyectos tienes?

Además de Trista, soy director creativo de Children of Our Town, que es una firma urbana, ready to wear, muy gráfica y contemporánea, en la que cada colección se basa en una colonia diferente de la Ciudad de México. Esto permite que su lenguaje sea muy actual y atractivo a todo el mundo. Por otro lado, soy codirector creativo en Tristán e Isolda que es una marca especializada de vestidos de novia. Francisco Cancino y yo comenzamos el proyecto hace año y medio en él proponemos una novia ligera, romántica y muy bella.