Boda

El origen del ramo de novia que tiene que ver con los olores de la Edad Media

Los ramos de novia no se inventaron solo para lucir bonitos. Aquí te contamos su curiosa (y olorosa) historia.
Origen e historia del ramo de novia en las bodas
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Desde la antigüedad, las bodas son un evento tradicional muy importante que celebra el amor entre parejas que se juran amor eterno. 

Y hay de bodas a bodas, pues se pueden encontrar desde las más lujosas, hasta las más sencillas e íntimas, pero cada una de ellas guarda una esencia de elegancia y formalidad. Tan solo hay que remontarnos a la Edad Media en la que se ve a la nobleza usar vestidos costosos y llenos de glamour. 

Pero toda esa elegancia y lujo guardaba un pequeño y oloroso secreto: su higiene.

Sí, ese mito de que Europa no se bañaban por falta de agua es un tanto cierto, y en eventos tan importantes como las bodas, los novios no iban de lo más limpios que digamos.

Por esta razón, surgió el ramo de novias. Aquí te contamos su curioso origen

 

Origen e historia del ramo de novia en las bodas

 

 

Para entrar en contexto, en la Edad Media, no existía el papel higiénico, los desodorantes, los cepillos de dientes y, encima de eso, el agua era muy escasa hasta para las personas de la alta sociedad. 

La historia cuenta que, por ejemplo, en el Palacio de Versalles, se llegaban a preparar banquetes muy lujosos para miles de personas, pero sin la más mínima higiene.

Además de esto, el lujoso palacio no contaba con baños, por lo que los desechos se aventaban por sus numerosas ventanas, las cuáles estaban ahí para ahuyentar el olor de la gente. 

También existían jardines enormes y hermosos con muchas flores que funcionaban como "baños" que atrapaban los olores.

En el libro "The Story of Versailles" de Francis Loring Payne, se menciona que: "El aire era tan intenso con el perfume mezclado de violetas, flores naranjas, jazmines, jacintos y narcisos, que el Rey y sus visitantes a veces se veían obligados a huir de los dulces y abrumadores olores”.

Por esta razón y porque no solían bañarse por el frío y la falta de agua, las mujeres usaban vestidos muy anchos que lograban "tapar" cualquier olor corporal desagradable. 

La historiadora del palacio de Versalles, Hélène Delalex, cuenta en el documental de Toute L’Histoire, que los aristócratas cubrían los olores con bolsitas perfumadas en los bolsillos de los vestidos o en las axilas, y se perfumaban y espolvoreaban las pelucas con harina para absorber la grasa.

Aquí es cuando se inventaron los ramos de novia.

Se dice que la mayoría de las bodas se celebraban a inicios de verano, es decir, en junio, porque el primer baño del año lo tomaban en mayo y un mes después el olor de los asistentes era aún tolerable.

Sin embargo, evidentemente los olores para esas fechas ya empezaban a hacer de las suyas y, por lo tanto, las novias empezaron a llevar ramos de flores cerca de su cuerpo para cubrir cualquier hedor.

Generalmente, las flores usadas en sus ramos eran todas aquellas con olores fuertes y agradables como el tomillo o el romero. Este tipo de plantas aromáticas lograba ahuyentar cualquier olor incómodo.

Así fue cómo la tradición de que la novia lleve siempre un ramo de flores se fue pasando de generación en generación sin saber que su origen principal era un tanto...oloroso.

Actualmente, los ramos de novia son un lindo accesorio que lleva toda novia al altar. 

 

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