Perfiles

William y Kate de visita en Nueva Zelanda

Dos de los exponentes máximos de la realeza británica se topan a su llegada con lo singular y fascinante de las tradiciones maories a través de un cálido recibimiento. A continuación la nota que nos compartió ActituFem.

 

El Príncipe William y su guapísima esposa empezaron la semana saludando estos hombres en Nueva Zelanda:

 

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Kate en Nueva Zelanda
Kate en Nueva Zelanda

Paola Camacho

Amo caminar y recorrer la ciudad sin rumbo fijo. Soñadora y analítica a la vez, soy bailadora y comelona de corazón alegre. Me encanta reír, cantar, bailar, tomar fotos y sobre todo... escribir.

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Dos de los exponentes máximos de la realeza británica se topan a su llegada con lo singular y fascinante de las tradiciones maories a través de un cálido recibimiento. A continuación la nota que nos compartió ActituFem.

 

El Príncipe William y su guapísima esposa empezaron la semana saludando estos hombres en Nueva Zelanda:

 

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La Pareja Real recibió una cálida bienvenida Hongi de parte de los hombres mayores de Maorí, Hiria Hape y Lewis Moeau, quienes los besaron nariz con nariz y frente con frente como corresponde a la tradición. También incluyó algunos discursos, bailes y cantos así como los correspondientes saludos con arma de fuego.

 

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Kate y William llegaron el lunes a saludar a sus súbitos de Nueva Zelanda en lo que es su primer visita desde el nacimiento del Príncipe George quien llegó a ser presentado en la isla.

 

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A su llegada, el Primer Ministro John Key le avisó a sus seguidores via Twitter del arribo en Wellington y les pidió hacerlos sentir bienvenidos:

 

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La primera fotografía corresponde a la tradición de los toa quienes, armados con lanzas y ataviados con tangas, saludaron a la pareja realizando una serie movimientos marciales y le ofrecieron una daga como ofrenda a William.

 

La prensa local se mantuvo muy al pendiente de los movimientos de la pareja y publicaron un comentario que hizo una pequeñita al referirse a Kate: “Es perfecta, es una princesa de verdad.”

 

El pequeño George se tuvo que quedar guardadito en el castillo porque el clima no era muy favorecedor pero ya cumplió con su primera visita a Nueva Zelanda.