Perfiles

Vicente Fox y Marta Sahagún: un swing por un Sueño

Organizan la tercera edición de la Copa Golf Embajadores
Publicado el:

Aficionados del golf de toda la República Mexicana se dieron cita en el Club Campestre de la Ciudad de México, lugar elegido por Vicente Fox Quesada, presidente del Centro Fox, y su esposa, Marta Sahagún, presidenta de la fundación Vamos México, para realizar la tercera edición de la Copa Golf Embajadores, torneo que tiene como principal objetivo recaudar fondos a beneficio de 200 niños con daño neurológico que pertenecen al Centro de Rehabilitación Integral de San Miguel de Allende (CRISMA). Durante el torneo Un Swing por un Sueño el expresidente de México y su esposa ofrecieron unas palabras para reflejar su continuo interés por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del país.

 

¿Por qué deciden hacer un torneo de golf?

MS: Creo que hemos encontrado diferentes formas de recaudar fondos, y que la gente responde a este maravilloso estímulo de poder ayudar a los demás, sin importar el cómo si no la causa. Nos hemos dado cuenta de que un torneo de golf es una manera muy bonita de recolectar dinero, ya que los participantes pasan un día muy lindo y encuentran que a través de pegarle a una bola apoyan a una gran causa, que en este caso es CRISMA, que hoy por hoy tiene en sus manos a 200 niños con daño cerebral.

 

Siendo esta la tercera edición de la Copa Golf Embajadores, ¿cómo han visto que ayuda a CRISMA?

VF: Yo creo que ayuda y mucho, sin importar la cantidad. De estos fondos viven las tres fundaciones que tenemos, y decimos con mucho orgullo que no nos volamos ni un sólo centavo del servicio público, nos fuimos con la cara limpia y la mirada en alto. Salimos a trabajar y encontramos que hay vida después de la Presidencia de la República, y ahora estamos dedicados a seguir ayudando a nuestro país. Reunimos fondos de muchas maneras, una es haciendo la Copa Golf Embajadores dos veces por año y otra son dos grandes eventos de moda en San Miguel de Allende. Además, organizamos el World Happiness Forum y el CITEK. Los eventos antes mencionados llevan un doble propósito, uno es promover México y el otro es buscar la donación de fondos a través de gente generosa.

¿En este torneo las donaciones únicamente se enfocan en torno a CRISMA?

MS: Sí, las donaciones que conseguimos en este torneo son exclusivamente utilizadas para CRISMA, lo que en este momento es nuestro mayor reto en términos de fondos, ya que nosotros tomamos la responsabilidad de esta fundación apenas hace dos años. Las instalaciones en las que ahora estamos ubicados tienen que ser remodeladas, pero hemos decidido que lo mejor es construir una clínica nueva, lo que obviamente significa un reto muy grande, pero al conocer la necesidad que hay no solamente en San Miguel de Allende, sino en todos sus alrededores, nuestra meta es poder ayudar cada vez más a un mayor número de personas.

VF: Principalmente este dinero recaudado se invertirá en tecnología e investigación, para no solamente dar la terapia y remediar la enfermedad, si no también para reintegrar a estos niños a la sociedad con la esperanza de que tengan una vida productiva. La nueva clínica será un centro de vanguardia, por lo que necesitamos muchas almas generosas que nos apoyen.

¿Los jugadores de este torneo los apoyan a lo largo del año?

MS: De manera particular son los patrocinadores que les interesa el tema de golf quienes nos apoyan mucho, ya que al mismo tiempo promueven su propia marca, lo que yo creo que es un ganar-ganar, ya que así es como ellos muestran su responsabilidad social, que hoy por hoy es la vanguardia en las empresas modernas que tienen consciencia de que hay que participar en el bienestar y en el bien ser de una sociedad entera.

 

¿Cuánto esperan recaudar para poder construir estas nuevas instalaciones?

VF: Ahora, es importante decir que cada niño cuesta una buena cantidad de dinero, es decir, que el dinero que juntemos en esta copa sí será utilizado para la construcción de la nueva clínica y su tecnología, pero es importante mencionar que hay otra forma muy particular de ayudar, que es apadrinar, que como su nombre lo dice, es ver por un niño y asegurarse que con su donativo salga adelante, recibiendo lo que necesita. Hemos comprobado que esta forma de ayuda es algo que a los padrinos les trae una enorme felicidad, ya que ven que su dinero tiene una razón de ser. Además, para los chiquillos es maravilloso tener asegurado un año de terapias y una atención integral que verdaderamente es costosa.

Además de su apoyo a CRISMA, usted como presidenta de la fundación Vamos México, y usted como presidente del Centro Fox, ¿cuál es su labor día con día con respecto a la ayuda que brindan al país?

MS: Como Vicente bien lo dice hay vida después de la presidencia. Como ciudadanos mexicanos que amamos nuestro país, estamos conscientes de que todos tenemos que colaborar para la construcción de un México mejor. En este sentido, tenemos programas meramente sociales como lo es la causa de CRISMA que ayuda a niños con daños neurológicos, también damos 11 mil dosis de proteína a niños en orfanatos a través de organizaciones públicas o privadas que les llevan la alimentación que requieren para poder aprender. Asimismo, la fundación Vamos México otorga anualmente 600 sillas de ruedas, lo que cambia la vida entera de una familia. Por su parte, el Centro Fox también ayuda al país con otro tipo de programas sociales. Por ejemplo apoyamos a 300 niños de escasos recursos para que tengan acceso a una escuela de música. De igual forma, tenemos a 200 jóvenes que cada día van a aprender el programa de presidente por un día, donde a través de seis módulos distintos se les enseña a creer en ellos mismos, ya que realmente lo que necesitamos los mexicanos es creer en todo el potencial que tenemos como seres humanos y olvidarnos del “no se puede.”

VF: En México no todo está mal, de hecho, en nuestro país mucho está bien. Además, tenemos seres humanos llenos de identidad cultural y muchas emociones. Simplemente se trata de cambiar el chip en este país y dejar que las cosas bellas sucedan.

 

 

Fotos: Fernando Canseco