Perfiles

Tiempo de reinventarse: Andrés Velencoso

El azar lo llevó al mundo del modelaje, lejos de su familia, pero hoy realiza campañas con marcas influyentes
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Retrocedamos en el tiempo hasta llegar a Tossa de Mar, en la provincia de Gerona, España, cuando Andrés era un joven que soñaba con viajar, pero la escuela no era lo suyo, lo sabía y no quería aferrarse a las aulas.

Tempranamente se interesó por la fotografía, más que guiarse por la moda tenía sensibilidad hacia la estética y lo visual, porque nunca se ha considerado un chico fashion, que busca nuevos looks y explora complicados estilos avant garde.

“A la edad de 20 años, cuando estudiaba en Barcelona, me interesó el modelaje porque necesitaba un dinero extra para pagar las cuentas mientras hacía mi vida allá. Tossa de Mar es un lugar maravilloso, pero fue más fuerte mi curiosidad por explorar otras ciudades y a los 21 años me fui a Milán a trabajar”, recuerda Andrés Velencoso Segura, uno de los modelos españoles más reconocidos a nivel mundial, quien visitó la Ciudad de México en su nueva faceta de embajador de la casa de alta relojería IWC Schaffhausen.

Los estereotipos de la moda son cambiantes y las aspiraciones de lo que un modelo debe ser dificultan las cosas, ir a 20 castings y quedar en uno es el pan de cada día para quienes empiezan. Es ahí cuando la paciencia debe ser extrema, tanto como las ganas de llegar, pero la frustración puede derruir el sueño.

“La vida es así, lo que uno más aspira nunca es fácil y más en el mundo de la moda masculina, donde hay menos oportunidades, menos dinero y más competencia”, acierta. Pero la fama o el glamour de la alta costura no fueron lo que le atrajo para iniciar en este trabajo, “yo sólo quería viajar, conocer otras culturas y salir un poco de Tossa de Mar para estar unos años a mi rollo, disfrutando otros países y pasándomela bien. El mundo de la moda era la excusa, por decirlo así, pero éste se transformó en mi manera de vivir”.

Como modelo profesional vio que realmente podía hacer una carrera, pero desde que empezó a tocar puertas hasta que lo invitaron a trabajar en proyectos interesantes tuvieron que pasar cuatro años, “en los que fui sobreviviendo, dando pasitos y pasitos. Luego de Milán pasé por París hasta que decidí, con 22 años, ir a Nueva York para ver si allá había algo para mí”.

 

Fotos: cortesía y Fernando Canseco

Stylist Salvador Cosio R.Asistente de moda: Belén CarrascoGrooming: American Crew