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¿Cómo surge La Revolución Individual?

Llevaba muchos años trabajando en temas de emprendimiento y finanzas, pero sentía que lo que estaba haciendo iba de alguna manera en contra de mis valores y principios.

El cambio fue conectarme con ellos y quitarme la idea que me habían metido en la cabeza desde niño: que o hacías lo que te gustaba o ganabas dinero, pero que las cosas a la vez eran incompatibles.

A raíz de una serie de cambios que culminaron en 2016, decidí cortar con mi vida, hacer el viaje por Asia que llevaba años soñando y que nunca me había permitido.

Allá fue que empecé a escribir sobre esta nueva idea de acercar a las personas mis conocimientos de finanzas, comercio y economía para que encuentren una manera de unir lo que les gusta, con lo que les puede hacer ganar dinero, pero, sobre todo, con lo que les genere menos frustración.

¿Por qué viste la necesidad de escribir sobre este tema?

En el mundo cada vez somos más habitantes y consumimos más, el mundo se va a acabar porque tendemos a utilizar recursos que no son renovables y ya empezamos a ver escasez de algunos como el agua. La primera reflexión es, no vamos a caber.

La segunda es ¿para qué necesito consumir tanto?, ¿por qué prefiero tener más cosas y no menos, pero de mejor calidad?, que me satisfagan más, que me hagan mejor a mi propio cuerpo y sean más justos para los demás.

Creo que el título dice mucho, siempre esperamos que los demás hagan  cosas, pensamos: “¿Cómo es que no se ha inventado esto o nadie ha empezado este movimiento?”, cuando en realidad, si quieres que un movimiento exista tienes que empezar a hacerlo tú mismo. 

¿A quién va dirigido?

A personas que ya tienen un foquito que se les ha encendido, que es: “Tenemos que cambiar algo”, pero evitando entrar en el pesimismo, tienes que verlo de una perspectiva optimista.

La idea es que las personas se alineen con las cosas que les gusta hacer, porque normalmente, cuando estás complacido y rodeado de la gente que quieres, no necesitas el consumo para satisfacer tu infelicidad. Llénate de vida, consume menos y de calidad, así generas un cambio.

¿A qué te refieres con ‘un cambio’?

El cambio no es que te vayas a África a ayudar a los niños, es en tu día a día, con pequeñas modificaciones de hábitos.

A lo mejor piensas que por ti no pasa nada, pero si empiezas a entender la importancia que tiene en siete mil millones de personas, siete mil millones de “no pasa nada”, te das cuenta de que a la Tierra o al ser humano como especie le queda un día menos de existencia.

Considerando que la publicidad envía mensajes en sentido opuesto a esta idea, ¿qué le dices al lector?

Existe un estado de bienestar no conocido antes por la humanidad, pero que necesita una pequeña reconfiguración.

No creo que los movimientos de aislarse de la sociedad sean inteligentes, es mejor cambiar desde dentro y de una manera optimista.

Hoy en día, el voto no es nada más cada seis años en las urnas, es qué compro, a quién y cada cuánto, mediante esa elección de comprar o no es como decidimos cambiar.

Cada vez hay más movimientos de alimentarse y consumir de otra manera, de sustituir el plástico, la alimentación hormonada y un montón de cosas, entonces si decidimos comprarles a ellos, estamos votando por ese cambio de sistema. 

 

Fotos: Sergio Bejarano

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