Síguele la pista: Gilles Vignal

La sonrisa de un niño que acaba de cumplir su sueño de vida y el impacto positivo que tiene en su lucha contra una enfermedad grave es un fenómeno que convenció a Gilles Vignal para dejar el retiro y tomar la misión de replicarlo las más veces que se pueda. Desde su posición como director general de la fundación Make-A-Wish México quiere ampliar la cobertura, que actualmente se concentra en la Ciudad de México y sus alrededores, a todo el territorio nacional.

“En todos los estados de la República hay niños con enfermedades críticas, buscamos tener un grupo de Make-A-Wish en cada uno para atender sus deseos”, afirma. “El impacto positivo lo vemos en sus caras y en milagros como cuando se da una recuperación total de ciertos niños. Eso te hace decir: ‘Algo estamos haciendo bien’, el reto ahora es reproducir eso con mayor frecuencia y por eso necesitamos difusión para llegar a más gente que quiera apoyar”.

El primer paso ha sido la colaboración con la Lotería Nacional y el lanzamiento de más de dos millones de cachitos para el sorteo del 7 de septiembre de 2018, que llevarán imágenes de niños que han sido atendidos por la fundación. Esta difusión les permitirá que su mensaje resuene en todo el país, con la esperanza de que más personas se quieran sumar, como donantes o bien como parte de la red de voluntarios.

“Hoy tenemos 100, pero yo quisiera pensar que en un futuro podamos ser más y abrir en Guadalajara, Monterrey o Mérida”, explica Vignal. El exdirector de empresas automotrices y de mobiliario recibe una institución con seis años de vida, que bajo la supervisión de Paola Berger llegó a la cifra actual de cerca de 200 deseos cumplidos por año, que se traducen en jóvenes con renovadas ganas de luchar por su vida y sobreponerse a la adversidad.

Su encomienda es consolidarla a nivel organizacional para impulsar nuevos proyectos como el de emprendimiento social entre niños y jóvenes desde primaria hasta prepa o el Wish Dish, que busca la colaboración con restaurantes para crear platillos especiales cuyas ventas se conviertan en donativos. “Yo llego a capitalizar algo que es maravilloso y a acrecentarlo.

Tenemos más de 100 voluntarios y un equipo muy humano que realmente está dedicado en cuerpo y alma a cumplir deseos y transformar vidas”, subraya. En un país en el que se registran más de siete mil casos solamente de cáncer infantil, el desafío es grande, pero con la suma de esfuerzos, Gilles está convencido de que es posible.

En México hace falta que cada individuo piense en dedicar un momento de su día para ayudar y participar, sea con un donativo o con su tiempo. La gente da si sabe que la causa es buena, entonces está en nosotros el cómo difundimos eso”, concluye. 

Fotos: Karla Gómez 

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