Rubén Rovelo

Seis de los pilotos mexicanos que llevan la pasión automovilística a diez mil revoluciones por minuto alrededor del mundo, nos confiesan si prefieren las curvas o las rectas; logros y prendas que no pueden faltar en su clóset.

¿De dónde nace tu pasión por las carreras?

Desde que me acuerdo siempre tuve el sueño de ser piloto, mi pasión nace por parte de mi papá, quien estaba en una promotora de carreras de coches y lo acompañaba. Así me fue naciendo el gusto.

¿Crees que como hombre te dé un plus ser piloto?

Creo que no, el plus es cuando te va bien y tienes éxito; eso va de la mano con la disciplina, trabajar para lograr metas. Muchos piensan que tenemos ahí algo extra pero no, soy afortunado de poder estar en la profesión que me gusta.

¿Qué estudiaste?

Ingeniería mecatrónica en la Universidad Marista, y fue complicado porque ya estaba en la Nascar a nivel profesional, pero la terminé muy bien.

Superstición que tengas:

Mi coche parece como tiendita afuera de la Basílica con todo lo que trae pegado: santos, la Virgen y me encomiendo a mis abuelos, siempre me pongo el guante derecho primero y si se me olvida me los quito y me los vuelvo a poner, siempre lo hago.

Piloto favorito:

Sigo a muchos pero para mí, Adrián Fernández ha sido de los mejores que ha tenido nuestro país, aparte de los buenos consejos que me ha dado y que me han resultado.

Compártenos algún consejo:

Para ser piloto hay que parecerlo, la disciplina, y que no me dejara vencer ni por la edad ni por el peso.

¿Qué no puede faltar en tu clóset?

Ropa para hacer ejercicio, tenis, shorts y playeras.