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Punto de Partida llega a Madrid

La exposición llega a Fundación Santander y Magnolia de la Garza, subdirectora de la colección y curadora da detalles
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La exposición Punto de Partida incluye una selección de obras de la Colección Isabel y Agustín Coppel. Sus curadores, Magnolia de la Garza y Patrick Charpenel, parten de la idea del mestizaje para mostrar una lectura del arte contemporáneo internacional hecha desde México. La muestra contará con más de 120 obras de 57 artistas como Jimmie Durham, Superflex, Abraham Cruzvillegas, Alighiero Boetti, Ulises Carrión, Hélio Oiticica, Gabriel Orozco, Mario García Torres, Leonor Antunes, Gary Hill, Pierre Huyghe, Wolfgang Tillmans, Marcel Broodthaers, Bruce Nauman o Cindy Sherman. Isabel y Agustín Coppel iniciaron su colección en la década de 1990 con una particular selección de arte moderno mexicano, la cual rápidamente dirigieron hacia la corriente contemporánea, tanto nacional como internacional, con el nuevo siglo y motivados por el interés de promover el arte contemporáneo y su acercamiento a un público cada vez más amplio.

Desde hace varios años la colección incursionó en la esfera pública conformándose como una asociación civil, constituyéndose como Colección Isabel y Agustín Coppel (CIAC), ésta se ha comprometido con la difusión del arte, apoyando exposiciones, publicaciones, proyectos artísticos y de investigación. De esto y más nos habla Magnolia de la Garza, subdirectora desde hace seis años de la colección.

¿Cómo llegas a la CIAC?

Llego después de haber trabajado, primero en el Museo Tamayo y depués unos meses por mi cuenta, quien me invita es Mireya Escalante, la directora de la colección, a un puesto que no existía, el de subdirectora, y es el de colaborar junto a ella en el desarrollo de los programas, el desenvolvimiento de la colección y de todo lo que eso implica. Llegué en septiembre de 2014 y aquí he estado.

¿Qué diferencia existe entre trabajar para un museo que para una colección privada?

Es muy distinto y una experiencia muy diferente. En el Tamayo estaba como curadora asociada, tenía proyectos a mi cargo y en los últimos años me dediqué a proyectos con artistas en el desarrollo.

Es una colección que tiene una riqueza de obra muy grande, que va desde la pintura y la escultura a nuevos medios como la instalación y el video, que tiene un fuerte componente de fotografía.” y producción de sus piezas y sus exposiciones, era un trabajo muy cercano a ellos que me dio la opotunidad de trabajar con gente que puedo decir que son mis amigos; y ahora podría decirse que tengo un filtro, porque colaboramos a través de galerías, de ferias y de otras exposiciones que apoyamos. La colección me ha permitido tener un espectro mucho más amplio.

La CIAC es un proyecto muy generoso, socialmente hablando, nos permite hacer exposiciones con piezas que para los museos es difícil conseguir en préstamo cuando pretenden hacerlo independientemente. Es una colección que tiene una riqueza de obra muy grande, que va desde la pintura y la escultura a nuevos medios como la instalación y el video, que tiene un fuerte componente de fotografía, de hecho a finales del mes en Madrid inauguramos una exposición de pura fotografía titulada Life world.

¿Cómo llega la invitación para exponer en Madrid?

Hace poco más de un año, Paloma Botín, parte de la la familia de Banco Santander, invita a la colección a hacer un proyecto en la Sala de Arte Santander, el cual está ubicada dentro de la ciudad financiera de este grupo, es un lugar impresionante, tienen 250 hectáreas y un bosque de olivos, y en el edificio central decidieron crear un espacio de arte, y me parece que ésta es la novena colección que invitan a sus salas. Querían hacer algo con México y nos invitaron.

¿A qué crees que se debió la invitación?

Hubo mucha gente que les habló de la CIAC, ha estado ya en España por otros lados; luego, Paloma Botín conoció a Patrick Charpenel, durante un viaje a España y le habló de la colección. Patrick es el primer curador y quien me invita a hacer el proyecto; es una persona que ha estado cercana a la colección, nunca trabajando desde dentro, pero es el curador del Jardín Botánico, en Culiacán, el proyecto más público de la colección.

¿Cómo fue la selección de obras?

Es muchísimo trabajo y teníamos que pensar que la colección ya se había exhibido antes en Europa en una exposición llamada México. Expected Unexpected, cuarada por Carlos Basualdo, fue muy exitosa, se presentó primero en la Maison Rouge en París y luego viajó a tres sedes distintas en Europa; entonces pensamos en cómo hacer algo diferente, tratando de llevar otras piezas. La colección cambió mucho en estos últimos años.

También Patrick en algún momento pensó que teníamos que hablar de qué era hacer una colección desde México y qué lo definía, y hablando con otras personas alguien le dijo que México es el mestizaje, entonces ese se vuelve el punto de partida de toda esta exposición; no es ilustrar el mestizaje, porque no hay una sola colección que hable sobre eso, pero es pensarlo como si más bien fuera un concepto, una forma de pensar cómo sería un pensamiento mestizo, en donde tienes influencias de muchos lugares; por lo que pensamos en piezas de la colección, que por dimensiones nunca se habían mostrado. Se exhibe por primera vez una pieza de Gary Hill llamada Learning Curve, que fue la primera pieza de arte contemporáneo que Isabel y Agustín Coppel compraron, ellos inician su colección con pintura moderna mexicana, y luego van acercándose al contemporáneo mexicano, un día hacen este salto y compran esta pieza, la cual es muy impactante, es como un pupitre de escuela, la paleta va creciendo y al final se vuele una pantalla, donde ves una especie de obra, es una relación con cuestiones de aprendizaje y pedagogía. En esta colección hablamos de identidad, de comunidad, de cuestiones de economía y pedagogía, entonces escogimos obras que de alguna forma, no son la traducción textual, pero pensamos que esas piezas nos invocaban a esos temas o hablaban de alguna manera de estas construcciones que estamos proponiendo.

¿Qué implica llevar 120 obras a España?

Ha sido muy generosos la gente de la fundación. Hay toda una cuestión, hay que hacer embalajes, viajan en un avión carguero, es todo un tema complejo con muchas personas involucradas, es un trabajo de varios meses de preparación. A partir de octubre de 2015 que nos llega la invitación empezamos a trabajar en este proyecto y toda la cuestión logística; fueron mínimo seis meses de trabajo.

¿En qué se basan para comprar las obras de la colección?

Nosotros no compramos, lo que hacemos es investigación y propuestas, el único que tiene la decisión es Agustín Coppel. Nosotros le sugerimos, hay ocasiones que nos toma mucho tiempo cuando hay veces que queremos una pieza que sabemos que es importante, la peleamos y le pedimos que le vea bien. Por otro lado la colección ya tiene un cuerpo de obra importante y entones ahora parte del trabajo es no sólo ver qué cosas nuevas están sucediendo, sino tenemos estás diez, pero para completar ese núcleo necesitaríamos estas otras dos, entonces se hace mucha investigación, ya no se viaja tanto a ferias porque ya no es la urgencia de comprar, pero se está en constante diálogo con galerías, con curadores, se visitan exposiciones en México y en el extranjero, eso siempre ayuda y es parte del proceso de investigación.

¿En qué momento la CIAC se vuelve importante para México y el mundo?

La colección existe desde los años noventa, Mireya Escalante, directora, está con ellos desde el principio. Era una colección particular y en algún momento ellos crean en 2006 una asociacion civil y ése es un salto a lo público, pero que no necesariamente implica que algún día vamos a tener un museo, porque no hay ningún plan de tenerlo. La forma en que se ha trabajado es muy interesante, México y el mundo tienen muchos museos, no necesitan uno más y lo que se hace es que se invita a un curador que proponga una investigación sobre la colección y desde aquí se hace la producción, como si fuera un museo y se piensa en el catálgo, audioguía y en todas las herramientas educativas que se puedan ofrecer. Ya que se tiene el paquete se le ofrece a uno o varios museos para que se haga una itinerancia y la exposición circule y esa es la forma de hacer pública la colección y compartirla sin la necesidad de tener un espacio propio, y al mismo tiempo trabajar con las instituciones que ya existen en México y al interior de la República, porque se pueden llevar cosas que normalmente no tienen la capacidad o cuesta dinero. Todas nuestras exposiciones siempre van acompañadas de un catálogo, el cual sale el día de la inauguración y siempre se trata que nuestro trabajo tenga una parte educativa que acerque al público a las muestras. Es una colección con una mirada propia, no intenta construir ningún discurso oficial de la historia del arte ni representar ningún momento en particular, pero creo que es muy interesante ver esa mirada personal del arte desde un lugar de alguien que lo disfruta realmente.

 

Fotos: Fernando Canseco

 

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