Perfiles

Presentación en el Palacio de Bellas Artes: Alfredo Daza

El barítono Alfredo Daza regresa a nuestro país con una presentación doble en el Palacio de Bellas Artes

Uriel Trejo

El destino te lleva por caminos inciertos. A mí me llevó al periodismo de estilo de vida, donde trabajar es ¡todo un gozo!

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Después de estar fuera por mucho tiempo, volver a la tierra que te vio nacer y de una manera estelar da mucha satisfacción, especialmente al alma. “Es un regreso muy feliz, sobre todo, porque ya acabamos las cuatro funciones de Macbeth, que fue debut y una de las versiones más difíciles que existe: la de 1847.

No quiero sonar a cuento de hadas hecho realidad, pero cantar en el Palacio de Bellas Artes es una imagen que los cantantes de ópera tenemos desde que entramos a estudiar al Conservatorio; aprecio mucho esta situación de tener dos títulos, uno tras otro”, cuenta el barítono Alfredo Daza, quien vuelve a México para presentarse en la máxima casa de las artes en la CDMX con dos títulos consecutivos con la Compañía Nacional de Ópera: Macbeth y Stiffelio, ambos de Verdi, durante septiembre y octubre, respectivamente. Para quien fue por más de 15 años el Primer Barítono de la Staatsoper Unter Den Linden en Alemania, una de las casas operísticas de más prestigio en Europa, regresar con esta doble presentación “fue coincidencia. Sabía que había la intención de hacer Stiffelio –la cual considero perfecta para el público mexicano por su trama y musicalidad–, y desde que hicimos la premier en Berlín, tenía ese proyecto en mente, lo empecé a comentar con gente en México y otros cantantes, y al hablar mi manager con el director de la ópera, Alonso Escalante, me llamaron por teléfono.

Estaba en casa estudiando Macbeth y Alonso me dijo: ‘Quiero que vengas a hacer Stiffelio, haremos dos funciones. Además, tengo Macbeth, vienes, lo haces antes, y ya que llevas tanto tiempo fuera del Palacio de Bellas Artes cantarías esos dos títulos’, acepté con mucho gusto, fue una cosa que se dio”. Lo mejor de este reto fue que Alfredo ha interpretado ambos papeles, en los que el estilo vocal es básicamente el mismo, “es Verdi, Macbeth en una versión de 1847, y Stiffelio que fue estrenado en 1850”, comparte Daza, quien está sorprendido por la aceptación del público mexicano, que en tan sólo una semana agotó los boletos, demostrando que en nuestro país existe el interés por el bel canto y el arte en general.

“Siempre hemos tenido cantantes de ópera, escritores destacados, artistas de primer nivel como pintores y escultores, por donde le busques; ahora que hay un poco más de información, creo que es muy prometedor y me gustaría ver un poquito de más proyectos y espectáculos”, afirma el originario de Puebla, quien gusta de destacar ese lado artístico de México a través de sus redes sociales utilizando los hashtag #Mexicoismusic y #Mexicoisart.

DE SU PASIÓN Y OTROS DEMONIOS

En la vida hay momentos que nos van marcando y dejando un huella muy profunda, convirtiéndose en nuevas brújulas de nuestro destino, tal y como le pasó a Alfredo Daza, quien todavía recuerda con cariño cuando a temprana edad su hermano mayor lo llevó a conocer los “discos prohibidos” de su papá. “Me impactó esa música, me impactaron los solistas.

Y al ver a Plácido Domingo en la tele, quería hacer eso, comencé un poquito a investigar y desde aquel tiempo tuve el gusanito. Empecé mis estudios a los 11 o 12 años y lentamente me di cuenta que tenía un talento que era vocal, me fui descubriendo más adicto de la ópera, hasta que me enamoré por completo”, relata. Ese impulso lo llevó a estudiar en el Conservatorio de su natal ciudad. Graduarse del Conservatorio Nacional de Música, ganar el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli en 1991 y 1995 y ser becario de SIVAM.

En 1998, a la edad de 21 años, ingresó al Adler Fellow de la Ópera de San Francisco, y para 2004 se convirtió en Primer Barítono de la Staatsoper Unter den Linden, en Alemania, por invitación expresa del maestro Daniel Barenboim, colocándose como una de las voces mexicanas más importantes de la actualidad. A la par de la música, la pintura fue otra de sus grandes pasiones, de hecho estudió cuatro semestres de Diseño Gráfico en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), donde tuvo como profesor al artista José Lazcarro –de quien se declara admirador–, pero la música le ganó llevándolo a consagrar 22 años de su carrera interpretando más de 50 papeles principales en italiano, francés, alemán y ruso.

Destacando en roles como Scarpia en Tosca y Zurga en Les pêcheur de perles; así como sus vibrantes interpretaciones verdianas, las cuales han sido calificadas como “delirantes” en títulos como La Traviata, Don Carlo, Falstaff, Simon Boccanegra, Un Ballo in Maschera, I Masnadieri, Giovanna D’Arco y Stiffelio. Además, ha pisado importantes casas de ópera de Alemania como la Staatsoper Hamburg, Staatsoper Stuttgart y Oper Köln, además del Théâtre Royale de la Monnaie, Teatro dell’Opera de Roma, el Teatro Verdi de Trieste, el Comunale di Bologna, el Carlo Felice en Génova, el New National Theater de Tokio, la Washington National Opera, el Lincoln Center, la San Francisco Opera, NYC Opera y la Canadian Opera de Toronto, entre otros. Logros que le dan una importante experiencia, aunque confiesa que “faltan muchos papeles por hacer y muchos teatros por conquistar.

Creo que cuando un artista se conforma, se termina su carrera”. Es por eso que después de muchos años en la ópera de Berlín y tras superar una difícil situación, la cual casi le cuesta la vida y lo llevó a estar más de cuatro meses en el hospital para su recuperación, Alfredo ha decidido cambiar su vida de manera radical y buscar otros horizontes, “siempre hay que explorar nuevas fronteras, ver hasta dónde puedo y hasta dónde no puedo”.

Después de su última presentación en Bellas Artes con Stiffelio el próximo 7 de octubre, Daza ya tiene su agenda llena. “Tengo la invitación de ser vocero en Desing Week, que estoy muy contento con eso estuve platicando con el despacho EDAA Arquitectura sobre la sala que nos tocó, es un proyecto muy lindo y que bueno que exista; además tengo que ir a Puebla, estar con mis papás que es muy importante, después regresar a Berlín, cuidar un poco la salud y empezamos con ensayos del Falstaff, de Verdi, con el maestro Daniel Barenboim, está el proyecto de hacer el DVD, ojalá se haga porque es una producción muy padre, muy divertida, de Mario Martone, un director de escena italiano genial y quien hizo la puesta.

Luego voy a China, al Teatro de Beijing, vamos a hacer Les pêcheur de perles con cast de primera orden”. Sin duda, mucho por hacer, pero eso sí, tomando las debidas precauciones para cuidar la voz, “lo que hago es trabajar en silencio, porque no puedes estar practique y practique, debido a que los músculos de las cuerdas vocales son pequeños y no se pueden estirar demasiado”. Y son esos momentos de total silencio que le permiten liberar demonios y escuchar esa música que forma parte de su memoria, además de servirle para “conocerme más y entender mi locura”. 

Fotos: Karla Gómez 

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