Piel Mexicana: Francisco Cancino

Tras seis años de fundar la marca Yakampot y ejercer como director creativo desde el inicio, el diseñador de orígen chiapaneco, en específico de Tuxtla Gutiérrez, respeta y comunica el gran valor del legado cultural que transmiten los pueblos de nuestro país. Durante más de diez años ha trabajado muy de cerca con comunidades indígenas de México desarollando experimentación textil, rescate iconográfico, teñido artesanal y otras metodologías en materia de diseño para conservar las técnicas artesanales de nuestra cultura textil mexicana y hacerlas un punto de interés a escala mundial. Su interés por este arte tradicional viene desde muy pequeño, pero se empapó del tema formalmente al trabajar hace unos años en FONART.

¿Cuándo empezaste a trabajar con artesanos mexicanos y cómo fue tu inmersión en estas comunidades?

 Soy chiapaneco, crecí rodeado del tema textil de manera inherente. La primera vez que estuve en una comunidad fue a los 19 años por voluntad propia, ya que quise expermentar al trabajar con el telar de cintura, y a partir de ahí, nunca me separé de ese proceso. A voluntad siempre quise hacer un tipo de moda distinto al común. En algún punto quise estudiar en París, pero la vida siempre me regresó a mi raíz, a mi contexto y al trabajo comunitario de las sierras textiles.

¿Con cuántas comunidades has trabajado?

Con más de 45 comunidades en México en diferentes regiones como Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Estado de México, Nayarit, Jalisco, Campeche y Veracruz, entre otras, lo que se ha convertido en el motor de mi trabajo. Creo fielmente que los proyectos con más éxito en el mundo refieren a las personas que tienen una búsqueda personal sobre la reutilización, readaptación y reincorporación cultural de las técnicas que están alrededor de uno. Para mí, el textil tradicional se ha vuelto un motor para poder crear; encuentro mi inspiración en México, en la revalorización de la artesanía y en su conservación.

¿Cómo es tu forma de colaborar con los artesanos?

Procuro que los artesanos con los que hacemos mancuerna tengan trabajo continuo todo el año y que la remuneración sea justa, no entro en un proceso de comercio justo, porque la reglamentación está desdibujada, pero ofrezco a mis artesanos una paga justa y trabajo constante, ya que si los abandonas, la comunidad, las artesanas y el contexto cambian, por lo que no se lleva a cabo un proceso que tenga inherencia en la comunidad. El chiste de esta reivindicación es crear una labor que logre un proceso de continuidad.

¿De qué forma crees que enalteces México al hacer este tipo de colaboraciones?

Creo que las artesanas merecen tener una vida digna en torno a sus procesos creativos. Cuentan con un nivel técnico preponderante y eso hay que reconocerlo, reinsertarlo a la comunidad y reconocer su valor para que sepan que su trabajo vale. Hacia afuera pienso que es muy importante poder mostrar proyectos de moda o de diseño textil que realmente sean consecuentes con lo que nosotros somos, es decir, contamos con desarrollos textiles maravillosos, técnicas por rescatar y materiales que se procesan en México que dignifican la profesión de ambos mundos, tanto el artesanal, como el del diseño. Esto nos hace auténticos, diferenciados y nos sentimos orgullosos de lo que somos.

Fotos: Fernando Canseco y Edgar Silva Fuentes S. 

Maquillaje: G MAKEUP by Gaby Mariscal

Locación: Editorial House

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