Perfiles

Papás que inspiran: Enrique Guerrero

Hombres de familia comparten la experiencia que brinda valor y emoción a una celebración

RSVP Staff

Somos un sitio dedicado al glamour y al lujo, que proporciona contenidos de interés para los usuarios más exigentes de la sociedad mexicana.

Publicado el:

La paternidad es como la vocación de un artista, se construye día a día, trabajando sobre la marcha, pero además, es básico ser coherente con cada decisión. Ser padre es una labor que nunca termina y eso lo sabe bien Enrique Guerrero, quien tiene dos hijos: Camila de 27 años y Miguel de 30.

“Por más que te prepares, nunca lo sabes hasta que eres papá, yo fui educado de una forma, ésa misma que más o menos transmití a mis hijos: nada de libertinajes, pero sí vivir con educación, disciplina y respeto”, afirma Enrique. “Poner reglas no cambia su personalidad, los hijos son como son, pero obviamente aprenden de ti, si yo me comporto de cierta forma con mis amigos, en el trabajo y con mi pareja, ellos aprenden y repiten patrones, y eso nada tiene que ver con la época ni el tipo de educación que des”.

Cuando Miguel y Camila eran niños, recuerda, hubo un momento en que le dijeron “papá, ni un museo más”, porque siempre iban a ver exposiciones, sin embargo, tanto andar por las salas de arte los llevó a buen puerto, porque ahora Miguel es su socio y trabajan juntos dividiéndose entre la galería de México y la nueva sede que abrieron en Houston. “Aunque mi hijo es un exitosísimo restaurantero, su pasión día a día está en el arte, como fue la mía al inicio y como lo es ahora para él. Hoy aprendemos juntos”.

Como galerista, Enrique comparte con Miguel ciertos valores, como la honorabilidad y el respeto tanto con el artista como con el cliente. “Hay que ser trabajador, una persona de bien, porque el nombre no se gana de un día para otro, lo más importante es tu reputación y tu comportamiento hacia los demás”.

Su esposa y madre de sus hijos es italiana, por lo cual pasaron muchos veranos en familia en la Costa Azul, asimismo, como buen trotamundos, Enrique procuró que sus hijos hicieran viajes culturales, “sin importar que fuéramos a Asia o Sudamérica, yo siempre trataba de involucrarlos y los animaba para que eligieran su cuadro favorito, diciéndome porqué. Al principio se iban por el color, después me hablaban de formas y al final era un conjunto de todo, involucrando una emoción”.

Su hija estudió medicina y vive en Nueva York, dedicándose a la cirugía robótica, pero siempre que Enrique hacía una feria en la Gran Manzana, Camila era su asistente, “ella atendía el stand conmigo, vendía a la par, hablaba con los clientes, al final es el trato y el respeto que aprendió en familia, ese mismo que ahora ella comparte con sus pacientes”.

Aunque algunas veces Enrique y Miguel han tenido diferencias en su sociedad como galeristas, prima la confianza, y como papá siempre le dice “convénceme o te convenzo a ti, pero resolvámoslo de la mejor manera”.

 

Fotos: Sergio Bejarano, Fernando Canseco, Rodrigo Terreros y Karla Gómez

Por: Arturo Emilio Escobar, María del Mar Barrientos, Alex Ocaña y Jimena González Yuste