Perfiles

Muy auténtico

Transmitir ese sabor que caracteriza a los destilados en sus diversas localidades se ha convertido en la misión de Pedro Quintanilla, Gustavo lozano, Marco Beteta y Alejandro Martínez Grey, quienes no le tienen miedo a la expresividad del verdadero mezcal.

 

¿De dónde surge la idea de crear Marca Negra y cuándo se hizo realidad?


P: De nuestro gusto por el auténtico mezcal. Nos dimos cuenta que no había en el mercado prácticamente ninguna marca comercial que lo ofreciera tal y como se produce y se consume en las localidades de origen.

 

En esas regiones se produce con métodos muy antiguos; se cuece el corazón del agave en un horno de tierra (como la barbacoa), se muele en piedra o a mano y esto se fermenta naturalmente sin agregar levaduras ni acelerantes —que lleva semanas— y posteriormente se destila lentamente dos veces en alambiques de cobre o barro.

 

A estos destilados no se les agrega agua para ajustar la graduación alcohólica. Los maestros que elaboran estos mezcales logran un balance y sabor que resultan extraordinarios. No es un valor el hecho de que sean suaves, sino que sean sabrosos y que estén bien hechos. Por eso, uno bueno debe tener una graduación alcohólica mínima de 45 o 46 por ciento.


Nuestro plan era y es capturar en una botella los auténticos mezcales de México así como son, sin ‘mejorarlos’ o adaptarlos a un supuesto ‘perfil de consumidor’ o a cierto ‘target’.

 

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¿Por qué el nombre?


P: El nombre y diseño de nuestra botella fue concebido como un homenaje a la mano de obra y al conocimiento ancestral de los maestros mezcaleros.


¿Quién les diseñó el logo o ayudó a definir todo el concepto?


P: Trabajamos en conjunto con una agencia mexicana muy prestigiosa que se llama Sociedad Anónima, de Francisco Ruedaflores y Rodrigo Tovar.


¿Dónde lo producen?


P: Actualmente tenemos tres diferentes, hechos con tres tipos de maguey, y cada uno lo produce un maestro distinto. Todos están en Oaxaca.


¿Consideran que el mezcal se ha vuelto una moda?


P: No me gusta usar la palabra moda porque éstas vienen y, por definición, se van. Estamos convencidos de que el destilado se está descubriendo, como hace no muchos años sucedió con el tequila, y que llegó para quedarse.


¿Ofrecen propuesta de coctelería?


P: Es un medio para difundirlo y generar el gusto por él, por ello es una parte muy importante de nuestra misión. Los cocteles logran que mucha gente pierda el miedo a probar esta bebida y a fin de cuentas resulta en que lo acaban tomando y apreciando solo, que es lo óptimo.

 

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El maridaje perfecto es...


P: Normalmente el mejor maridaje de todas las bebidas es con los platillos de la misma región de donde se producen. Y más aún con la comida específica del pueblo en donde se produce, porque el mezcal es parte del gusto regional.

 

Si te vas alejando, en primer lugar un mezcal de Tlacolula va bien con la comida de ahí; en segundo término, uno oaxaqueño va bien con la comida oaxaqueña y en un tercer término y ya más en general, un mezcal mexicano va bien con la comida mexicana. Es decir, mientras más cerca estés de la región de origen, más perfecto es el maridaje con su gastronomía.


¿Está dentro de sus planes comercializarlo a nivel internacional?


P: De hecho ya lo estamos haciendo en Estados Unidos y en varios países de Europa. Pronto lo introduciremos en Canadá.


¿Qué esperan de esta bebida?


P: Lo que va a suceder es que se conocerá cada vez más en Mexico y en el planeta, y ciertamente va a ocupar un lugar especial dentro del mundo de los destilados si se conserva la identidad que tiene de ser un producto artesanal de altísima calidad.

 

Esperamos que resulte ser un emprendimiento en el que gane toda la cadena, desde el maestro productor hasta el consumidor final. Creemos firmemente en el comercio justo y en que la comunidad productora de estas maravillas tiene que compartir las ganancias que se generen de las ventas de sus productos. Entonces, parte de lo que esperamos es un impacto económico significativo en zonas que siempre han estado muy marginadas.

 

 

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Transmitir ese sabor que caracteriza a los destilados en sus diversas localidades se ha convertido en la misión de Pedro Quintanilla, Gustavo lozano, Marco Beteta y Alejandro Martínez Grey, quienes no le tienen miedo a la expresividad del verdadero mezcal.

 

¿De dónde surge la idea de crear Marca Negra y cuándo se hizo realidad?

P: De nuestro gusto por el auténtico mezcal. Nos dimos cuenta que no había en el mercado prácticamente ninguna marca comercial que lo ofreciera tal y como se produce y se consume en las localidades de origen.

 

En esas regiones se produce con métodos muy antiguos; se cuece el corazón del agave en un horno de tierra (como la barbacoa), se muele en piedra o a mano y esto se fermenta naturalmente sin agregar levaduras ni acelerantes —que lleva semanas— y posteriormente se destila lentamente dos veces en alambiques de cobre o barro.

 

A estos destilados no se les agrega agua para ajustar la graduación alcohólica. Los maestros que elaboran estos mezcales logran un balance y sabor que resultan extraordinarios. No es un valor el hecho de que sean suaves, sino que sean sabrosos y que estén bien hechos. Por eso, uno bueno debe tener una graduación alcohólica mínima de 45 o 46 por ciento.

Nuestro plan era y es capturar en una botella los auténticos mezcales de México así como son, sin ‘mejorarlos’ o adaptarlos a un supuesto ‘perfil de consumidor’ o a cierto ‘target’.

 

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¿Por qué el nombre?

P: El nombre y diseño de nuestra botella fue concebido como un homenaje a la mano de obra y al conocimiento ancestral de los maestros mezcaleros.

¿Quién les diseñó el logo o ayudó a definir todo el concepto?

P: Trabajamos en conjunto con una agencia mexicana muy prestigiosa que se llama Sociedad Anónima, de Francisco Ruedaflores y Rodrigo Tovar.

¿Dónde lo producen?

P: Actualmente tenemos tres diferentes, hechos con tres tipos de maguey, y cada uno lo produce un maestro distinto. Todos están en Oaxaca.

¿Consideran que el mezcal se ha vuelto una moda?

P: No me gusta usar la palabra moda porque éstas vienen y, por definición, se van. Estamos convencidos de que el destilado se está descubriendo, como hace no muchos años sucedió con el tequila, y que llegó para quedarse.

¿Ofrecen propuesta de coctelería?

P: Es un medio para difundirlo y generar el gusto por él, por ello es una parte muy importante de nuestra misión. Los cocteles logran que mucha gente pierda el miedo a probar esta bebida y a fin de cuentas resulta en que lo acaban tomando y apreciando solo, que es lo óptimo.

 

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El maridaje perfecto es...

P: Normalmente el mejor maridaje de todas las bebidas es con los platillos de la misma región de donde se producen. Y más aún con la comida específica del pueblo en donde se produce, porque el mezcal es parte del gusto regional.

 

Si te vas alejando, en primer lugar un mezcal de Tlacolula va bien con la comida de ahí; en segundo término, uno oaxaqueño va bien con la comida oaxaqueña y en un tercer término y ya más en general, un mezcal mexicano va bien con la comida mexicana. Es decir, mientras más cerca estés de la región de origen, más perfecto es el maridaje con su gastronomía.

¿Está dentro de sus planes comercializarlo a nivel internacional?

P: De hecho ya lo estamos haciendo en Estados Unidos y en varios países de Europa. Pronto lo introduciremos en Canadá.

¿Qué esperan de esta bebida?

P: Lo que va a suceder es que se conocerá cada vez más en Mexico y en el planeta, y ciertamente va a ocupar un lugar especial dentro del mundo de los destilados si se conserva la identidad que tiene de ser un producto artesanal de altísima calidad.

 

Esperamos que resulte ser un emprendimiento en el que gane toda la cadena, desde el maestro productor hasta el consumidor final. Creemos firmemente en el comercio justo y en que la comunidad productora de estas maravillas tiene que compartir las ganancias que se generen de las ventas de sus productos. Entonces, parte de lo que esperamos es un impacto económico significativo en zonas que siempre han estado muy marginadas.

 

 

 

D.O.

México cuenta actualmente con 12 productos con Denominación de Origen; tres de ellos son artesanías: Olinalá de Guerrero, Talavera de Puebla y Ámbar de Chiapas. Cinco de ellos son productos agrícolas: el café de Veracruz, el café de Chiapas, el mango ataulfo de Chiapas y el chile habanero de Yucatán; y cuatro son destilados: el tequila, el bacanora, el sotol y el mezcal. Es interesante observar que la tercera parte de los productos son destilados, lo que hace evidente que forman parte esencial de nuestra identidad como mexicanos.

 

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Fuente: Amigosdelmezcal.mx