Perfiles

Máximo González en el Museo de la Cancillería

El artista argentino presenta por primera vez su obra titulada: “Lo cíclico”

Alejandra Guevara

Siempre sonriendo, amante del café, apasionada de la vida

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El artista plástico de origen argentino vive en México desde hace trece años. Estudió bellas artes y ahora es maestro docente de artes visuales.

 

Desde que llegó a nuestro país se dedicó a desarrollar su obra en su estudio y taller que se encuentra en el centro de la ciudad. Se considera un verdadero amante y estudiante de las artesanías ya que sus piezas requieren diversas técnicas. Máximo ha impactado a sus seguidores con sus obras, por lo cual lo invitaron a exponer en el Museo de la Cancillería de la Ciudad de México.

Durante la presentación de su muestra titulada “Lo cíclico”,  platicamos con el artista para conocerlo más.

 

¿Cuál es tu estilo como creador?

Mi obra es muy variada y cuenta con diferentes formatos, siempre tiene una preocupación social, política o ambiental, son diferentes cosas que me afectan personalmente y que hacen que desarrolle una obra o una pieza determinada en situación específica. Tengo varias líneas de trabajo: hago collage con recortes de dinero, esculturas, dibujo, animación de video e instalaciones.

Todas mis piezas están hechas con diferentes materiales que van de la mano con la idea, tienen una relación directa ya sea por su historia, procedencia o significado.

 

Fotos Sergio Bejarano y María Fernández

 

¿Por qué la titulaste "Lo cíclico" ?

Se llama así justamenten porque hablamos de las vueltas que da la vida, esa constante renovación o reciclaje de elementos. La muestra fue curada por María Juliana González y Ana Cristina Ortego, entre las dos hicieron una selección muy interesante de piezas.

Todas tienen un punto en común, el hecho de que siempre están yendo y viniendo, hablando del ciclo de vi da de tiempo, memoria, política, naturaleza, el hombre, entre muchos más.

 

Fotos Sergio Bejarano y María Fernández

 

¿Qué podemos ver en esta exhibición?

Por ejemplo, la silla árbol viene acompañada de un texto que habla sobre una silla abandonada, la encuentra un carpintero, la cuida y le ayuda a transformarse de nuevo en una simple silla; en el momento que le iba a cortar su última rama la silla le pide que no lo haga ya que le recuerda su origen.

Habla de la esencia del ser. Hay otra pieza que me gusta mucho se llama we recycle, habla acerca de rescatar y reciclar, es chistoso, encontré un serrucho en un mercado de pulgas y de ahí nació la idea de proyectar una imagen sobre la historia de un granjero que con un serrucho corta un árbol, es toda una lectura del ciclo de vida.

 

Fotos Sergio Bejarano y María Fernández

 

¿Cuál es tu proceso creativo?

Esa pregunta es bien interesante porque me tomó mucho tiempo saber y entender de dónde venía esa inspiración.

Uno hace las cosas, empiezas a crear y después no sabes exactamente cuál fue el proceso. Cuando necesité ayuda para realizar un video, ya que no sé manejar los programas o recortar cierto tipo de cosas, tuve que explicarle a alguien más lo que quería y que me ayudara a crear exactamente lo que estaba visualizando y ahí entendí que había un proceso mental o procedimiento para hacer cada cosa.

 

Fotos Sergio Bejarano y María Fernández

 

¿Qué materiales usas?

Uso muchos y diferentes tengo un dibujo hecho con una aguja, otro es un recorte de papel picado, las sillas de madera que hice con un carpintero, un telar de billetes, acrílico. Son muchos años de aprender a usar nuevos y diferentes materiales.

Cada cosa que construyo requiere un tratamiento especial dependiendo el material y lo que quiere ser eso. Hay un balance en lo que te da, lo que quieres que sea y lo que logras hacer con él. Por ejemplo, hay maneras en las que se debe cortar la madrea, si no se astilla y se pierde ese pedazo, ella me enseña a mí hasta dónde puedo llegar, siento que hay una conexión, respeto y complicidad con los materiales.

 

Fotos Sergio Bejarano y María Fernández

 

¿Cuál ha sido tu reto más grande?

Hay una pieza que es un cartel que dice La amargura de mi venganza fue muy difícil para mí, nunca la había mostrado porque no me parecía que estuviera del todo terminada. La tenía guardísima y las curadoras la encontraron en el estudio y la sacaron, aún no sé qué hacer o pensar con respecto a esto. Quizás algún día lo entienda y me dé cuenta de que realmente ya está lista o encuentre el elemento que le falta.

Un reto para mí es aceptar cuando algo ya está terminado, que ya no hay nada más que hacer, está listo.

 

Fotos Sergio Bejarano y María Fernández

 

Como artista, ¿qué es lo que más disfrutas hacer?

Lo que más me gusta y menos hago es pintar, la pintura es algo que me transporta el alma, me siento en otro mundo es un proceso exquisito, pero se me olvida comer y es algo que me fascina sobre todo aquí en México, donde la cocina es la más rica del mundo. Si pinto puedo estar días trabajando sin agua, comida nada sólo enfocado en el lienzo. Creo que no pinto tanto porque me gusta más comer.