Perfiles

Mathieu Matachaga y su visión de la moda

El diseñador francés nos habla sobre su trabajo en la campaña “Soy Una #Hijademimadre”

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Tiene 24 años, pero al ver la dedicación y maestría con la que enhebra una aguja y termina los detalles de sus prendas, pareciera que Mathieu Matachaga lleva una vida dedicado a la moda.

Su cuna —originario de Orange, al sur de Francia— es la misma que ha visto nacer el savoir faire de los grandes de la moda, un país donde se respira el estilo desde que sé es pequeño.

“Por ejemplo, mientras camino por las calles de París, en cada esquina, puedo imaginar una historia, visualizar un vestido, un estilo, colores… París es una fuente de inspiración inagotable y sus calles se transforman en pasarela desde el amanecer hasta el anochecer”.

Foto Sergio Bejarano 

 

Sin embargo, su visión no se limita a un estereotipo, pues prefiere “ver más allá que la capital  de la moda; la inspiración nace de otros horizontes. Me ha tocado inspirarme del más pequeño pueblo, en el fondo de la región de Chiapas, o en Auvergne, Francia. En esos lugares puede uno soñar, crear un drapeado, un escote, un vestido, un pantalón, imaginar un desfile en las calles estrechas, un puente o en la terraza de un café.

Foto Sergio Bejarano 

 

París brinda la cercanía hacia la moda, pero existen tantos espacios, lugares, estilos y matices de colores que quiero descubrir”. De esta manera, su atención puede ser atraída por los corsés de senos cónicos que diseñó Jean Paul Gaultier y que popularizó Madonna, “por la fluidez de sus vestidos y su locura”, hasta cosas como “la sensibilidad, la fuerza y las líneas del cuerpo que son propias a cada mujer”.

 

ÉXITO EN LA MIRA

Entre sus maestros se encuentran nombres como John Galliano —Mathieu se desempeñó en la casa Dior durante cuatro años—, de quien asegura aprendió “a inspirarme de cada objeto que nos rodea, así como a usar el color.

De un punto de vista técnico, el corte en biés como una manera de sublimar el cuerpo de la mujer de forma sencilla y ligera, con un alto nivel de excelencia”, tal como lo sigue aplicando en cada uno de sus diseños y al trabajar sobre sus objetivos. “En el futuro, me gustaría iniciar una línea prêt-àporter de calidad irreprochable”.

Foto Sergio Bejarano 

 

Su exigencia la constatamos en carne propia, durante la sesión fotográfica que realizamos en el antiguo edificio del Periódico Excélsior. Mathieu daba instrucciones precisas de cómo sería el maquillaje y peinado de sus amigas Inge Bardor, Martha Cristiana y Beatriz Paquel, quienes posaron con los tres diseños especiales que realizó para la tercera edición de la campaña “Soy una #Hijademimadre”, creada por Baileys. Casi sin parpadear hasta que el resultado fuera lo que él esperaba, un solo movimiento de cabeza bastaba para saber que íbamos por buen camino.

Foto Sergio Bejarano 

 

Y no es de extrañar que decidiera participar en un proyecto que tiene como objetivo resaltar lo que las personas han aprendido gracias a su madre y mostrarlo con orgullo, pues fue precisamente a través de su mamá y abuela que descubrió la fascinación por las prendas femeninas. “Mi interés por la moda nació de aquellos momentos cuando de niño me atrevía a abrir el guardarropa de mi mamá para poder admirar los diseños, los colores y tocar las telas”. Así como al ver a su abuela, una costurera que trabajó en Túnez y Argelia. Mientras Mathieu era un pequeño quedaba hipnotizado con su maestría. “No veía las horas pasar mientras la admiraba confeccionando los vestidos”.

 

Foto Sergio Bejarano 

 

Su madre fue quien lo motivó y le permitió estudiar moda en una familia en la cual la costura era reservada a las mujeres. “Hasta la fecha mi mamá me escucha, sigue siendo un gran apoyo y siempre ha respetado las decisiones que he tomado en todas las áreas de mi vida”.

 

Como la de tocar la puerta de una de las casas más emblemáticas de la moda, siendo un adolescente. “Llegué a los 17 años con Azzedine Alaïa. Hasta esa fecha Azzedine nunca había autorizado que un hombre trabajara en el taller de Alta Costura. Tuve que insistir explicándole que yo deseaba trabajar en ese taller únicamente. Me dio excepcionalmente un periodo de prueba de dos semanas; me anunció el día de mis 18 años que yo sería el único hombre que ocuparía el puesto en ese taller”, recuerda.

 

Foto Sergio Bejarano 

 

Ahí no sólo descubrió que su pasión lo puede llevar hasta donde el desee, también aprendió a analizar y respetar las líneas del cuerpo de la mujer. “Según él (Azzedine), un vestido sencillo y bien cortado nunca pasa de moda”. Un par de años después y tras “haber estado rodeado de un equipo de alto nivel, dotado de una larga experiencia y con tantas ganas de transmitir su savoir faire, en los aspectos técnicos y en el estilo”, obtuvo la confianza suficiente para abrirse camino en solitario y enfrentarse a los retos que tiene un joven diseñador al crear prendas bajo su nombre.

 

Foto Sergio Bejarano 

 

Inge, Martha y Beatriz, amigas cercanas del diseñador y quienes han seguido de cerca su carrera, compartieron el significado que tiene para ellas la frase que lee en los diseños de Mathieu: “Soy una hija de mi madre”.

 

Foto Sergio Bejarano 

 

“Al finalizar con John Galliano decidí experimentar y lanzar mi primera colección. Así fue como me proyecté e inicié, siguiendo los preciosos consejos de los maestros del equipo de Galliano”.

 

El camino para él comienza, y desde México, que se ha convertido en una extensión de su hogar, seguiremos los pasos de Mathieu Matachaga, quien encuentra los placeres de la vida “al descubrir la naturaleza, la gente, cocinar, leer, documentarme acerca de las plantas medicinales y pasar horas mirando el horizonte del mar”.

 

 

Maquillaje Galit Levin y Axel Martell para Glam Beauty /  Peinado Dannyel Kovoz para Glam Beauty