La princesa que renunció a un sueño
El anuncio del emperador de Japón, Akihito de 82 años, ha causado polémica: sus deseos de abdicar el trono a favor de su heredero, el príncipe Naruhito, podrían representar un problema para su esposa, la princesa Masako, para quien las reglas serían aún más estrictas.
Desde que la futura emperatriz se casó con Nahurito, tuvo una gran depresión y varios problemas para adaptarse a las normas del mundo imperial. Masako, quien fue formada en la universidad de Harvard y deseaba tener una vida normal, se vio presionada durante los primeros años de matrimonio para tener un hijo varón, esa situación llego a ser tan grave que desapareció una temporada junto con su esposo.
La primera aparición pública de la pareja después de mucho tiempo, fue en un banquete en honor de los reyes holandeses en el palacio imperial de Tokio. Este año ha acompañado a su marido a diversos eventos donde se le observa mucho mejor y más feliz con su hija Aiko de 14 años.
El momento de que Naruhito se convierta en el nuevo emperador parece que es cercano, y Masako tendrá que seguir luchando contra las normas del reino de su país, además de adaptarse a los cambios que se presenten.
A sus 52 años, la princesa tiene una agenda que por año incluye más de 250 encuentros oficiales y 75 viajes, sin contar las ceremonias que se celebran regularmente.
Fotos: cortesía
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