La embajadora de EU nos deja entrar a su mundo personal

La familia Jacobson no alcanza consenso sobre su lugar o comida favorita de México, aunque todos coinciden en el gusto por el país, su gente y su cultura. Roberta dice que prefiere Xochimilco, que ama el mole poblano, el oaxaqueño y las variedades de platillos de pato, como los tacos. Su postre favorito son los chocolates y por eso en la residencia oficial de la embajadora de Estados Unidos en el país, donde nos recibe, siempre tiene una reserva de este alimento elaborado con cacao nacional.

¿Le gusta el tequila?

“Claro, el tequila y también el mezcal, su sabor ahumado. Me encantan los dos, pero no en exceso (risas)”, contestó. Jonathan, su esposo, ama caminar por las calles, visitar los sitios y restaurantes de la capital; sus platillos favoritos son de mariscos y ama cenar con café. Junto a Roberta visitaron hace dos semanas Morelia, Michoacán, y quedaron fascinados.

Gil y Daniel, de 19 y 17 años, respectivamente, comparten el mismo gusto por el ceviche y el guacamole, y aunque no conocen mucho de México, entre sus lugares favoritos de estas vacaciones de verano quedaron encantados con Teotihuacán, zona arqueológica que visitaron el pasado sábado.

Esta semana, la familia Jacobson aprovechó la comodidad de la residencia, ubicada en Paseo de la Reforma, en Lomas Altas, entre las residencias diplomáticas de Suiza e Irán; la embajadora Jacobson compartió que algunas mañanas han iniciado el día desayunando en la clásica churrería El Moro, del Centro Histórico.

¿Cuáles son los planes de familia?, ¿sus hijos y esposo planean estudiar y trabajar en México?

“Bueno, como mamá espero estar con ellos. Uno está en la universidad y otro completando su preparatoria. Lo que me gusta es que ellos se enamoran de México y quieren regresar, pero si ellos quieren regresar no sólo para Acción de Gracias o Navidad sino para quedarse un poco más de tiempo estudiando o trabajando en la Embajada, por ejemplo, adelante”, contestó. Jonathan dice que permanecerá en Washington en lo que Daniel termina la escuela, pero no descarta mudarse y seguir desde México su trabajo en la Agencia de Protección Ambiental de EU, enfocado en proyectos bilaterales de agua potable.

Fotos: Fernando Canseco