Jorge Ayala: el outsider de la moda

Tules con tonos neón, listones multicolores y racks que desbordan autenticidad convertida en chamarras, vestidos, jeans intervenidos con frases y paliacates nos dan la bienvenida al departamento en Polanco que el diseñador Jorge Ayala utilizó como refugio, previo a la presentación de su reciente colección llamada Mexique.

Sus herramientas se asoman en una mesa de trabajo. Agujas, hilos y tijeras se mueven al ritmo de las ideas de un hombre que ha tenido la oportunidad de conocer el mundo, de crecer y desarrollarse en un ámbito multicultural por decisión y convicción al estudiar en París y en Londres, gracias a ello hoy sabe que “la moda no es la solución suprema de un príncipe que está diseñando con plumones, es un trabajo colectivo de muchos artistas que intervienen”.

Él tenía bien claro que no existía otro camino para el éxito, mas que el de la preparación, la experiencia y el conocimiento, que sumado a su habilidad lo llevó a crear la firma Jorge Ayala Paris, en Francia, lugar que lo cobijó cuando comenzaba su carrera.

Junto a Gisselle Kuri, quien lo acompaña para mostrarnos sus diseños, Jorge nos saluda descalzo, vistiendo jeans de su colección y una t-shirt que mezcla estampados de la banda Iron Maiden con la imagen de Mickey Mouse, lo cual habla de su principal filosofía: “somos una marca autónoma, no pertenecemos a ningún grupo y esto nos da libertad artística y flexibilidad intelectual”.

Nació en México y creció en un ambiente lleno de arte, “en mi infancia mexicana siempre iba a clases de pintura, estudiaba piano, entonces estuve sumergido en una burbuja romántica, que fue lo que mis papás siempre buscaron para mí, y todo esto se refleja al día de hoy”. Así que cuando decidió estudiar arquitectura en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, el apoyo de su familia fue absoluto.

CIMIENTOS ESTÉTICOS

En la época que comenzó a enfocarse en su carrera base, la moda no estaba en su radar, sin embargo, la transición a este ámbito se dio de una forma orgánica gracias a piezas y momentos clave que se encontró en el camino.

“Empecé a estudiar arquitectura a finales de los noventa, en París. Esa carrera en Francia, de entrada, es considerada una de las bellas artes, y a través de todos esos años de estudiante tuve encuentros cruciales en mi vida, los cuales fueron con amigos que trabajan en la moda, que hacían zapatos o que se dedican a bordar, entonces toda esta riqueza y densidad de estos perfiles que existen en París y que es única, me enriqueció mucho”.

También, descubrir que el discurso de la creación con concreto no es tan disímbolo al de una prenda. Buscar que las telas sean superficies fértiles y no estériles, para Jorge está implícito en el trabajo de un arquitecto.

“La moda tiene una esencia profunda de arquitectura, porque para mí implica precisión, estructura, estrategia, presupuestos, organización general, entregas, clientes… no es tan diferente. El cambio es de escala, pero seguimos implementando todas las tácticas y técnicas que hemos trabajado como arquitectos, es decir, estropear telas, desgarrarlas, pintarlas, la tercera dimensión es vital en mi trabajo”

Su siguiente paso fue aplicar para estudiar una maestría en Londres, en la Architectural Association School of Architecture (AA). “Un logro, pues los jurados para esta escuela eran Zaha Hadid, Rem Koolhaas, entre otros, entonces fue realmente saliendo de París cuando todo este desarrollo artístico se consolidó, lo estudié y vi que no hay límites”. No los tuvo y menos después de escuchar el consejo que Zaha le dio: “Ella me lo dijo en la escuela ‘never give up’, tú sigue”.

De ahí que la arquitectura esté siempre detrás de sus creaciones, pero no en ese estilo cartesiano que todos reconocen, sino el que Ayala ha creado en su propio universo.

“Cuando decidí comenzar con la firma, cuando decidí empezar este desarrollo profesional como marca de ropa, siempre hice hincapié en no buscar la homogeneización de la mujer. Si lo ves, actualmente todos los grandes grupos de lujo están regresando a lo artesanal, a lo local, después de la decadencia de la globalización hizo que se dieran cuenta que esta unificación del vestir y andar como con uniforme no es una estrategia que refleje a la sociedad actual”.

Por ello, al preguntarle ¿cómo es la mujer que usa sus prendas?, responde: “Una mujer que por ende tiene criterio, que viaja, que va a los museos, pero que no se quiere alinear al capitalismo de la sociedad occidental”. También que está en contra de la objetificación femenina, tema prioritario para Jorge.

“Hemos visto campañas insultantes, casi degradantes hacia las mujeres. Toda la vida ha existido pero queremos que Jorge Ayala no muestre a la mujer como objeto, por eso no tenemos a un modelo específico que digamos 'sólo ella se lo puede poner'. Al contrario, queremos generar una imagen de poder”.

Fotos: Karla Gómez

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