Hanna Jaff

¿Cómo comenzó tu apego a la cultura mexicana?

Mi mamá es mexicana y mi papá es kurdo, ellos se conocieron en la Universidad en 1982. Yo crecí en San Diego, que es frontera con Tijuana. Siempre estuve muy apegada a la familia de mi mamá. Varios compañeros de la primaria, secundaria y universidad eran mexicanos.

Tienes una amplia experiencia académica.

Así es, para los kurdos y otros países del Oriente Medio, la educación es una prioridad. Mi papá me impulsó mucho a seguir estudiando y es un tema que cuando llegué a México quise promover.

¿Cuál es la finalidad de la fundación Jaff por la educación?

La primera propuesta es inglés obligatorio a todos los niños. También la iniciativa se basa en acercarnos a televisoras mexicanas para que la gente tenga la opción de que desde su receptor puedan cambiar al idioma inglés la programación.Platícame más de las conferencias que ofreces.

Como tengo 26 años trato de interactuar con gente de ese rango para que les comparta mi opinión global. Siendo kurda, mexicana y creciendo en Estados Unidos me da una amplia visualización de las diferentes culturas, y mis mensajes van encaminados a impulsar a la gente para lograr lo que se proponga a través de la educación y estudio.

¿Cómo logras combinar la cultura kurda con la mexicana?

En lo que más se parecen es en el valor de la familia, la mujer y fe en Dios. En Kurdistán todos se conocen, inclusive reconocen a tus ancestros y en México la gente es leal, de sangre liviana. Llevo seis meses viviendo aquí y me abrieron las puertas sin saber nada de mí. La gente que me ha apoyado en mi fundación y trabajo, lo ha hecho por mí y mis capacidades.

¿Qué has tenido que sacrificar para alcanzar el éxito?

Mi vida personal y social. Desde hace más de siete meses vivo en México, que no me cuesta nada. Adoro a mis amigas, pero aquí vivo sola. No tengo una familia con quien llegar a platicarle, sin embargo, me considero fuerte e independiente.