Perfiles

Glamour cosmopolita: Annette y Phoebe Stephens

El arte, los viajes y las artesanías han servido de inspiración para las hermanas en la creación de su joyería

Uriel Trejo

El destino te lleva por caminos inciertos. A mí me llevó al periodismo de estilo de vida, donde trabajar es ¡todo un gozo!

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A lo largo de la vida, en nuestro andar por el mundo vamos recolectando experiencias, gustos, aromas e imágenes que, sin duda alguna, se van proyectando en nuestra forma de ser y en las cosas que hacemos día con día. Es precisamente esa conjugación de pasado y presente que las hermanas Annette y Phoebe Stephens retoman en su labor como diseñadoras de joyas y en cada una de las piezas que conforman a Anndra Neen, firma que desde abril de 2009 –cuando decidieron comenzar a trabajar– ha conquistado a mujeres de todo el mundo.

Y no es una exageración decir que de todos lados, ya que sus joyas se venden en Estados Unidos –que se ha convertido en su residencia, específicamente Nueva York–. Europa, Arabia Saudita, México y muchos otros países como Japón, donde todo empezó.

“Estábamos de viaje en Japón y la forma de vestir de la gente, el ambiente y todo el contexto nos hizo darnos cuenta que queríamos hacer joyería. Pensamos en un principio hacerla allá, ya habíamos hablado con un señor que elaboraba piezas en metal, pero decidimos mejor regresar a México y comenzar a trabajar”, recuerda Phoebe.

Más de un mes pasaron trabajando en el clóset de Phoebe, dando rienda suelta a la imaginación y con el único fin de crear. En ese proceso fueron descubriendo esa sangre artística que corre por sus venas, misma que heredaron de su abuela Annette Nancarrow, artista estadounidense, quien vivió en nuestro país, donde se desarrolló artísticamente experimentando en áreas como la pintura, escultura y joyería. Esa poderosa influencia, más los recuerdos de la joyería que su papá (Louis Stephens) les diseñaba y mandaba a hacer para regalarles en Navidad dieron como resultado una primera colección que vio la luz gracias a los comentarios que recibieron. “Una amiga editora las observó y dijo: ‘Están diferentes, deberían de lanzarlas”, comenta Phoebe.

Así en 2010, Phoebe y Annette presentan su firma bautizada como Anndra Neen, ‘que es una combinación de nuestros nombres. Queríamos que sonara clásico y no usar nuestros propios nombres, porque a veces estás muy identificado con la marca’, destaca Phoebe.

Su trabajo es una combinación perfecta entre lo ultra femenino con algo aguerrido, “porque lo hacemos para una mujer fuerte, que gusta de ser femenina y lucir una joya grande que llame la atención”, enfatiza Annette.

Es precisamente esa fuerza en sus creaciones que les ha valido el reconocimiento de la industria de la moda con galardones como el premio Dorchester Fashion en 2010, así como la aparición en distintas publicaciones, hecho que aún las sorprende como la primera vez. “Es emocionante cuando estás viendo tu trabajo puesto en un contexto distinto, porque el stylist es increíble, lo hacen ver diferente a lo que tu pensabas”, subraya Phoebe.

Aunque para ellas lo mejor es cuando las ven en las calles o en alguna celebridad como Michelle Obama, Cameron Diaz, Drew Barrymore, Karolina Kurkova, Lady Gaga y Solagne Knowles. “Representa un gran orgullo, porque nosotras diseñamos lo que nos gusta con nuestro toque creativo, verlo puesto en otra persona es un gusto increíble”, exalta Annette.

DESTELLO ARTESANAL

Desde sus primeros collares, brazaletes y bolsos, algo que ha caracterizado es su estilo artesanal. “Siempre hemos explotado la combinación del diseño moderno con el trabajo artesanal, aunque cada vez vamos refinando más la técnica. Nos gusta que se vea hecho a mano, pero también limpio y moderno”, afirma Annette.

“Creemos que lo artesanal es muy refinado. La gente piensa que nada más porque está hecho a mano tiene que verse de cierta forma, nuestras piezas fueron elaboradas así y se ven limpias. Además, cuando el trabajo está bien hecho te das cuenta porque son cosas que duran para siempre. Finalmente, aunque es artesanal tienen un toque moderno, porque el tiempo pasa y siguen siendo vigentes”, destaca Phoebe.

Para lograrlo, en un principio hicieron algo en cobre, así como en oro y plata. Sin embargo, características como la patina y la posibilidad de darles forma a gran escala (como las esculturas que hicieron para la presentación de una de sus colecciones), hacen del latón y alpaca sus mejores aliados, mismos que toman forma en las manos del maestro Reyes Batalla, que se ha convertido en su cómplice ideal.

Él junto con otros artesanos laboran en el taller de Anndra Neen, ubicado en la colonia Juárez, donde nacen las piezas. “El maestro es una de esas personas ultra creativas al que le das un tema y se va por ahí, él también nos presenta diseños, colaboramos mucho. Además, dice sí a todo lo que le pedimos, una vez le dijimos: ‘Queremos hacer las piezas en gigante’ y lo resolvió. Tiene una buena actitud y, no sabemos cómo, pero siempre lo logra”, destaca Phoebe.

DE UN LADO PARA EL OTRO

Siempre abiertas a conocer nuevos destinos, las hermanas planean mínimo un viaje al año a algún sitio que nunca han visitado. Además de servirles para explorar nuevas latitudes y enriquecerse con nuevos sabores, aromas y texturas, se convierte en la fuente de inspiración de su siguiente colección.

“Vamos decidiendo cosas que nos interesan, por ejemplo, fuimos a la India, a Cachemira, para ver a los tejedores de kashmir, porque somos super apasionadas del textil. También a Siwa, Egipto, donde hay un hotel en medio del desierto, es un lugar impresionante. Queremos ir a Perú”, menciona Phoebe.

Todo eso lo procesan y plasman a la hora de diseñar. “No es algo tan consciente, sino que absorbes muchísimo del viaje. Nos encanta ir a los mercados y ver las artesanías del lugar, que al momento de estar creando pasa algo en la imaginación que trae la vivencia a colación”, apunta Anette.

“En nuestros diseños hay cosas que son literales y otras que sólo es un contexto, un feeling, algo general que vamos simplificando para que te puedas poner. A veces nos inspiran los colores o la manera en que alguien se pone algo, por ejemplo, en Japón, nos llamó la atención cómo se vestían. Eso lo procesamos y le damos un sentido”, añada Phoebe.

De ahí han nacido colecciones como la que elaboraron para fall-winter 2017, que presentaron en la reciente edición de Mercedes Benz Fashion Week México City de la mano de Cynthia Büttenklepper. “Hicimos una cosa más conceptual, un poco de juego, por la situación tan tensa que se vive actualmente (hablando de la relación México-Estados Unidos). Trabajamos sólo en alpaca, porque creímos que era apropiado al ser algo más austero, y en color plata. Está basado en las figuras de las cartas como el corazón, el diamante, la espada y el trébol, así como unos muñequitos que retomamos de un juego de niños chino”, explica Phoebe.

Y es que para las hermanas nacidas en México, pero con residencia en Nueva York, la situación que se ha generado con el presidente Trump ha sido un factor de reflexión. “Nos sentimos un poco apenadas de lo que pasa allá y un poco preocupadas, porque nuestro negocio está allá y el taller aquí, estamos viendo cuáles serían las complicaciones”, destaca Annette.

A pesar de ello, existe un lado positivo que tiene que ver con la unión que se ha generado entre la comunidad latina y, especialmente, en la mexicana que radica en la Unión Americana, como menciona Phoebe: “En ese sentido pensamos que de algo negativo puede surgir algo muy positivo, porque creemos que México es muy inspirador y hay millones de cosas súper interesantes por mostrar. Tan sólo nosotras empezamos nuestro negocio específicamente porque queríamos tener un producto mexicano, que compite en un mercado internacional. Sentimos que con esto la gente se va a unir más y exaltar las cualidades que tenemos”.

 

Fotos: Sergio Bejarano y Karla Gómez