Perfiles

Eva Vale presenta México Majestuoso

La artista visual, presenta una serie que pretende multiplicar el sentido de patriotismo
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Cómo fortalecer nuestro sentido de pertenencia sin recurrir al folclor de siempre? La artista Eva Vale respondió esa cuestión a través de su obra México Majestuoso, una serie conformada por cuatro retratos de dioses con una visión contemporánea, la cual será exhibida a partir del 21 de septiembre en el Monumento a la Revolución.

Realizadas sobre 16 placas de fibrocemento de 40 kg, en un formato de cuatro por 10 metros, cada obra es una intervención trazada a mano con impermeabilizante líquido, cuya técnica plantea una metáfora sobre la memoria, pues a simple vista cuando las placas están secas parecen no tener nada, sin embargo, al entrar en contacto con el agua de inmediato aparecen dos tonalidades en contraste, haciendo que la obra se revele, como la magia ancestral.

 Esta serie es la más grande que Eva ha producido hasta el momento, al estar conformada por 160 metros cuadrados. “Trabajé más de 380 horas en las 64 placas de la obra, fue un ejercicio en el que necesité mucha concentración y pensar en negativo para aplicar las cuatro capas que lleva cada trazo”, explica la artista.

 “Tenía un minuto y medio para ver lo que estaba pintando, porque luego el impermeabilizante de Comex se seca sobre el fibrocemento y desaparece. En este proceso me despegué del mundo, fue como un retiro de silencio”. Los cuatro dioses que plasmó se basan en la teoría de Los Cuatro Rumbos de los aztecas-mexicas, donde se dice que cada punto cardinal está guiado y regido por un ser supremo: Tezcatlipoca, al norte; Huitzilopochtli, en el sur; Quetzalcóatl, al este, y Xipe en el oeste. Así empezó con Xipe, el desollado, quien se deshace de todo lo que no es importante, por eso se quita la piel, además, también es considerado el dios de la abundancia, la agricultura y la renovación.

SER DE AQUÍ

Eva Vale reconoce que nunca antes se había cuestionado frente a sí el poder de la identidad mexicana, hasta que hizo la Virgen de los Migrantes, “porque fuera de nuestras fronteras los mexicanos somos cuates, familia, si nos ponen el Cielito Lindo mientras tomamos tequila, de inmediato cantamos y lloramos, sentimos orgullo”, dice la artista visual egresada de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, La Esmeralda.

 “Sin embargo, ese sentimiento se desvanece cuando regresamos al país, por eso tengo la sensación de que fácilmente se nos olvida de dónde venimos. Creo que la identidad todavía no es una estructura muy fuerte, por encima puede parecerlo, pero aún no está tan arraigado el profundo amor por México”. Aunque ella sentía cierta apatía por la historia, pudo darse cuenta que era vital estudiarla para entender más de la construcción del país, de nosotros, de la realidad en la que vivimos hoy.

“Empecé a revisar documentales de los aztecas y me maravilló saber cómo operaban su ciudad, cómo hacían las chinampas y hasta un ingenioso sistema de ingeniería, es decir, me di cuenta de que somos unos chingones porque lo llevamos en el ADN”. Es así como México Majestuoso también fue para ella una reconciliación con el acervo histórico, “con nuestro orígen, por el cual todos debemos caminar con la cabeza en alto, porque tenemos de qué enorgullecernos”.

ARTISTA CONTEMPORÁNEA

 Alejándose de los clichés de mujeres con trenzas y de Frida Kahlo, hace dos años Eva presentó Una mexicana que fruta vendía, en el pabellón de México en la Expo Milán 2015, cuya experiencia la sigue motivando a reflexionar sobre lo que significa ser una mujer mexicana y artista de nuestro tiempo.

 “Mi carrera se ha expandido hacia muchos lugares y en gran parte se lo debo a Lucila —su representante— porque yo me emociono de todo, pero ella tiene una visión más clara de qué proyectos debo elegir para dar brincos más altos”, subraya.

 Es por eso que su labor como artista, asume, está en contemplar, entender, leer, observar, traducir, porque esa es la nobleza de su trabajo, pero también es su tarea presentar obras que, “en el pedacito de tu vida que me regalas para ir a ver mi exposición, logren sumar una nueva perspectiva”, estimulando otros diálogos que consoliden nuestra identidad.

 Para ella, ser una mujer contemporánea tiene que ver con aprender a disfrutar cada actividad del día a día, “desde hacer albóndigas y dibujar una pieza, hasta ir a una fiesta y enviar un mail”, la suma de todo es lo que hace de Eva Vale una artista íntegra, audaz y con una trayectoria que sigue en ascenso. 

Fotos: Sergio Bejarano 

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