Entrevista con la camaleónica modelo Luisa Sáenz

 

 

Luisa Sáenz se caracteriza por ser una mujer inquieta, y lo demuestra en su nueva faceta como directora del festival  A Shaded View On Fashion Film (ASVOFF) que se realizará próximamente en nuestro país.

 

Grandes ventanales, un área con cojines y muros de madera destinados para la meditación, dos escritorios, una pequeña mesa al centro y una pared llena de pendientes conforman la oficina de Luisa Sáenz, mujer inquieta por naturaleza, quien con la práctica de la yoga y estudio de filosofías ancestrales ha encontrado un equilibrio en su día a día. De figura estilizada y siempre manteniendo una correcta postura, la originaria de Torreón, Coahui-la, habla del gran amor y respeto que siente por todos los que integran la industrial textil y cómo esa pasión la llevó a enrolarse en la organización del festival de cine dedicado a la moda, estilo y belleza: A Shaded View On Fashion Film (ASVOFF), que se realizará en nuestro país del 6 al 8 de noviembre.

 

 

 

La invitación para que Sáenz dirigiera el proyecto en México fue de Diane Pernet, curadora de moda, periodista, blogger y fundadora del festival, con quien interactuó durante el tiempo que vivió en París, Francia. “Cuando la conocí hubo mucha química. Ella me ofreció traerme la representación de ASVOFF. Me quedé procesando esta información y después tardé meses en diseñar cada una de las actividades, porque decía: ‘genial, ya me dieron este súper trabajo y ahora qué voy a hacer con él, cómo voy a ayudar a mi país, cuál es mi misión y visión’. Realmente entiendo muy a fondo toda la industria, vi la problemática y pensé en cómo tratar los diferentes puntos de vista para ayudar a la revalorización de los diseñadores, a humanizarla y llevarla a un nivel mucho más cultural. La moda como esencia es una maravilla, es la creatividad absoluta”, comentó la directora.

 

El corazón de esta iniciativa son los fashion films, estas producciones que actualmente las grandes firmas han utilizado para promocionarse y en las que se involucran famosos directores, fotógrafos y actores de cine. Éstos dan forma al evento, además existe una competencia en la que se selecciona al cortometraje con mejor dirección, el cual se transmitirá en línea en ashadedviewonfashion.com. La convocatoria está abierta para toda la gente, de ahí que la top model invite a realizar una introspección y a partir de ahí desarrollar un video con una duración mínima de 30 segundos y máxima de cinco minutos con todo y créditos.

 

“Queremos que nos cuenten una historia. Elegimos la palabra revalorización como punto de partida para que nos expresen lo que deseen, porque moda es todo, desde el señor corriendo con sus pants, una tela cayendo de un edificio lentamente, el perico en la cabeza y todo el glamour. Lo padre es que el lenguaje cinematográfico está revolucionando muchísimo gracias a los teléfonos y tabletas con las que puedes bajar aplicaciones y hacer algo maravilloso, o de pronto si el vecino, primo o amigo tiene una cámara más sofisticada pues es una oportunidad de hacer algo mejor. Es para todos, no tienes que gastar los miles y miles de pesos para hacer un video”, detalló Luisa.

 

Hay una terna para estudiantes y otra para profesionales. El objetivo principal de la plataforma es descubrir nuevos talentos y que éstos puedan competir junto a los profesionales. Las dos categorías de mejor película se proyectarán en París en el Centro Pompidou y viajaran a Londres, Milán, Barcelona, San Petersburgo, Sidney, Tokio, Cannes y Nueva York, con el fin de que los jóvenes de Japón y Australia vean qué se está haciendo aquí.

 

 

Sister Act. de Ellen Von Unwerth 

 

Los detalles de la convocatoria están en asvoff-mexico.com. La sede será la Biblioteca de México, localizada en la Plaza de la Ciudadela, y la actriz española Rossy de Palma —quien ha sido una chica Almodóvar, así como modelo de Jean Paul Gaultier y Louis Vuitton— será la conductora.

 

Con un tono de voz más alto y cierta entonación que denota orgullo, Luisa habló de las actividades. “Estarán muy interesantes como la mesa redonda titulada Soluciones de moda, modelo de negocio, en la que vamos a abrir un diálogo con los compradores de las tiendas departamentales y exponer por qué no se vende a los diseñadores mexicanos. Participarán dos mujeres colombianas —una de ellas maestra en Parsons, Nueva York—, quienes darán herramientas a los asistentes de cómo hacer un negocio en esta industria. Tendremos un detrás de cámaras para que los interesados en aprender cómo se hace un fashion film o spot, sepan todo lo que implica: desde que llega el talento con el cabello mojado, cómo se transforma, la labor del fotógrafo y del director. Al final habrá preguntas y respuestas”.

 

Cuestión de fluir,El baile y la actuación le ayudarón a desarrollar mejor el modelaje 

 

En la iniciativa se involucrarán personajes de otros ámbitos como los arquitectos Frida Escobedo, Tatiana Bilbao, Alberto Kalach y Mauricio Rocha, quienes tedrán una plática llamada Construyendo México, en la que compartirán su archivo personal fotográfico y cómo su trabajo sirve de inspiración para el cine y moda.

“También habrá La hora de la comida inspiración mutua, que consiste en invitar a los mejores chefs y diseñadores mexicanos a realizar un ejercicio en el que intercambien sus conocimientos para efectuar un platillo y una prenda, respectivamente. La artista japonesa Fukuko Ando desarrollará el performance titulado La pureza, puesta en escena integrada por siete bailarinas mexicanas, entre otras cosas”, explicó Luisa.

 

Este proyecto impulsa la producción de fashion films en nuestro país. “Es maravilloso, porque ahora un diseñador es mucho más fácil que exprese su identidad en estos videos”, dijo ella, protagonista del proyecto fílmico de la firma mexicanaYakampot. Y la experiencia en este tipo de filmaciones va más allá para Luisa, quien durante sue stancia en Francia tuvo la oportunidad de conocer a Karl Lagerfeld y ser parte de un cortometraje de Chanel, dirigido por Jonas Akerlund.

 

 

Camaleónica. Así se describe Luisa Sáenz durante su época de modelo

 

 

 

¿Quién es Luisa sáenz?

Si bien, actualmente el proyecto principal de Luisa es ASVOFF, su relación con la modadata de mucho tiempo atrás. Empezó desde pequeña a través de su mamá, quien tenía una boutique de Carlo Demichelis en Torreón. También por sus hermanas, a las que veía arreglarse para ir a las fiestas.

 

Esa admiración y gusto la llevaron a estudiar diseño de moda y mercadotecnia en el Centro de Estudios Superiores de Diseño de Monterrey.“Obtuve mis primeros contratos como modelo en la agencia de Rosina Ramón. Trabajé muy de cerca con Zulema Olivares, una diseñadora muy buena. Le decía la Coco Chanel mexicana, me pasó una historia peculiar con ella, porque de niña en un viaje a Monterrey para ver la obra de teatro en la que participaba mi hermano cuando estudiaba en el Tec, me tocó pasar por una tienda donde el aparador captó toda mi atención. Después de cuatro años, cuando me fui a estudiar, me acordé de esa vitrina y me puse a investigar hasta que di con ella, fui su asistente, aprendí muchísimo y me convertí en su imagen”, contó, mientras el aire hacía bailar a unas campanas de bambú creando un ambiente de nostalgia.

 

La familia es su gran motor. 

 

El destino y su gusto por seguir creciendo la  llevaron a laborar como modelo. En Canadá fue imagen de unos jeans e hizo otras cosas, hasta que decidió venirse a la Ciudad de México para cumplir con sus sueños. “Era muy decidida, iba a mis castings en la mañana, le echaba todos los kilos, lo que me hizo recibir el premio Ovni a la modelo de México. Fue una época muy bonita, porque sentía que todos mis sueños, que los veía tan lejanos y difíciles de cumplir, se iban realizando, gracias a mi tenacidad y mi trabajo. Tuve la fortuna de hacer pasarelas, fotos, comerciales de televisión y videos de rock musicales, en una época en la que no se podía mezclar”. Gracias a su trabajo viajó por todo el país y en el extranjero. Figuró en pasarelas de Armani, Oscar de la Renta y Agatha Ruiz de la Prada. “Pertenecí a una gran generación, que siento fue la última de modelos mexicanas en nuestro país, como Martha Cristiana, Celina del Villar, Eugenia Cauduro y Elsa Benítez, entre otras”.

 

Con su esposo el director de cine Juan Carlos Martín, con quién colaboró  en la cinta 40 días y su hijo Lucas.

 

 

Un factor importante para su éxito en las pasarelas fue el manejo de su cuerpo, que se debió en gran medida a su formación como bailarina. En Torreón tomó clases de danza en la escuela Royal Academy of Dancing. Esos principios también los aprovechó para participar en la obra musical Cabaret, de Felipe Fernández del Paso, en la que estuvo por un año y medio. “Fue un gozo. Nunca me hubiera imaginado estar bailando ya de mamá y el papel que representaba era muy bonito, era el solo de una bailarina-chango que compartía escena con Luis Roberto Guzmán. Cuando una bailarina salió de la puesta hablé con la producción para pedir el número. Todo mundo creyó que estaba loca, porque no era bailarina profesional. Me tardé mes y medio en prepararme, porque era danza aérea, me ejercité, tomé clases y total que me convertí de top model a changuito, fue una experiencia preciosa. En mi estreno todas mis compañeras me aplaudieron y me dijeron que les había dado una lección de vida, porque ellas vieron todo el proceso. Creo que en la vida no hay límites, éstos se los pone uno mismo en la cabeza, uno puede llegar tan lejos como quiera”.

 

Una constante en su look es el cambio.

 

 

Y para Luisa los límites no existen, también se ha desarrollado como instructora de yoga, actriz en cintas como 40 días; Sexo, pudor y lágrimas; y Vivir mata. Por cierto, el tiempo que estuvo en Europa tomó cursos en París y Berlín con maestros de actuación como Alejandra Orozco y Robert Castle. De hecho, un papel que espera poder hacer algún día es Juana de Arco, aprovechando su capacidad camaleónica. Además ha sido diseñadora de modas. Durante el embarazo de su hijo Jerónimo tuvo una línea de ropa llamada Número 71, lo que reafirmó su compromiso con la industria textil. “Parte de lo que estoy haciendo en el festival es para abrirle las puertas a los diseñadores mexicanos, aquí es muy difícil que haya una industria. La gente tendría que reeducarse y revalorizar a los creadores nacionales”, concluyó.