Perfiles

Entrevista con Jimena Pardo y Diego Solórzano

Después de un viaje a Boston, en el que una prima le mostró el sistema de carro compartido, a Diego Solórzano le pareció interesante la idea.


Y tras estudiar un diplomado para emprendedores, en el ITAM, donde leyó el caso de la empresa más grande de car sharing en el mundo, Zipcar, puso manos a la obra.


Entró a un programa de aceleración de negocios y capital semilla, en Venture Institute, y allí conoció a Jimena Pardo, su actual socia en esta incursión empresarial.

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Emanuel Rodríguez

Estudió Comunicación en la Ibero y tiene gustos culposos derivados de la moda.

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Después de un viaje a Boston, en el que una prima le mostró el sistema de carro compartido, a Diego Solórzano le pareció interesante la idea.

Y tras estudiar un diplomado para emprendedores, en el ITAM, donde leyó el caso de la empresa más grande de car sharing en el mundo, Zipcar, puso manos a la obra.

Entró a un programa de aceleración de negocios y capital semilla, en Venture Institute, y allí conoció a Jimena Pardo, su actual socia en esta incursión empresarial.

 

 

“Esta documentado en el mundo que por cada auto compartido, como nuestro modelo, salen de circulación entre 10 y 20 automóviles particulares. Como tal es una alternativa a tener un coche propio, en una ciudad como el Distrito Federal es un hecho que a veces se necesita un coche”, explica Diego, quien además destaca como beneficio de su proyecto la reducción de emisiones de dióxido de carbono, menor tráfico en las ciudades más espacios para jardines y menos para estacionamiento.

“Además tiene una parte en el desarrollo de donde se encuentran las estaciones porque a la vez que empiezas a caminar para llegar al transporte público o usar bici, te das cuenta de qué venden en la zona y empiezas a crear vínculos de consumo con tu comunidad”, agrega Jimena.

 

 

La renta del coche se cobra en unidades de media hora. Habrá estaciones en la Condesa, Roma Norte, Juárez, Cuauhtémoc, Polanco, Villa Olímpica y Loma Hermosa.

Han visto que en promedio los usuarios andan en los Carrot durante dos y cuatro horas.

“La reacción ha sido positiva, el sistema no ha presentado ninguna falla. Lo usa desde la persona que vive en la Condesa, pero tiene junta en Santa Fe, a otra que irá a cenar con su novia, y prefirió pasar por ella en Carrot que en taxi o metro”, comenta Diego, contento de ver que su proyecto ha tenido buena respuesta.

Es más, como recuerda Jimena, el otro día un tuit los calificó como “el DF del futuro”.