Perfiles

Entrevista al arquitecto Yuri Zagorin Alazraki

Conoce el trabajo del socio fundador del despacho ZD+A 

Arturo Emilio Escobar

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Con 15 años de trayectoria, como socio fundador del despacho ZD+A, el arquitecto Yuri Zagorin Alazraki nos recibe en su residencia para hablar de la profesión, su vida cotidiana y la edición de un libro.

 

Al recorrer la residencia  donde vive  el arquitecto Yuri Zagorin Alazraki se aprecia una rigurosa y clara distribución del espacio, el dominio del oficio y la técnica, pero además están presentes las memorias de su vida, porque él conserva objetos, arte y piezas notables que habitaron en sus anteriores moradas. Y no es para menos, pues en la arquitectura que él mismo diseñó bajo el concepto “hogar” emergen anécdotas, viajes y detalles que enlazan una historia: sus 42 años de edad.

 

“En mi ambiente me gusta tener piezas que me hablan, que platican y me recuerdan a mis amigos o un momento, tal vez el lugar donde las compré o la persona con quien iba, todo eso que permanece en mi memoria”, dice  el socio fundador del despacho ZD+A.

 

 

Yuri se confiesa “un monógamo patológico”, por eso, afirma: “nunca he estado tanto tiempo soltero”, pero —años atrás— vivía en un departamento que —tras su divorcio— no tenía cada cosa en su lugar. Sin embargo, ahora que su hija Alexa tiene 11 años, quiso edificar una casa donde disfrutar una convivencia familiar, con un espacio tranquilo para proyectar sus ideas y pasar tiempo con él mismo, leyendo —no tanto como él quisiera—, pero siempre en contacto con la naturaleza del entorno, filtrando sus pensamientos desde las entrañas de sus cajas de luz. 

 

“Tengo una amiga que me comparte granitos de sabiduría budista, y en una ocasión me dijo que en la vida tenemos siete grandes maestros: nuestros padres, hermanos, hijos y nuestra pareja, y sí lo creo. Alexa me obliga a cuestionarme, a verme desde otra perspectiva, a pensar en lo que hago, y es increíble cuando descubro en ella ciertas actitudes que me hacen decir: ¡claro, es mi hija! Y me veo a través de sus ojos”.

 

 

¿CÓMO DISEÑÓ SU RESIDENCIA?

Ubicada en un terreno de Lomas de Chapultepec con buena orientación: hacia el sur, pero de dimensiones pequeñas para la zona: 11 por 26 metros la casa se diseñó bajo algunas restricciones, por ejemplo, la colindancia de un muro de 10 metros de alto. Además, la reglamentación de la colonia sólo permite desplantar una construcción en 50 por ciento del área del predio, dejando lo demás como jardín y estacionamiento.

“Todo eso obliga a desarrollar un programa muy vertical, por eso nos tuvimos que ir a tres niveles, donde la planta baja es el espacio más público, y se vuelve más privado conforme vas subiendo”, explica el arquitecto. En el área social colocaron el piano junto a un librero, una gran cocina de acero inoxidable, abierta frente al comedor, y la estancia con chimenea: una caja de luz que por un lado se abre hacia un patio con una fuente y por el otro muestra un jardín “montaña” que asciende en desniveles.

 

“En la planta baja, la luz natural es un recurso muy limitado, porque incluso el lote de atrás es más alto, por eso hubo que captarla de donde pudiéramos. La solución fue instalar ventanas de piso a techo y varios óculos”. Al subir al primer piso se encuentra el family room y la recámara de su hija Alexa, que se comunica con otro jardín, sobre el cual vuela el bloque del segundo nivel —una caja de acero y vidrio con parasoles—, donde se distribuye la recámara de Yuri Zagorin, con una pequeña sala de trabajo y lectura, un ambiente apacible que filtra la luz y dialoga con otra terraza abierta al cielo, al viento, a la cumbre de los árboles.

 

“Una de las cosas que siempre hago en los proyectos es maximizar el espacio, entonces, en mi propia casa busqué varios puntos en los que se advierte la profundidad total del terreno, así alargo las visuales para sentir mayor amplitud”, menciona el arquitecto.

 

 

¿TRABAJAR FUERA DE CASA O HACER HOME-OFFICE?

Por muchos años, Yuri estuvo convencido de que era mejor tener su despacho en el mismo edificio donde vivía. Le gustaba esa facilidad y cercanía, pero luego separó ambos mundos.

“Todos imaginamos nuestras vidas futuras, pero eso me recuerda un dicho: Si quieres hacer a Dios reír cuéntale tus planes. Queremos planearlo todo, pero hay imprevistos, por ejemplo, la casa anterior donde vivía con mi familia, antes de divorciarme, tenía un espacio para trabajar y me quedaba ahí algunas tardes, así convivía más tiempo con mi hija.

 

 

Ahora, Alexa ya no vive conmigo, pero, de cualquier forma, en esta casa tengo un estudio donde no suena el teléfono sin cesar. En un principio, ese espacio —junto a su recámara— estaba pensado como una sala de estar y entretenimiento para ver la televisión, pero curiosamente ahora lo que predomina es el trabajo, la  lectura, mientras escucha el sonido de los árboles moviéndose con el viento.

 

 

Entrevista al arquitecto Zagorin Alazraki Parte II