Perfiles

En corto: Paola y Rubén Kuri

Han apostado en un proyecto que cumple diez años impulsando el arte
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Son hermanos y cuentan con personalidades muy diferentes, pero Paola y Rubén Kuri llevan 10 años trabajando en conjunto con la finalidad de apoyar a talentosos artistas emergentes de México a través del proyecto Ethos, una sala de arte que abre cada año durante tres días para presentar más de 500 obras de 60 autores nacionales.

La pasión y sensibilidad que ambos poseen los orilló a dedicarse de tiempo completo al arte, aunque sus gustos estuvieran en polos opuestos. “Yo siempre supe que quería ser futbolista o artista”, platica Paola, por su parte, Rubén asegura que desde niño tuvo un profundo amor por la moda.

Al momento de elegir carrera ambos optaron por cumplir con la familia y estudiar algo diferente a sus aspiraciones iniciales, “saliendo de la prepa, aunque sabía que el futbol era mi vocación, me fui a Italia para estudiar Bellas Artes en la Florence University of the Arts”, platica Pao, pero regresando a México se incribió la Universidad Iberoamericana para cursar la licenciatura en Ciencias de la Comunicación.

Estamos hartos de ver cómo en México sobrevaloramos a los extranjeros y menospreciamos a los nuestros, por eso vivimos siempre apoyando el talento nacional."

Paola Kuri

Rubén tuvo una idea similar, su papá le pidió que se elistara en alguna carrera de administración, pero El Güero –como le dice su hermana–, puso una condición, durante la universidad tomaría diferentes diplomados enfocados a la moda; así lo hizo y también en la Ibero estudio Negocios Internacionales. Pasó el tiempo, Rubén persiguió su sueño de ser diseñador y Paola pasaba muchas horas en la universidad, pero no estudiando, sino jugando futbol, hasta que llegó 2008 y por encargo de una clase la joven tuvo a bien crear un proyecto en el que darían exposición a artistas emergentes. “Desde que regresé de Italia me percaté que la industria cultural es super cerrada, te piden mucho currículum, pero nadie te ayuda a empezar”, así que me junté con algunos amigos y realizamos una muestra que llevó como nombre Bazart”, recuerda.

En aquel momento la “onda hipster underground no estaba tan de moda y la colonia Roma no era un lugar tan cool”, comenta Rubén, pero fue una casona abandonada el lugar que se eligió para realizar este happening que mostró la propuesta de cerca de 10 artistas, incluida Paola. “Recuerdo que mis papás la apoyaron desde el primer momento y remodelaron por completo la casa donde se realizó”, platica El Güero. Luego del éxito que tuvieron siguió la meta de crear un proyecto más firme, sin embargo la única entusiasmada era Paola, “yo quería repetir la hazaña, pero mis amigos ya no, así que puse manos a la obra y fue en ese momento cuando se unió Rubén”. 

Con la encomienda de hacer otra sala como Bazart, solo que con un nombre establecido para que siguiera creciendo, fue como nació Ethos. “Estaba en octavo semestre y tenía una clase con Zyanya Mariana y un día usó la palabra griega Ethos, todo el mundo se quedó en silencio y ella se percató que nadie había entendido lo que quería decir”, por lo que explicó a los alumnos el significado que se refiere a la pespectiva a través de la cual vemos el mundo, “me di cuenta que eso justamente era el arte, porque cada quien tiene una visión y cada quien elige cómo vivirlo y sentirlo, por eso adoptamos el nombre”, confiesa. 

Llegó el momento de abrir la segunda edición de esta feria, ahora bajo su nuevo nombre, pero la Roma ya no fue su escenario, se mudaron al Centro de Aquitectura y Diseño en Polanco, donde crecieron considerablemente, así pasaron algunas ediciones hasta que el espacio resultó insuficiente y optaron por irse a Expo Bancomer, lugar en el que se realizaron cuatro exhibiciones más hasta el año pasado, que el Museo Franz Mayer recibió las actividades de este evento por primera vez.

“Éste fue un salto necesario, siempre quisimos estar en un museo, porque apoyar el arte emergente en Mexico es complicado y estar en un recinto así da validez al proyecto. Desde el principio Héctor Rivero Borrell –director del Franz Mayer–, estuvo de acuerdo con montar ahí la sala y el cambio fue muy importante porque de inmediato se modifica el chip de la gente sobre lo que piensa de una pieza, si lo ves dentro de un museo te da legitimidad”, asegura Rubén

Sin duda, uno de los principales motivadores dentro de esta carrera de 10 años, ha sido que México es semillero de calidad y talento, por lo que para elegir a los 60 expositores, Rubén y Paola cuentan con un equipo muy exigente que pone mucho cuidado en seleccionar personas con dominio de las técnicas, cuyas piezas valen propiamente por el objeto y además cuentan con discursos que les dan aún más importancia.

Las propuestas que estarán del 13 al 15 de abril en el Museo Franz Mayer son muy variadas, “cada año hay artistas nuevos y tenemos una gran lista de espera, pero también nos ha sorprendido que después de tanto tiempo contamos con artistas que se presentaron desde la primera edición y de quien hemos visto su crecimiento, progreso y posicionamiento”, asegura Paola.

El esfuerzo hay que reconocerlo y aplaudirlo, por lo que el edificio marcado con el número 45 de Avenida Hidalgo debe permanecer lleno durante el próximo fin de semana. 

 

Fotos: Fernando Canseco

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