Perfiles

En corto: Nicolás Berreteaga

El único latino en el Makeup Pro Team Internacional de Dior, equipo de élite de la ‘maison’ francesa
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Actualmente te divides entre Estados Unidos y México, ¿qué puedes decir del maquillaje de las mexicanas?

A la mujer mexicana le encanta el maquillaje, tiene un background cultural que le permite eso, pero es demasiado conservadora. Les encanta platicar de tendencias, pero no consideran serlo para ellas.

Hay que entender que las culturas crean mentalidades y Latinoamérica es culturalmente muy conservadora. Los países latinos son mercados abiertos, pero están a mucha distancia de lugares como Japón, Inglaterra o China. El pensamiento social rige Latinoamérica. El maquillaje de la mujer mexicana hoy es de una década atrás, ya pasó, no ha evolucionado.

 

¿Me puedes dar un ejemplo específico sobre esto en los países que mencionaste?

Si entras al metro de Japón, por ejemplo, vas a ver a niños sin cejas porque ellos decidieron quitárselas para crear una tendencia. También ves a niñas usando colores esfumados, formas geométricas, porque se viven las tendencias. Así como en Francia se ve la alta costura en las calles, en Latinoamérica jamás vas a ver cosas así.

 

¿Enumera algunas tendencias simples de implementar aquí?

En México sólo ves la piel tipo mate. Y siempre en un tono más oscuro, para que se vea bronceado. No he visto a ninguna niña que tenga ese pensamiento de que la piel puede ser distinta para distintos momentos del día. Si vas al trabajo, está bien que tu piel esté mate. Pero en la noche, en un bar, ¿por qué no dejarla como glowing skin, brillante? Parte de mi trabajo es justamente cambiar paradigmas, poco a poco.

 

¿Cuál sería el principal error que se comete cuando se habla de maquillaje?

Eso de pensar que hay sólo una familia de colores que te sirve y que estás atrapada con estos colores, que supuestamente te asignaron, para toda tu vida. Y lo peor es que eso siempre parte de un maquillista:

“El maquillista me dijo que me quedan bien los corales…”, y eso quiere decir que: “Voy a usar corales hasta el día que me muera”.

Hay tantas opciones cada nueva temporada. El próximo color de MAC no es el mismo de Dior, tampoco el de YSL. Entonces hay tantos colores, propuestas y texturas que coexisten, ¿sólo vas a usar corales porque alguien te lo dijo? Se me hace lo más retrasado del mundo, y pasa muy seguido.

 

Entonces es todo mentira, ¿no hay colores que te quedan y otros que no?

¿¡En 2016!? No, éste es un pensamiento muy antiguo. No existe eso, y te doy un ejemplo de prueba: en un desfile de moda, no todas las niñas son iguales, con el mismo tono de piel. Todas traen los mismos colores y nadie piensa: “Ah, a aquella le quedó feo”. Es cuestión de adaptar un color, con más o menos intensidad, a tu estilo, y nunca renunciar a un color.

 

¿Qué consejo le darías en general a las mexicanas?

México es un país donde el exceso no es condenado; sin embargo, menos es siempre más.

 

Antes de ser maquillista, estudiaste arte en Italia. ¿Cómo dejaste Perú para irte a Italia?

¡Ah, porque me botaron de la escuela! Mi papá es español y mi mamá, calabresa. Mi hermano y yo crecimos en Lima, muy cerca del mar, teníamos una cultura muy rica y una comida exquisita. Fui muy feliz en Perú por 16 años de mi vida. Pero no iba bien en la escuela, entonces como tenía familia en Italia, me mandaron allá para estudiar.

 

¿Cuál era tu plan?

Quería estudiar escultura, y los mejores escultores son los italianos. Vivir y estudiar solo en Roma a los 17 años fue algo fuerte.

 

¿Cuándo fue que te diste cuenta de que estabas en la carrera equivocada?

En una clase de óleos. Descubrí que había esculturas porque les tenía miedo a los colores, pero estaba enamorado de ellos. No me creía suficientemente bueno para hacer colores. Después descubrí que los colores tienen un efecto muy directo en las personas, influyen en los sentimientos, en su percepción de la vida. Pensé, ¿cómo se puede vivir del color? Entonces descubrí el maquillaje.

 

Hoy eres el único latino entre los top make up artists de Dior. ¿Qué significa eso para una maison tan grande?

Latinoamérica ha tenido un gran acercamiento con Dior en los últimos años, entonces tener a un latino en el equipo es importante para la maison. Para mí como un líder de esta región es difícil encontrar a maquillistas que sean algo más, que sean artistas, por ejemplo. Es difícil porque Latinoamérica está en constante crisis y ellos no están pensando en arte. Cuando están pensando en sobrevivir, a las sociedades no puede importarles el arte, como la gastronomía o la moda o el maquillaje, pero cuando están socialmente estables, cuando hay crecimiento económico, sí. Un país que no tiene lo básico no va a invertir en esto.

 

¿Es diferente el uso del maquillaje en México en comparación a otros países latinos?

Sí, totalmente. Aquí las niñas traen interiorizado que se tiene que usar maquillaje. Me parece increíble. En Chile y Argentina hay muchas niñas que no lo usan, que no creen en el maquillaje. No es parte de su femineidad. Y muchas de ellas quieren estudiar moda. ¡Y no usan maquillaje! Yo no lo creía. No se puede discutir moda sin hablar de belleza, y eso quiere decir, de maquillaje. Van de la mano.

Fotos: Karla Gómez

 

Lo hacen como un statement casi político, ¿no?

Sí. En México, eso jamás pasaría.

 

Ese tipo de comportamiento debe ser algo impensable para Dior. Una generación que rechaza el maquillaje...

Sí, pero no creo que exista alguien en el mundo que no tenga idea de lo que es Dior. La misión más importante es mantenerse relevante, un exponente. No vemos lo que los demás están haciendo; no seguimos tendencias, las creamos.

 

Actualmente, hay filtros de Instagram que simulan maquillaje. ¿Los has visto?

Veo estas nuevas tecnologías como cosas temporales, que pronto van a desaparecer. El maquillaje tiene un efecto social muy fuerte, nunca se va a morir. ¿Vas a dejar de ponerte un labial rojo? No hay nada más femenino que esto. Al instante que una chica se pone un labial rojo, cambia su actitud; puede sentirse más tímida o con más confianza.

Éste es el efecto del color. Además, estamos hablando de una industria multimillonaria que no deja de crecer. ¿Cuántas niñas pueden comprar una prenda de alta costura? Muy pocas. El maquillaje es eso. Es la puerta de entrada a un mundo de lujo.

 

Dior se ha consolidado con campañas protagonizadas por mujeres con belleza atemporal: Catherine Deneuve, Natalie Portman, Marion Cotillard. ¿Son verdaderamente divinas?

¡Catherine es divina! Tuve la oportunidad de trabajar con ella y es realmente lo máximo, una estrella. Marion Cotillard es bellísima y súper accesible, una profesional admirable, una persona muy linda de trabajar. Ahora, Natalie Portman sí es bieeen difícil... Sí, tienen una piel maravillosa. No es truco.

 

Hoy en día los grandes maquillistas son hombres. ¿Por qué crees que es así?

No lo sé, pero lo mismo me preguntan por el hecho de no ser gay. La sociedad fue quien definió que hay ciertos tipos de trabajo para ciertos tipos de personas, pero no es así. Lo mismo pasó con los estilistas, con la moda. Soy el único latino en Dior y no soy gay, y las dos cosas sorprenden mucho a la gente (risas).