Perfiles

En corto: Mari Rouss Shandú

Mari Rouss Shandú, filántropa en cuerpo y alma, nos muestra lo que es capaz de hacer una madre por sus hijos
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Paola Camacho

Amo caminar y recorrer la ciudad sin rumbo fijo. Soñadora y analítica a la vez, soy bailadora y comelona de corazón alegre. Me encanta reír, cantar, bailar, tomar fotos y sobre todo... escribir.

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Mari Rouss Shandú, filántropa en cuerpo y alma, nos muestra lo que es capaz de hacer una madre por sus hijos. 

 

¿Cuál es el inicio de esta historia?

 

Cuando nació María Antonia nos dijeron que su cadera estaba luxada, por lo que empezamos con la danza de los doctores,todos los ortopedistas me decían que estaba bien. Pasaron cinco meses y seguía  el mismo diagnóstico, que todo estaba enorden. Contaba con la referencia de mi hijo mayor, Gonzalo, pues yo veía que María Antonia no hacía ciertas cosas.

 

¿Durante cuánto tiempo seguiste sin tener un diagnóstico?

Después de estimulación temprana, Trepsi y terapia física, empezamos a ver neurólogos pero no me decían nada, no me daban un diagnóstico, decían que me esperara. Después viajamos a otros países para ver qué había en Alemania, Estados Unidos y Cuba. Seguían sin decirme qué pasaba.

 

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Sentada junto a su hija y niños que ya han sido operados por medio de la fundación MGAS.

 

¿Cómo llegaste a la respuesta?

Un día estaba en un bazar con otra de mis fundaciones que se llama Mujeres Apoyando a Mujeres, vi a una señora quepaseaba con una niña que venía caminando chueco y pensé inmediatamente en María Antonia. Llegué a platicarle sobre mi hija, y mientras le iba contando me dijo que debía ir con unos médicos rusos.

 

¿Te fue posible verlos?

El bazar fue en septiembre y la cita a finales de octubre. En el momento que la vieron fue la primera vez que me dijeron“lo que tu hija tiene es parálisis cerebral”, en el minuto la diagnosticaron. Fue como si el mundo se congelara. Ya no escuchas, empiezas a sudar, a temblar.

 

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Mari Rouss Shandú. 

 

¿Cómo trabajaste tus emociones?

Recuerdo un día que había que explicarle a Gabriel García Márquez de qué se iba a tratar un evento y le comenté que no era un buen día, que me acababan de decir que mi hija tenía parálisis cerebral y sentía como si enfrente tuviera una hoja en blanco, no sé cómo se escribe este libro. Venía preparada en la vida para otra cosa, no para ahora tener una chiquita con una discapacidad y no tenía ni idea de qué se hace. Me acuerdo perfecto que el ídolo de mi vida, el maestro, me dijo: “ya déjese de formalidades, pues cómo se agarra esto, pues como todo en la vida, con pasión”. Y sí, es cierto.

 

¿Cuál fue el siguiente paso?

La historia es la siguiente: se llevaron a una hija mía al quirófano y media hora después me regresaron a otra. Se llevarona una hija que no caminaba, que tenía los pies... ahora sé que el término es un pie equino varo, o sea, completamente para adentro y en punta, y me regresaron una hija que tenía los pies completamente derechitos.

 

¿Cómo cambió tu vida la operación?

A los 30 días empezó a caminar y a articular oraciones, entonces para mí fue la operación de la liberación. Son niñosque están dentro de un cuerpo que no les responde, encapsulados, atrapados y en el momento que los liberas empiezan aconectar neuronas. Entonces comenzó a caminar, a hacer cosas que no hacía, ir de aquí para allá.

 

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Mari Rouss Shandú.

 

¿Qué sentías?

Estaba dedicada al tema de la responsabilidad social y las fundaciones, trabajé en la ONU, en Nueva York, Estados Unidos, en temas de equidad y género con mujeres de África, Kosovo y los Balcanes. Aquí en México con niños en situación de calle, explotación sexual, comercialización de chavitos, cosas muy duras y pensaba: “es que no es posible que sabiendo cómo se hace esto, no haga algo que sea tan cercano a mí, a mi corazón”. Esto sí me toca. Pero es diferente, cuando lo haces de manera profesional para temas que sí te llegan mucho, pero que no te atañen personalmente, los haces distinto al momento que tienes que contar tu propia historia.

 

¿Cuál fue el siguiente paso que diste?

Pensé, no puede ser que esta bendición me la quede para mí sola, que en un país como México no esté al alcance de todos.Hay dos cosas que debo de hacer, primero son los medios de comunicación. Esto se tiene que dar a conocer, no chisme depasillo, sabes, de cada doctor como cuestiones aisladas, no hay una información verídica que explique a la gente la formaen que se hace esto. Si tienes un hijo con una discapacidad, que sepas que aquí al menos puedes venir a tocar la puerta. La segunda son recursos, no es una operación baratísima, pero tampoco impagable.

 

¿De qué se encarga la Fundación MGAS?

Nosotros pagamos las operaciones de niños y niñas en pobreza extrema, marginación, y en los demás casos ponemos un porcentaje. Hay quienes se encargan completamente de los gastos de su operación.

 

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Mari Rouss Shandú con su hija en brazos y "sus niños".

 

¿Cada cuánto vienen los doctores a México?

Hacemos tres jornadas de cirugía al año. Nuestra lista de espera es impresionante.

 

¿Qué resultados obtienen con la cirugía?

Venimos del mundo del “no se puede”, no me atrevería a decirle a alguien sobre los resultados, todo es tema de la cirugía. Posteriormente se requiere muchísima terapia física y emocional, y muchísima fe.