Perfiles

En corto: Juanjo Sainz

En el mundo del arte Juanjo Sainz se abre paso con su pintura, con la cual lleva un mensaje de amor y humor

Uriel Trejo

El destino te lleva por caminos inciertos. A mí me llevó al periodismo de estilo de vida, donde trabajar es ¡todo un gozo!

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En el mundo del arte Juanjo Sainz se abre paso con su pintura, con la cual lleva un mensaje de amor, humor, tolerancia, unión y respeto

 

¿Por qué consideras tu trabajo revolucionario?

Creo que es revolucionario porque me muestro a mí mismo y mi forma de pensar, lo cual es sumamente difícil en este mundo lleno de prejuicios. Tengo ideas muy firmes en cuanto a lo que es arte y lo que es pintura de moda. El arte tiene trascendencia y la pintura de moda es pasajera.

 

Consideras a tu abuela una pieza fundamental en tu carrera, ¿cuál fue su mayor enseñanza?

Mi abuela era una artista increíble y ha sido la persona más original que he conocido porque siempre me estaba impresionando. Vivía en un rancho lleno de animales, vegetación y muchas tradiciones mexicanas, cada año la veía poner ofrendas de Día de muertos, el Nacimiento, pastorelas y de niño me hizo un sinfín de disfraces. Cuando iba a visitarla en los meses de vacaciones era entrar a un mundo completamente surreal y diferente, con mucha enseñanza científica y espiritual.

 

 

¿A qué se debe que hayas estudiado administración de empresas?

La persona que más admiro es mi papá, un excelente empresario y músico. En mi juventud (igual que él) batallé entre trabajar en una empresa o ser artista, en aquella época turbulenta me dijo: “Si quieres que te apoye para ser pintor, píntame un cuadro e impresióname”. Hice un enorme panel en óleo retratando 53 artistas mexicanos sentados en un teatro viendo hacia el escenario, incluyéndome a mí en medio. Cuando lo vio, decidió colocarlo en su biblioteca y apoyarme en mi segunda carrera la cual el llamó mi “verdadera vocación”.

 

 

¿Qué te hace decidirte por el arte como tu estilo de vida?

Hay quienes tenemos la firme creencia de que el arte es un medio para trascender, yo escogí este estilo de vida porque quiero dejar un mensaje de amor, humor, tolerancia, unión y respeto.

 

¿En qué consiste la serie de autorretratos?

Las selfies son la forma de sacar mis inseguridades y miedos, pero con humor y haciendo homenaje a una época o lugar en México. Hago una conexión con una infancia difícil disfrazándome dentro y fuera del lienzo para divertir a mi niño interno que es lo que más le gusta: disfrazarse. Espero poder crear la magia suficiente para que, cuando pasen los años la gente en primer plano vea mis autorretratos y se confunda, de tal forma que no sepan en que época de México viví realmente.

 

 

¿Qué buscas retratar en tus paisajes?

Mis paisajes son cartas de amor para la Ciudad de México. Pinto lugares estratégicos que quiero que resalten y desaparezcan de los viejos prejuicios. Pinto mucho el transporte público y lugares lindos, pero también sitios que necesitan atención y mantenimiento.

 

Trabajaste en Estados Unidos, ¿por qué decides regresar?

He vivido en Estados Unidos varias veces en mi vida y es un país que quiero mucho, mi última estancia fue Nueva York, donde estudié y trabajé. Me enseñó el elemento clave: ser tú mismo, no tratar de imitar el trabajo de nadie más. Eso significa voltearte hacia la dirección en contra de la corriente y salirte de la gran caja comercial en la que vivimos, requiere de gran búsqueda espiritual, valentía y mucho amor propio. Allá ese talento lo valoran y lo premian, aquí lo ven como: “este está completamente loco”, por eso es mucho más divertido vivir en México.

 

 

Hay un debate entre si la pintura está muerta o no, ¿cuál es tu postura?

Desde que apareció la fotografía se ha escuchado esto, pero creo que es todo lo contrario, en la pintura hay infinitas posibilidades, lo que creo es que la pintura debe regresar a funcionar como herramienta para hacer un cambio social o político y no nada más para adornar. Estoy seguro que la pintura seguirá siendo el máximo representante del tiempo y época que vivió cada artista.

 

Dicen que el arte engrandece el alma, ¿pero se come de ella?

Como cualquier trabajo se necesita de muchísima perseverancia y objetividad, no nada más es pintar, es buscar galerías, exposiciones, estar constantemente en museos aprendiendo, leyendo, viendo documentales, etcétera. Jamás tendré mi yate, pero estudié administración, y a fin de cuentas no es cuánto ganas sino qué tan bien lo sabes invertir.

 

¿Qué significa para ti exponer tu trabajo?

Me emociona mucho, me encanta la crítica, tanto positiva como constructiva, de hecho prefiero una crítica sincera inteligente que me haga ser mejor artista a un elogio hueco.

 

¿Cuál ha sido la exposición que mayor satisfacción te ha dejado?

Expuse en una subasta para Aid for Aids en el Museo Soumaya, el haber exhibido en ese museo y ayudar a una causa tan noble fue una experiencia bastante satisfactoria. 

 

El trabajo de los artistas siempre está en evolución, ¿ahorita en qué momento está tu obra?

Mi obra siempre va a representar lo que estoy viviendo, teniendo a México siempre presente.

 

¿Admiras a algún artista?

Siempre traigo a algún artista en la mente, a veces al grado de la obsesión. Para mí las pinturas de un artista pasan a segundo plano cuando empiezo a conocer el mensaje que hay detrás de su obra y su forma de ver la vida. Ahora estoy estudiando a Remedios Varo, una bruja lectora de esoterismo, magia y ciencia. Ella creía que había otro mundo dentro del nuestro, una cuarta dimensión y lo plasma perfecto en toda su obra. Su último cuadro, Naturaleza muerta resucitando, nos advierte de lo que es capaz. Cuando fui a visitarla al cementerio, caí impresionado. Su último deseo fue que plantaran un Eucalipto sobre su tumba. Al tener ese inmenso árbol frente a mí y abrazarlo, sentí que la abrazaba a ella, a la bruja poderosa que logró prolongar su vida convirtiéndose en aquel gigante. ¡Magia pura!

 

 

Las selfies son la forma de sacar mis inseguridades y miedos pero con humor y haciendo homenaje a una época o lugar en México.”

 

 

¿De dónde retomas las ideas para tus piezas?

Un gran artista mexicano me dijo: “Pinta lo que vaya pasando en tu vida, no pintes el pasado, ni el futuro, pinta el presente, conforme termines un cuadro inconscientemente irás buscando el tema del siguiente”, y eso he hecho desde entonces.

 

¿Qué buscas proyectar?

A mí mismo, por más difícil y poco comercial que esto sea. Ese quiero que sea mi mensaje final, no importa que tan raro, desubicado o fuera de lo común parezcas mientras te quieras a ti mismo y te proyectes tal como eres. Esa es la vulnerabilidad que más enamora, de eso no tengo duda.

 

Además de la pintura, ¿te gustaría involucrarte en otra expresión artística?

La pintura al óleo toma mucho tiempo para dominar, es ir madurando con técnica y estilo y todavía me falta mucho por aprender, de momento seguiré con la pintura, pero de viejito me gustaría tener un taller de diseños para artesanías mexicanas.

 

 

 

En alguna ocasión comentaste que vienes de otro planeta, ¿qué le cambiarías a este o mejor te regresas al tuyo?

 

Me gustan los retos, y este planeta tiene muchos, así que aquí me quedaré otro rato tratando de cambiarlo para que sea mejor. Siempre tratando de ser parte de esa larga lista de grandes artesanos y artistas mexicanos milenarios que siempre le quitan el aliento a quienes vienen de visita a nuestro país