Perfiles

El viaje de sus vidas: Eduardo W. y Arturo V.

Eduardo Wichtendahl y Arturo Velasco, reflexionan sobre lo que ha sido ver crecer a sus respectivos hijos
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Ser padre conlleva el compromiso de crear un mundo mejor para los hijos, pero también, mejores individuos para el planeta, dice Eduardo Wichtendahl.

“Tienes que tratar de formar seres humanos que tengan amor por sí mismos y por lo que los rodea, pero, sobre todo, tratar de darles la confianza para que ellos solitos busquen su camino, sin imponerles nada y eso se logra a través de la comunicación, del amor y del tiempo de calidad”.

 

De mi papá aprendí a no darme por vencido y salir adelante, es lo más importante para mí.”

Emiliano Wichtendahl 

 

En equipo con la mamá, su labor es poner los cimientos sobre los cuales se construyen las nuevas personas, considera el empresario

La arena blanca y el turquesa del mar les dieron la bienvenida, el plan era escapar de la rutina por un rato y disfrutar lejos de las obligaciones, no sin un poco de culpa, pero la idea de estar sólo papás e hijos en un entorno paradisiaco era poderosamente atractiva.

Los anfitriones no repararon en atenciones para el grupo, desde la recepción y durante la estancia, prepararon lo mejor que el nuevo hotel de la Riviera Maya tiene para ofrecer. Por la mañana, muy temprano, Eduardo y Emiliano, dos aventureros natos, salieron a ver el amanecer.

La corta diferencia de edad entre ambos los vuelve cómplices ideales para hacer toda clase de actividades extremas juntos, que quizá en otro caso no podrían. Ambos tienen la energía suficiente para ir a explorar selvas o acampar en bosques e incluso aprovechan los negocios que tiene la familia Palazuelos en Acapulco para surfear en las olas del pacífico guerrerense.

 

Mi mayor aportación a Emiliano es darle mi cariño como padre, mi recomendación como profesional, pero, sobre todo, reconocerle y aplaudirle que va por el camino correcto.”

Eduardo Wichtendahl

 

Fue justo ahí donde descubrieron que también comparten una pasión profunda por la comida tradicional mexicana. De caminata por la orilla del mar, el nieto de Susana Palazuelos, quien está a punto de graduarse de una escuela de cocina en California, asegura que le encanta compartir la profesión familiar: “Es lo que nos gusta y lo disfrutamos mucho”.

Con toda una vida dedicado a conocer personas del medio, a Eduardo lo llena de orgullo el hecho de que su hijo no requirió de su ayuda, más allá de algún consejo, para conseguir su primer trabajo en un restaurante de Napa, California, con estrellas Michelin

 

Sigo siempre su ejemplo pero todos somos diferentes y al final siempre hay que tratar de mejorar”

Franco Velasco

 

“Emiliano es una persona que cree firmemente en sus sueños y hace lo imposible por lograrlos. Es súper trabajador, él ya sabe que estoy para lo que se le ofrezca, pero trata de salir adelante por sus propios méritos, eso es algo muy valioso”, expresa Eduardo, “es un muchacho comprometido con lo que se propone y creo que en la vida lo más importante es que nunca cambies tus sueños por inseguridades y si de verdad quiere estar en esto, lo vamos a apoyar con todas las recomendaciones correctas”.

La brisa del Caribe, sumada a la cercanía con Daniel y Franco, también le ayudó a Arturo Velasco a reflexionar sobre su propio trabajo como papá. El mayor regalo que les hizo, durante su etapa de crecimiento, fue la libertad y la responsabilidad para vivirla. Hoy los ha visto convertirse en individuos independientes con quienes puede entablar tanto una conversación familiar como una relación de negocios.

 

Más allá de que me educara, al trabajar con él aprendí mucho, hoy que tengo mi compañía y hago mis propios proyectos es gracias a que tuve a alguien que me enseñó cómo.”

Daniel Velasco

 

La capacidad que tienen hoy en día para compartir una cena o una partida de billar como amigos de toda la vida habla de la evolución que ha tenido la relación entre el empresario del entretenimiento, hijo del legendario Raúl Velasco, y sus propios hijos, con quienes incluso ha emprendido negocios.

“A lo largo de los años hemos aprendido a convivir, como socios, como papá e hijo, ahora viajamos y de repente intercambiamos opiniones de negocios cuando vamos a comer, creo que se ha convertido en una relación muy de amigos y relajada”, plantea Daniel Velasco.

Si bien, reconoce Franco, siempre verá a su padre como un mentor, en lo personal y en lo laboral, toma lo que le parece mejor de su ejemplo, “es un hombre con liderazgo y actitud ante todo”, pero siempre en busca de construir una versión propia de sí mismo

 

De las máximas satisfacciones que puede tener un papá es ver la realización de un hijo, que cada día sea más libre, independiente y fuerte.”

Arturo Velasco

 

“Cada día es de aprendizaje cuando se es papá”, opina Arturo Velasco, pero llega el momento en el que la sabiduría circula en ambas direcciones. Aunque el empresario no puede evitar sentir cierto pesar por momentos en los que no pudo estar con sus hijos, sabe que al final lo que importa es quedar satisfecho con el resultado.

“Los papás hacemos un esfuerzo al máximo por guiarlos en todas las etapas de sus vidas, pero a partir de que van cumpliendo años va cambiando el ángulo. Ver a mis hijos hoy me genera orgullo y muchas veces son ejemplos para mí, verlos realizados en lo que hacen me genera la mayor admiración y satisfacción.”

 

 

Fotos: Sergio Bejarano 

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