Diego Luna en Arte Careyes 2016

¿Te atrapó la magia de Careyes?

Sí. Había oído hablar mucho, pero siempre como un secreto a voces. Nosotros filmábamos en Cihuatlán y alguna vez propusimos vivir aquí, pero dijeron que estaba lejísimos, más bien no querían que lleváramos esta vida. Es un lugar increíble y lo estoy disfrutando mucho. Es como una utopía, es un sitio que preserva kilómetros de selva tropical, donde las casas tienen lógica, hay un sentido de urbanismo y muchas reglas que se nos olvidaron.

¿Qué valor tienen los reconocimientos para ti?

Cada uno es distinto, porque te llega en un momento diferente, en particular éste y los más recientes —venimos de Dallas donde ganamos el gran premio del jurado con Mr Pig—, les agradezco mucho porque es un esfuerzo por llamar la atención para que tu trabajo lo vea más gente. No es festejar lo que has hecho, sino celebrar que puedes seguir haciéndolo.

Foto Rodrigo Terreros

¿Qué tal el ser director?

Dirigir es un viaje muy solitario, de convicción, es aleccionador en todos los sentidos, pero delicioso. Me tardé mucho en aceptar qué quería y luego en hacerlo. Cuando lo hice me liberó profundamente, me dejó ser y tranquilizó. Lo estoy disfrutando mucho.

Mr. Pig ya ganó varios reconocimientos, pero ¿qué te importa más, el reconocimiento de la crítica o que la gente vaya a verla?

Lo que más me importa es que le guste a mi papá, luego a mí, porque sé que algún día la van a ver mis hijos y después de todo eso, que el público la vaya a ver, por eso me emocionan tanto los premios y las oportunidades que te dan los festivales de exhibirte y llegar a otros nichos de mercado.

Foto Cortesía

¿Qué hay en la familia que te permite generar las historias de tus películas?

Encontré en el cine lo que nunca hice con mis terapeutas, una posibilidad de trabajar con mis traumas y pérdidas. Mi madre murió cuando tenía dos años y no creo que sea coincidencia que mis películas hablan de un padre y su hijo.

Me acuerdo que en el documental de Julio César Chávez era utilizar la historia como metáfora para hablar  de México y lo que nos pasó en los 90, la primera vez que Julio César pierde es en 1994 y es cuando sucede lo de Chiapas, la crisis y la devaluación, en fin. Para mí es un año que me marcó y me despertó en muchos sentidos, así empezó y terminó siendo la historia de un padre que ve a su hijo que quiere ser boxeador y no puede evitarlo.

Foto Rodrigo Terreros

Ahora lo tengo asumido y ya no me propongo otra cosa, al contrario, pienso en padres e hijos y trato sobre ese tema, seguramente lo trabajaré el resto de mi vida, porque es la historia de amor más vieja de un ser humano. Hoy hablo como padre de la relación con mi padre, algún día seré abuelo y seguiré hablando de lo mismo.

Dices que Mr. Pig es tu declaración de amor por México, ¿crees que te vaya a dar el sí?

Aunque no me lo dé, para mí este lugar es en el que voy a vivir el resto de mi vida, si me lo permite. Creo que es un país que nos está pidiendo a los ciudadanos que nos involucremos, que hagamos algo para recobrarnos mutuamente.

Foto Rodrigo Terreros

Aquí viven mis hijos, me pasó todo por primera vez, están mis grandes historias de amor, mis referentes, aquí decidí que quería ser actor y hacer cine, no me veo en otro lado.