Diálogo contemporáneo: Aldo Chaparro y Kris Goyri

La escena artística mundial permite, cada vez más, el trabajo colaborativo. Un ejercicio de interacción entre diversas áreas de la creación, más allá del acto de expresión en solitario, que genera un diálogo mayormente inclusivo. Así lo consideraron el artista plástico Aldo Chaparro y el diseñador de moda Kris Goyri, quienes fusionaron su talento en dos obras únicas.

“Antes sucedía que el valor venía de la especialización, alguien era bueno porque se especializaba en un producto, por ejemplo: ‘yo soy el maestro camisero, lo mío es hacer camisas’, pero si le preguntas a los más chicos te dirán que patinan, pintan y tocan en una banda, eso es porque ahora el valor está en la interconectividad con otras materias”, asegura Aldo.

Si bien el desarrollar proyectos en conjunto es una actividad centenaria, el hecho de que virtuosos de distintas áreas, que pudieran parecer ajenas —arte, moda, gastronomía o música—, generen obra participativa, es un acto cada vez más recurrente y necesario. “Es un poco el entender la contemporaneidad en todas sus obras, porque ahora la información es mucha, y ya no puede ser tu aportación valiosa si sólo la entiende un sector que se está perdiendo de todo lo demás”, afirma Chaparro.

ESPLÉNDIDA CONEXIÓN

Esta aventura que culminó en una pieza textil y una instalación, comenzó por iniciativa de Kris, con el objetivo tan cotidiano para los artistas como el de crear, y “crear desde otro punto, tener otra manera de inspirarte, salirte de tu zona de confort y enseñar que son dos materias que al parecer son muy distantes pero que convergen de una manera tan sencilla, que se pueden lograr cosas muy especiales”.

Utilizando este intercambio de ideas como una herramienta de reinvención, tan fundamental en una época en la que “la gente se aburre muy fácil de todo, en este cambio tan rápido que tenemos hoy, como humanidad, es necesario expresarte de diferentes formas, poderte inspirar de otros, y ya no nada más es inspirarte en ellos, sino colaborar con esa persona”, abunda Goyri, quien asegura que propició este encuentro gracias a que “me encanta cómo se expresa Aldo, algunas de sus piezas que de pronto las puedes ver muy rígidas o geométricas, tienen una naturalidad, movimiento y sensibilidad muy palpable.

Puedes estar horas conversando con la obra y descubriéndola de muchas maneras”. Para un artífice de la materia con la trayectoria del artista peruano es igualmente vital continuar descubriendo nuevas maneras de expresión, ya que “cuando estás en tu proceso y carrera, como yo que estoy haciendo esculturas y planeando la siguiente o Kris que está desarrollando la próxima pieza, de pronto estas colaboraciones son como un alto, un vamos a detenernos y a darle a estas dos piezas un tiempo extra.

Es trabajar fino, no soltarlas tan rápido, vamos a ponerles cabeza, a conversar sobre ellas porque uno también con el tiempo pierde el enamoramiento de sus cosas, también se aburre; a mí, por más que amo mi trabajo, me pasa que necesito poner mi cabeza en nuevos retos que sean refrescantes, complejos e impliquen una serie de cosas. Eso es una colaboración”, explica Chaparro. Otro de los desafíos en las prácticas de vinculación es descubrir el punto de encuentro entre los procesos de creación; en esta ocasión, el hallazgo fue “muy orgánico, los dos entendemos nuestro universo muy bien, me pude echar un clavado en su mundo y trabajamos muy bien”, apunta Kris, y destaca que la significación que para ambos tiene el color fue una pieza fundamental en su nexo.

“Ahora que Aldo lo ha explotado a un nivel increíble, conecté muchísimo más. Soy amante del color, pero mi proceso es al revés, yo encuentro una paleta y de ahí parto para crear algo”. Para los dos fue una permuta de ideas sumamente natural, que se dio, incluso, intercambiando mensajes por celular. Sólo dejaron que la mutua admiración y reconocimiento por la labor del otro, inspirara las formas, texturas y colores de cada obra. Para Aldo, su “zona de confort son mis reglas, mi mundo, mi estructura, entonces, cuando hice la colaboración con Kris, el hecho de salirme de mis ideas y ponerme en las de él, entender su proceso, su pensar y ver el mundo a través de sus ojos, me obligó a salirme de lo mío y eso es súper enriquecedor”. 

(Una colaboración) es asumir una variable muy grande, porque estás trabajando con un ser humano, tienes que entenderlo, comprenderlo, generar algo en conjunto".  Aldo Chaparro Artista Plástico

TEXTURAS, COLOR Y FORMAS

El Estudio de Aldo Chaparro, ubicado en la colonia Roma, es el sitio que resguarda el resultado de tres meses de trabajo, del ir y venir de ideas, conceptos y recuerdos de los viajes que el plástico ha hecho por el mundo, incluyendo su natal Perú. En la primera obra se aprecia un conjunto que sugiere las esculturas de Chaparro.

“Me encanta la artesanía que se encuentra en nuestro país, así que fue lograr una pieza que estructuralmente se inspira en uno de los tótems de Aldo, muy geométrico, y darle diversidad, color y textura. Se vuelve una pieza que embona”, comenta el diseñador, al tiempo que señala la parte superior, la cual atesora elementos con un significado especial.

“Aldo ha ido coleccionando textiles bastante interesantes de sus viajes, y yo también, a través de México”, abunda Kris sobre los materiales utilizados para la confección de la prenda que muestra un lúdico recorrido por la artesanía nacional, desde el norte hasta el sureste del país, y que alcanza la cultura de las cordilleras andinas.

Con un minucioso trabajo textil se unen bordados istmeños de Oaxaca, chiapanecos; zarapes provenientes de Tlaxcala y Tenango o tejidos de India, Bali y Perú, que juntos crean la historia contemplativa de un fortuito encuentro. Para la segunda obra, una instalación que incorpora una prenda característica de Kris Goyri, con siluetas orgánicas, intervenida por Chaparro, seleccionaron “un vestido en un corte clásico de la marca, un lienzo en blanco para Aldo, a fin de que él experimentara en éste.

Al momento que lanzó la pintura fue toda una experiencia al ver cómo una pieza se transforma, cómo adquiere color, textura y profundidad para darle un significado diferente”, recuerda el diseñador. El proceso de construcción para Aldo fue similar al que desarrolla en su obra, dejando que la materia se exprese a través de sus emociones. “Fue un poco dejar que el azar actuara. Es como jugar tenis, tienes una parte de control, pero otra que no sabes qué cosa va a pasar”, enfatiza sobre el ejercicio de lanzar pintura, de manera libre, sobre el entorno, para teñirlo de emociones azules.

“Éste es un color con el que he estado trabajando. Cuando lo vimos fue unánime, estuvimos completamente de acuerdo que tenía que ser ese azul; además, genera una conexión muy linda entre el blanco y el negro”. Ambas creaciones conversan en medio de un espacio que también se reinventó. “Las pinturas son nuevas, ésta es la primera vez que no hablo en un lenguaje geométrico, realmente se ha dado en el camino, mientras estábamos haciendo una cosa, aparecían las pinturas y tenían que ver con el detalle floral del vestido de Kris”, asegura Aldo sobre las obras expuestas en las paredes de su estudio, el cual contendrá por unas semanas el universo de dos mentes que ya no podrán ser ajenas nunca más.

Es muy importante que mis ideas se conecten con la mayor cantidad de personas posibles, así que sí he realizado colaboraciones con músicos, arquitectos, diseñadores; yo mismo he trabajado en otras cosas como en una editorial, hice un poco de cine, siempre ha sido importante mantenerme en contacto con el mundo real".

Aldo Chaparro 

Tengo mucho agradecimiento con Aldo, por dejarme entrar en su mundo y crear una pieza que se puede transformar tanto, por ver una manera diferente de desarrollar algo y que tenga otra noción de lo que siempre he hecho”.

Kris Goyri Diseñador de moda

Fotos: Edgar Silva Fuentes S.

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