Delicias: Bake & Art

¿Cómo fue tu primer acercamiento a la gastronomía?

Desde chiquita me gustaba hacer pasteles, era la típica que los llevaba a los cumpleaños, después me empecé a meter a cursos de decoración, de ahí un amigo me dijo que abriera mi página de Facebook para empezar a vender, también me ayudó con el nombre, así empezó Bake & Art hace tres años.

¿Cómo fueron los inicios Bake & Art?

No sabía ni qué estudiar, sabía que quería algo relacionado a la cocina pero no estaba segura y me fui a hacer un curso a Minnesota de repostería y decoración de pasteles, ahí fue cuando dije ¡yo quiero hacer esto!

Empecé con familiares y amigos pidiéndome cosas, de ahí se fue corriendo la voz y poco a poco he empezado a crear diferentes cosas.

¿Qué ofrece tu negocio?

Un poco de todo: pasteles personalizados, cupcakes, cakepops, chocolatería, macarrones, galletas y mesas de postres, en general todo tipo de postres. Ya me estoy metiendo en la chocolatería y quiero empezar a hacer cupcakes, pero gourmet y mesas de gin y mezcal.

¿Cómo descubriste que querías empezar un negocio de tiempo completo?

Al principio fue hobby, me gustaba la reacción de las personas cuando recibían los pedidos, me encanta que la gente vea el arte que es hacer un pastel y en la cocina encontré un espacio mío.

¿Qué retos hay al ser tan jóven con un negocio?

Es muy difícil estudiar y trabajar, aparte tienes que quedar bien con los clientes, en ocasiones sufro con el tiempo y el dinero, las inversiones y el gasto son complicados y más hacerlo sola, aunque agradezco muchísimo que mis papás, mi novio y mis suegros, ellos siempre me ayudan en lo que pueden.

¿Cuál es la mayor satisfacción que te ha dado Bake & Art?

Las experiencias y los clientes. Bake & Art en sí se ha creado por la gente, ellos me dan las ideas o imaginan y yo lo creo.

¿Cuál ha sido la creación más significativa?

Mi primera mesa de dulces, lloré como tres días seguidos, me la pidieron de un mes a otro y estuvo difícil. Pero luego la veía y decía ¡wow, todo lo hice solita!

¿Para ti es complicado ser tan joven y tratar con todo tipo de clientes?

Es bien difícil, la verdad sí hay gente que se quiere pasar de lista porque no sabe lo que implica hacer un pastel, ni el tiempo que tarda. El ver los precios y que estén de acuerdo es muy complicado, los adultos luego no entienden tan fácil y te quieren rebajar el precio y pues siempre tratas de hacer feliz al cliente.

¿Tienes alguna anécdota que te haya pasado en la cocina?

Muchas, una vez se me cayó un pastel literalmente horas antes de entregarlo, tuve que volverlo a hacer. Hubo otra ocasión que se me olvidó un pastel en el techo del coche, me subí y no me di cuenta que lo había dejado ahí y arranqué. ¡Ay no, fue horrible!

¿Cómo te das a conocer?, ¿dónde te pueden contactar?

Tengo mi página de internet, la encuentran como bakeandart.mx

¿Con cuánta anticipación tienen que hacerte pedidos?

Depende, un pastel sencillo una semana, ya pasteles más elaborados por lo menos dos semanas, las mesas de dulces por lo menos dos meses de anticipación.

¿Cómo ves el desarrollo de este tipo de negocios?

Está fuerte, la gente trae muchas ideas y se están interesando mucho en la decoración, más que en el sabor. Creo que todas las niñas pueden hacerlo pero deben saber que no es nada más tener una batidora y un horno, es saber que le vas a echar las ganas, que vas a llorar y te vas a enojar, pero siempre el chiste es hacer feliz a la gente.

¿Qué es lo que más disfrutas hacer?

Los pasteles de fondant, me encanta verlos terminados, me gusta todo lo que puedes hacer con ellos; pero a mí, en lo personal, no me gustan los postres, y ahora que me dedico a esto menos los como.

Fotos: Cecilia de la Rosa y Fernando Canseco