Conoce los logros de Lorenzo Ruiz

Hace tres años y después de ser convencido por la alpinista Karla Whelock, Lorenzo Ruiz se enfrentó por primera vez a la cima de una montaña al escalar la Antártica. La experiencia le dejó tan buen sabor de boca que se propuso conseguir una meta más alta: conquistrar los 8 mil 850 metros del Everest.

Éste, además de ser un gran logro personal para el director general de Tommy Hilfiger México, es un reto doble, debido a que con el ascenso a la montaña más alta del mundo da comienzo a las actividades de Futurors, organización que ha creado con el fin de compartir experiencias para mostrar que sí se pueden alcanzar las metas.

-Campamento Nido de cóndores en el Aconcagua-

“La idea es hacer cima con causa, por cada metro que avance a la meta, apoyado por el programa Futurors, un niño de la calle se verá beneficiado con un programa educativo”, comenta.

¿Cómo eliges la causa?

Tenía que ver conmigo, mis papás se divorciaron cuando tenía cinco años, de tenerlo todo de pronto nos vimos sin nada, porque esa fue la condición que le puso mi padre a mi madre, entonces me tocó una vida de recursos limitados.

En ese contexto decidí que mi educación iba a ser en escuelas privadas, la respuesta de mi madre fue negativa por la cuestión económica, ya que somos cuatro hermanos.

Lo que hice fue trabajar desde los 12 años y ser el mejor estudiante para obtener una beca, gracias a eso logré lo que tengo. Cuando decidí hacer cima con causa, pensé que tenía que ser algo cercano a mí, y recordé que en ese entonces mucha gente me motivó a ser mejor cada día. Es la oportunidad de transmitir mi experiencia a un público de chavos de la calle y motivarlos a soñar en grande.

¿Por qué Futurors?

Quería que el nombre fuera un verbo y una categoría especial de persona, porque el proyecto se basa en el poder que tiene un individuo de transformar el futuro hoy.

La idea es alentar a quienes no tienen recursos económicos, alimentación, acceso a la educación y familia, a echar mano de lo único que les queda, que son dos cosas: el poder divino y el de sus propias decisiones, que si son acertadas avanzas y si son erróneas obtienes experiencia y también creces.

-Camino a la cumbre, en el Iztaccíhuatl-

Lo que quiero vender a los jóvenes con este programa es un efecto multlipicador, que la experiencia de alguien con éxito pueda impactar a otro, como me sucedió cuando era presidente de la sociedad de alumnos del Tec de Monterrey. Una ocasión invité a Karla Wheelock a un congreso y al escucharla me agradó tanto que dije algún día voy a ir a la montaña como ella.

¿Ese momento te inspiró para esta aventura?

Sí. Llevo 14 años de conocer a Karla, es una gran amiga y mi mentora, por ella estoy en la montaña. Puedo decir que es un ejemplo de alguien que a través de su experiencia hizo, en mi caso, una mejor persona y te lleva a realizar algo distinto con tu vida.

Ese es el efecto multlipicador que busco con mi ascenso al Everest, y no sólo es mi experiencia, también quiero invitar a más gente para que hable de su práctica.

Futurors no va a ser una fundación que busque recursos para dar despensas, becas o construir casas, la idea es reclutar personas que han hecho algo significativo en su vida y lo comparta con mucha gente.

¿Cuál es su primer proyecto?

El objetivo es hacer pláticas motivacionales y campamentos vivenciales con 20 o 50 chavos de la calle, llevarlos al Nevado de Toluca, pues por el simple hecho de sacarlos de su entorno y trasladarlos a una zona de silencio, en la que lo único que te toca es observar y reflexionar, ya valió la pena para ellos.

Se hará un póster donde el joven podrá escribir cuál es su propio Everest, qué le gustaría hacer.

¿Cómo sabremos de tu desempeño en la montaña?

Los 60 días que esté en la montaña tendré un celular satelital y comunicación vía internet, a través de un blog, en el que la gente me puede dejar mensajes de apoyo, también voy a hacer videochats y mandar tweets. 

-Derrite nieve para hidratarse-