Perfiles

Arte sensorial de Kurt Hentschläger

El artista audiovisual austriaco Kurt Hentschläger colabora con Audemars Piguet con un video de la naturaleza, en el que resalta la importancia histórica de la comunicación digital

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¿Cómo empezó tu pasión por los audiovisuales?

Hace mucho tiempo, cuando era fotógrafo. Recuerdo que un día en Viena me decepcioné mucho de la exposición de un museo, y fue ahí cuando me di cuenta de que el arte necesita una intensidad emocional y física; de este modo no eres tú el foco de atención, sino el arte en sí.

 

¿Cuál es la esencia de tu trabajo?

Es difícil explicarlo, porque como persona adulta cuando algo me interesa, me concentro en crear algo sobre el tema. Desde la perspectiva de un humano, ver el mundo y entender lo que es desde que eres un bebé y poco a poco absorbes información y empiezas a comprender cómo funciona concentrándote en lo que te interesa y olvidando los prejuicios.

¿Qué quieres transmitir con tus obras?

Les digo a mis estudiantes que nunca respondan esa pregunta, y la razón es porque a pesar de ser el artista y la última autoridad de mi trabajo, existen críticos que pueden entender otra idea del mismo. Prefiero no hablar sobre la idea final de mis obras, ya que le quita las ganas de pensar a la gente y de imaginarse lo primero que se les viene a la mente. Espero que mi trabajo se explique por sí solo.

 

¿Cómo transformas cosas ordinarias en obras de arte?

A veces me despierto y me paso el día entero en mi mesa de trabajo viendo cosas y pensando en nada, y de pronto nace la idea de crear algo, es parte del subconsciente o un proceso intuitivo que se ha dado con los años.

 

¿Podrías explicar cómo fusionas lo sublime con la condición humana del siglo XXI?

Lo sublime es algo que me apasiona, ya que realmente ha cambiado al mundo en los últimos años. En el arte describe las ideas intelectuales, pero la definición que le daría sería una situación de belleza extrema y al mismo tiempo sobrecogedora. La metáfora es como cuando escalas una montaña: entre más alto subes, más te cansas y te expones, hay menos oxígeno y esto se vuelve exponencial pero una vez que estás en la cima la experiencia es única. Lo sublime es esto, el balance y el contraste de pensar en nosotros como civilización contra las incontrolables fuerzas de la naturaleza.

 

¿Cómo fue tu experiencia en los Juegos Olímpicos de 2012?

Muy acertada, ya que a veces llego a lugares que ni si quiera sé que existen y me doy cuenta de que son experiencias únicas. Me complace ser parte de la historia. Eso no pasa dos veces, y como artistas hemos olvidado que debemos crear un legado.

 

¿Fue un reto trabajar con Audemars Piguet?

En algunos aspectos, creo que más de manera mental porque todo mundo sabe que son muy exigentes y obsesionados con su trabajo. Casi no trabajo para otras compañías, pero en este caso acepté porque existe mucha integridad en sus ideas y no me sentí para nada restringido. Fue una gran coincidencia de la cual me siento orgulloso.