Perfiles

Arraigo que siembra futuro: Michel Blancsubé

Director de la Fundación Casa Proal
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Desde que inició actividades en julio de 2015, la Fundación Casa Proal tiene como finalidad desarrollar proyectos culturales que conjugan las relaciones entre el arte, los seres humanos y el medio ambiente, conviviendo lo más posible con la población de San Rafael y sus 29 comunidades. Al fomentar una sintonía con la expresión contemporánea y el hábitat rural, Casa Proal funciona como un laboratorio de intercambios e investigación, pero también es una fresca lluvia de educación, arraigo y afecto por esta región del país, concediendo al artista el privilegio de explorar, de sentir, de vivir la plenitud de lo más sencillo, con lo cual surja una conciencia, observación crítica y responsabilidad colectiva con respecto a los grandes desafíos del desarrollo sustentable en México.

 “La voluntad de Carlos Couturier hizo posible que esta fundación apareciera, dando la oportunidad de desarrollar una actividad de arte contemporáneo aquí en San Rafael. Él me invitó a dirigir la fundación desde hace un poco más de dos años y acepté encantado porque uno de los propósitos es desarrollar la cultura en una región con un rico patrimonio, con una maravillosa naturaleza”, dice Michel Blancsubé, quien vive en México desde hace 16 años. Otro de sus retos es sensibilizar a la población local a través del arte contemporáneo, transmitiendo la importancia que reviste la impregnación recíproca del lugar y de lo que se encuentra ahí, ávido de ser bien valorado.

CURAR LO REFLEXIVO

El intercambio cultural brinda otra perspectiva a los creadores plásticos procedentes de países de habla francesa, quienes, “desenvolviéndose en el ámbito del arte y de su interacción con la naturaleza, logran perfeccionar su práctica gracias a un experimento internacional y a una beca de creación”, añade Michel. “Con 10 residencias cumplidas al día de hoy, los autores seleccionados se quedan en la casa durante alguno de los dos diferentes periodos: de febrero a mayo y de junio a septiembre, luego interrumpimos la residencia entre septiembre y enero porque es la época en la cual el clima está más bravo, cuando las condiciones con la cercanía del río se vuelven más complicadas”.

Es así como el patrimonio de San Rafael siembra futuro, cosecha virtudes y enaltece la vida agrícola a través del trabajo artístico con varios medios como la pintura, fotografía, video, sonido, escritura, escultura, instalación y más. “Con obras inéditas ofrecemos una mirada singular y sensible sobre el lugar, su historia y su medio ambiente natural, con el deseo de ofrecer a todos una relectura del paisaje”.

Fotos: Fernando Canseco 

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