Perfiles

Antonio Banderas platica con Adela Micha en exclusiva

Antonio Banderas visita México para participar en el Festival Internacional de Cine de Acapulco. Ahí platicó con Adela Micha sobre algunos momentos importantes de su vida.


Es un personaje de película y tuve la extraordinaria oportunidad de platicar con él. Actor español, malagueño, hombre maduro, artista excepcional: Antonio Banderas, un hombre que se formó en el teatro, se hizo popular a través de la televisión y despuntó mundialmente en el cine. En la bahía más bella que tiene México, Banderas recibió el premio Jaguar de plata del Festival Internacional de Cine de Acapulco (FICA). La conversación fue larga, hablamos de sus experiencias, proyectos y de su propia vida. Fue una charla en la que nos contó de amigos, mujeres, amores, incluyendo el cine y de la pasión de actuar historias y personajes. Esta es la entrevista.

 

Bienvenido una vez más a México, porque tienes tu historia, no sé si de amor, pero muy cercana y afectiva con este país.

De amor, está bien dicho. he rodado aquí muchas películas, casi todas se convirtieron en éxito, si juntamos todo ese tiempo son casi tres años de mi vida que he pasado aquí, con mis amigos mexicanos, grandes profesionales del cine.

 

El público que te quiere muchísimo.

Sí, es recíproco, viaja en ambas direcciones, porque también los quiero mucho. Es bonito sentirse así, respaldado por la gente, que aprecian tu trabajo y te reconocen. Eso es muy hermoso.

 

Es tu primera vez en Acapulco, ¿qué motiva a una personalidad como tú y tu esposa a venir aquí?

Fue por aceptar una invitación que me hizo el Festival de Cine de Acapulco y al mismo tiempo se unía una relación que tengo con una serie de personas con unos objetivos muy parecidos a los míos, en términos de fundaciones. Esas dos cosas fueron las que me trajeron a acapulco, y ahora sumo una tercera, porque es maravilloso.

 

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Una de las banderas de Banderas es tu organización, todas estas causas que has ido abanderando a lo largo de los años.

Si Dios me da, yo tengo que darle a Dios. Eso es un poco la filosofía de muchas personas con la suerte de obtener cosas materiales. Hay una cierta obligación y, sobre todo, para los que no hemos nacido ricos. Nací en una familia humilde y por lo tanto sé lo que es estar ahí, verse sin salida y tener que trabajar muy fuerte para conseguir las cosas que te has propuesto en la vida.

 

Entonces creo que me parece que no puedo traicionar lo que en un momento determinado fui y hay que regresar ahí, dar algo de vuelta. Uno no va a arreglar la vida, el mundo está muy complicado, pero sí aportar un granito de arena y de alguna forma, quizá valga más el principio que aquello material que se aporta.

 

¿Alguna vez te imaginaste que llegarías hasta donde estás?

No, era un sueño imposible.

 

¿Lo soñabas?

Sí, pero los sueños te permiten ir y viajar a cualquier parte, era muy improbable, porque además no hubo ningún actor español en el pasado que eventualmente hiciera algún trabajo en Hollywood, el caso de Sara Montiel y Fernando Rey, pero no existía la consistencia de uno que se instalara en ese mundo y que compitiera día a día durante varios años.

 

Llevo casi 23 años viviendo en Estados Unidos, pero incluso Madrid quedaba muy lejos de mí, de Málaga, era un sueño en ese momento, el teatro, el centro dramático nacional, el cine español. Lo que pasa es que de chico uno no sabe lo que puede lograr, lo aprendes con el tiempo. Si realmente quieres algo de una forma pura y no pierdes nunca la dignidad, ni la honra, se llega a conquistar las cosas, porque ellas están ahí y no son imposibles.

 

Tú no hablabas inglés.

Nada.

 

Es una historia maravillosa.

Cuando hice mi primera película en inglés no entendía lo que decía.

 

¿Te lo aprendiste?

Como se aprende una melodía.

 

Y conquistaste América, pero son dos continentes muy distintos.

Sí. Europa tiene una carga histórica que a veces no nos permite movernos. Está muy bonito en verdad, pero los americanos me sorprenden porque son capaces de meterle mano a cualquier cosa, no tienen esa carga cultural.

 

Que puede convertirse en un lastre.

Sí. Son mucho más ingenuos de alguna manera, más inocentes a la hora de atacar las cosas, todo es posible. En Europa no, allá se coartan por su propia historia, son como peldaños de una escalera que pueden volver a bajar para reconstruirla, hay más miedos. Ambos tienen sus ventajas y desventajas convenientes, como todo en la vida.

 

Culturalmente Europa es una maravilla. La familia, por ejemplo, es un concepto que no existe en Estados Unidos como entienden los españoles.

En España está muy arraigado. Ahora con la situación económica que estamos viviendo está mucho más arraigado.

 

¿Y extrañas esa parte?

Nunca he dejado de ir a España, soy una persona muy enraizada no solamente a España, a mi tierra Málaga. No la he perdido de vista, a ningún nivel, mantengo mis amistades desde la época que me marché a finales de los 70, hasta la situación política, social y económica de mi país. Eso no lo he perdido de vista. Además, uno de mis proyectos es establecerme en Málaga.

 

Hablabas de la crisis en España, eres un actor informado y con opinión, te muestra preocupado por lo que está pasando en tu país y en el mundo también.

Totalmente, y lo que está pasando en mi país es una consecuencia de lo que sucede en el mundo.

 

¿Cómo lo lees?

Creo que la gente se está dando cuenta de un hecho y lo vemos más claro, es como si nos pusieran gafas a partir de la caída de Lehman Brothers, de la crisis económica mundial que se desencadena a raíz de todos estos eventos.

 

Es un hecho que da un poco de miedo y me provoca unas preguntas: ¿Estamos en el mundo siendo realmente gobernados por aquellas personas a las que hemos votado?, ¿estamos siendo gobernados por los mercados o las corporaciones?, ¿por qué cuando un presidente promete una cosa no puede hacerla?, ¿cuál es ese encuentro que se produce entre el político y la realidad del poder, que no permite avanzar en determinadas políticas?, ¿quién pone esos frenos?

 

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Se los he preguntado varias veces, ¿qué pasa? De pronto quiero pensar que cuando un político en campaña promete cosas, genuinamente las quiere cumplir.

Estoy completamente convencido de la buena voluntad del político.

 

Pero, ¿qué pasa cuando llegan? ¿Les rebasa la realidad o el poder verdaderamente los descompone?

¿Estamos viviendo en una época posdemocrática y hasta dónde se puede estirar ese cable? Es muy difícil responder esa pregunta que últimamente me hago. Anteriormente era mucho más ingenuo, creía más en la política. Ahora cada vez menos, considero que cada vez estamos en otra dinámica y nos volvimos locos.

 

 

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Antonio Banderas visita México para participar en el Festival Internacional de Cine de Acapulco. Ahí platicó con Adela Micha sobre algunos momentos importantes de su vida.

Es un personaje de película y tuve la extraordinaria oportunidad de platicar con él. Actor español, malagueño, hombre maduro, artista excepcional: Antonio Banderas, un hombre que se formó en el teatro, se hizo popular a través de la televisión y despuntó mundialmente en el cine. En la bahía más bella que tiene México, Banderas recibió el premio Jaguar de plata del Festival Internacional de Cine de Acapulco (FICA). La conversación fue larga, hablamos de sus experiencias, proyectos y de su propia vida. Fue una charla en la que nos contó de amigos, mujeres, amores, incluyendo el cine y de la pasión de actuar historias y personajes. Esta es la entrevista.

 

Bienvenido una vez más a México, porque tienes tu historia, no sé si de amor, pero muy cercana y afectiva con este país.

De amor, está bien dicho. he rodado aquí muchas películas, casi todas se convirtieron en éxito, si juntamos todo ese tiempo son casi tres años de mi vida que he pasado aquí, con mis amigos mexicanos, grandes profesionales del cine.

 

El público que te quiere muchísimo.

Sí, es recíproco, viaja en ambas direcciones, porque también los quiero mucho. Es bonito sentirse así, respaldado por la gente, que aprecian tu trabajo y te reconocen. Eso es muy hermoso.

 

Es tu primera vez en Acapulco, ¿qué motiva a una personalidad como tú y tu esposa a venir aquí?

Fue por aceptar una invitación que me hizo el Festival de Cine de Acapulco y al mismo tiempo se unía una relación que tengo con una serie de personas con unos objetivos muy parecidos a los míos, en términos de fundaciones. Esas dos cosas fueron las que me trajeron a acapulco, y ahora sumo una tercera, porque es maravilloso.

 

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Una de las banderas de Banderas es tu organización, todas estas causas que has ido abanderando a lo largo de los años.

Si Dios me da, yo tengo que darle a Dios. Eso es un poco la filosofía de muchas personas con la suerte de obtener cosas materiales. Hay una cierta obligación y, sobre todo, para los que no hemos nacido ricos. Nací en una familia humilde y por lo tanto sé lo que es estar ahí, verse sin salida y tener que trabajar muy fuerte para conseguir las cosas que te has propuesto en la vida.

 

Entonces creo que me parece que no puedo traicionar lo que en un momento determinado fui y hay que regresar ahí, dar algo de vuelta. Uno no va a arreglar la vida, el mundo está muy complicado, pero sí aportar un granito de arena y de alguna forma, quizá valga más el principio que aquello material que se aporta.

 

¿Alguna vez te imaginaste que llegarías hasta donde estás?

No, era un sueño imposible.

 

¿Lo soñabas?

Sí, pero los sueños te permiten ir y viajar a cualquier parte, era muy improbable, porque además no hubo ningún actor español en el pasado que eventualmente hiciera algún trabajo en Hollywood, el caso de Sara Montiel y Fernando Rey, pero no existía la consistencia de uno que se instalara en ese mundo y que compitiera día a día durante varios años.

 

Llevo casi 23 años viviendo en Estados Unidos, pero incluso Madrid quedaba muy lejos de mí, de Málaga, era un sueño en ese momento, el teatro, el centro dramático nacional, el cine español. Lo que pasa es que de chico uno no sabe lo que puede lograr, lo aprendes con el tiempo. Si realmente quieres algo de una forma pura y no pierdes nunca la dignidad, ni la honra, se llega a conquistar las cosas, porque ellas están ahí y no son imposibles.

 

Tú no hablabas inglés.

Nada.

 

Es una historia maravillosa.

Cuando hice mi primera película en inglés no entendía lo que decía.

 

¿Te lo aprendiste?

Como se aprende una melodía.

 

Y conquistaste América, pero son dos continentes muy distintos.

Sí. Europa tiene una carga histórica que a veces no nos permite movernos. Está muy bonito en verdad, pero los americanos me sorprenden porque son capaces de meterle mano a cualquier cosa, no tienen esa carga cultural.

 

Que puede convertirse en un lastre.

Sí. Son mucho más ingenuos de alguna manera, más inocentes a la hora de atacar las cosas, todo es posible. En Europa no, allá se coartan por su propia historia, son como peldaños de una escalera que pueden volver a bajar para reconstruirla, hay más miedos. Ambos tienen sus ventajas y desventajas convenientes, como todo en la vida.

 

Culturalmente Europa es una maravilla. La familia, por ejemplo, es un concepto que no existe en Estados Unidos como entienden los españoles.

En España está muy arraigado. Ahora con la situación económica que estamos viviendo está mucho más arraigado.

 

¿Y extrañas esa parte?

Nunca he dejado de ir a España, soy una persona muy enraizada no solamente a España, a mi tierra Málaga. No la he perdido de vista, a ningún nivel, mantengo mis amistades desde la época que me marché a finales de los 70, hasta la situación política, social y económica de mi país. Eso no lo he perdido de vista. Además, uno de mis proyectos es establecerme en Málaga.

 

Hablabas de la crisis en España, eres un actor informado y con opinión, te muestra preocupado por lo que está pasando en tu país y en el mundo también.

Totalmente, y lo que está pasando en mi país es una consecuencia de lo que sucede en el mundo.

 

¿Cómo lo lees?

Creo que la gente se está dando cuenta de un hecho y lo vemos más claro, es como si nos pusieran gafas a partir de la caída de Lehman Brothers, de la crisis económica mundial que se desencadena a raíz de todos estos eventos.

 

Es un hecho que da un poco de miedo y me provoca unas preguntas: ¿Estamos en el mundo siendo realmente gobernados por aquellas personas a las que hemos votado?, ¿estamos siendo gobernados por los mercados o las corporaciones?, ¿por qué cuando un presidente promete una cosa no puede hacerla?, ¿cuál es ese encuentro que se produce entre el político y la realidad del poder, que no permite avanzar en determinadas políticas?, ¿quién pone esos frenos?

 

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Se los he preguntado varias veces, ¿qué pasa? De pronto quiero pensar que cuando un político en campaña promete cosas, genuinamente las quiere cumplir.

Estoy completamente convencido de la buena voluntad del político.

 

Pero, ¿qué pasa cuando llegan? ¿Les rebasa la realidad o el poder verdaderamente los descompone?

¿Estamos viviendo en una época posdemocrática y hasta dónde se puede estirar ese cable? Es muy difícil responder esa pregunta que últimamente me hago. Anteriormente era mucho más ingenuo, creía más en la política. Ahora cada vez menos, considero que cada vez estamos en otra dinámica y nos volvimos locos.

 

 

 

La gente está sufriendo, en tu país. La incidencia de suicidios es mayor.

Sí, mucho. Los suicidios se dan por el caso de echar a la gente de sus casas, por las actitudes de algunas entidades bancarias. Es muy difícil de entender. Si a ti te echan de tu casa porque no tienes dinero para pagar y ahora, no tienes tu casa, pero tienes que seguirla pagando, es una locura.

 

¿Tienes amigos políticos?

Más bien de la política, porque tú muy bien has dicho antes, casi todos los políticos entran con buena voluntad, con voluntad de servicio público, de hacer que las cosas sean mejor, gestionar y organizar la sociedad en la que vivimos para estar en condiciones más justas.

 

Tengo amigos políticos y de ambos lados del espectro. He sido tradicionalmente más de izquierda, he apoyado mucho más al partido socialista, pero también hay gente del Partido Popular a la que quiero, por ejemplo el alcalde de la ciudad donde nací, creo que ha hecho cosas buenas por nuestra ciudad.

 

Los mexicanos hemos vivido la violencia de una manera cotidiana. Ahora está el debate, luego de seis años de luchar contra el narcotráfico de legalizar las drogas, al menos las blandas, ¿tú tienes una opinión al respecto?

Desde luego, una legalización de drogas blandas, la mariguana. Lo primero que haría es darle un palo a los cárteles, puede que incluso ayude a ciertas economías de una forma legal. En realidad, si lo pensamos seriamente, la mariguana no es mucho peor que el alcohol, la gente dice “qué pasa si una persona va conduciendo”.

 

Bueno eso sí, es un delito, pero tampoco puedes conducir con determinados grados de alcohol en el cuerpo y ese se puede comprar en cualquier supermercado.

 

Estados Unidos, Barack Obama.

Soy un hombre que apreció mucho a Barack Obama, tuve la ocasión de conocerlo y estar con él. Asistió a mi casa para dar un discurso a la comunidad hispana. Creo mucho en él, lo que pasa es que ser el presidente de los Estados Unidos es muy complejo, hay que satisfacer a mucha gente y realmente él trata de ser un demócrata en ese sentido, al no olvidar al otro bando, a pesar de que le den muy duro.

 

¿Crees en Dios?

Sí. No se cómo definirlo, pero creo que hay sorpresas después de la muerte. Creo que hay misterios maravillosos, en la bondad y en la palabra de Jesucristo, eso es indudable. No hay nadie en el mundo que niegue las cosas que este hombre hizo y dijo, claras, simples, y todo se reduce a una palabra: Amor. Si hay amor, hay justicia y muchas otras cosas.

 

¿Cómo es la piel que habitas ahora?

De un cincuentón, mi vida.

 

¿Haces mucho ejercicio?

Hago yoga todas las mañanas, corro, me cuido con las comidas, porque me gusta mucho la vida y quiero estar en plenitud física, en ese sentido soy un poco bobo.

 

Cuando te decía, cómo es la piel que habitas en este momento, pues sí, la de un cincuentón, pero muy satisfecho con lo que estás haciendo y con lo que has hecho.

Sobre todo, con lo que estoy satisfecho es con un hecho, con una verdad y es que tengo tantos planes que tengo la impresión de que todavía no he dicho lo que tengo que decir como artista. No me ha llegado ese momento, pero llegará, porque estoy trabajando para ello, quiero hacer mucho más trabajo como director y productor, aunque sin abandonar mi trabajo como actor, quiero hacer teatro, generar proyectos de la nada, me gusta mucho eso, estoy por meterme a unos estudios en el sur de España y buscar aliados, crear productos.

 

Escribo guiones, quiero producirlos, actuarlos, lanzarlos, promocionarlos, incluso me interesa mucho la distribución y exhibición. Estoy tratando de generar algo que todavía no sé muy bien lo que es, pero sé que es importante en mi vida.

 

Me ha cautivado la manera que tienes de relacionarte con tu esposa y de ella contigo.

Nos queremos, ese es el secreto y siempre tenemos un perdón para cada pecado.

 

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¿Se confiesan los pecados?

Algunos.

 

No siempre es bueno confesárselos.

Después de casi 19 años que llevamos juntos es una relación donde no hacen falta las palabras. Hay una complicidad interna en la que nos entendemos, Melanie (Griffith) es una mujer muy divertida, no podría aguantar vivir con una persona sin sentido del humor.

 

Es inteligente y al mismo tiempo muy vulnerable. Es una creadora del núcleo familiar, me ha aportado no sólo una pareja, sino que la unión de la familia, tanto de España como la de Los Ángeles, está en el centro de nuestra existencia.

 

¿A qué huele Banderas?

A mis perfumes y porque me los pongo diario.

 

Tú no querías hacer lociones y luego te decidiste.

Es algo interesante y tiene que ver mucho con la dinámica de las compañías y la gente, tú puedes trabajar en un proyecto. A mí, lo que no me gustaba era tener que andar vendiendo perfumes, pero hay gente muy creativa en Puig, en Barcelona, equipos muy jóvenes que me entendieron muy bien.

 

Al firmar el contrato dejé claro una cosa, tenemos que vender con causa, un porcentaje de las ventas se tiene que ir a ayudar a alguien, eso lo hemos cumplido durante 17 años. No era sólo vender un perfume y decir “aquí estoy, estoy mono con maquillaje”. Somos muy activos, el año pasado organizamos un festival de cine de cortos para chicos que no tenían dinero, para hacerlo en todo el mundo hispano, hubo mexicanos, colombianos, brasileños, argentinos y españoles.

 

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